Erdogan quiere tener el control total en Turquía
Parlamento debate reforma constitucional que impone un sistema presidencialista.E
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El parlamento de Turquía comenzó a debatir esta semana un paquete de reformas constitucionales que buscan reducir el poder de los legisladores y establecer un sistema presidencialista de gobierno. En un voto secreto inicial, 338 miembros del parlamento -de un total de 550- votaron a favor, ocho más que los tres quintos necesarios para aprobar las enmiendas a la constitución y someterlas a un referendo.
Si la reforma es aprobada por el parlamento y en el plebiscito, concentraría el poder en manos del presidente y líder de facto del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), Recep Tayyip Erdogan, con pocos instrumentos de separación de poderes para frenar sus tendencias autocráticas.
Las reformas tienen el respaldo oficial de AKP, que cuenta con 317 miembros en el parlamento, y del Partido de Acción Nacionalista (MHP) de extrema derecha, con 39 diputados. Sin embargo, hay miembros de ambos partidos que no están contentos con los cambios, que pretenden abolir el rol del primer ministro, reducir significativamente los poderes del parlamento y aumentar considerablemente los del presidente. Uno de los vicepresidentes del MHP dejó su cargo en enero en rechazo al apoyo de su partido a la reforma, y al menos otros cinco miembros de parlamento de MHP públicamente expresaron su desacuerdo. Otros dos grupos de oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) pro-kurdo, siguen resistiendo fuertemente a las reformas.
Aunque EIU proyecta que las reformas superarán su trámite parlamentario, ya que las enmiendas pueden ser votadas en un paquete (contrario a la votación artículo por artículo), la aprobación popular se ve más difícil que hace medio año. Algunas encuestas muestran que el apoyo al sistema presidencial ha caído muy por debajo de 50% en los últimos meses. La confianza pública en el partido gobernante ha caído por los continuos atentados, falta de rendición de cuentas y creciente inestabilidad económica. Dicho eso, la falta de alternativa a Erdogan y su gobierno, y su fuerte control de los medios de comunicación, puede favorecer al voto por el “sí”.
Decisión estratégica
El referendo debe ser agendado dentro de 60 días desde la aprobación presidencial del voto final del parlamento. Si las perspectivas en seguridad y económicas siguen deteriorándose, Erdogan podría decidir tratar de ganar tiempo, pero al parecer sigue decidido a agendar el referendo antes de mediados de 2017.