El gobierno de izquierda de Rafael Correa está moviendo todos sus recursos para apuntalar el presupuesto 2015 y afrontar ingresos por debajo lo esperado en exportaciones petroleras. Se esperan medidas anti-cíclicas en los próximos meses, pero la posición presupuestaria para 2015 está bajo una presión significativa.
Ecuador está entrando en aguas agitadas en el largo período previo a las elecciones generales de 2017 a medida que los bajos precios del petróleo pesan sobre los ingresos fiscales y son un problema para su modelo de gasto, del cual ha dependido el crecimiento en los últimos años. Uno de cada tres dólares fiscales proviene de las exportaciones petroleras.
Planear para el invierno
El 29 de noviembre, dos días después de que la OPEP no acordara recortar las cuotas de producción en respuesta a la caída mundial de precios, Correa envió a la Asamblea Nacional un proyecto de ley de reforma tributaria "urgente", lo que implica su aprobación dentro de los próximos 30 días. Considerando que la gobernante Alianza País tiene 100 de los 137 escaños de la legislatura unicameral, la aprobación está prácticamente garantizada.
Correa explicó que la Ley Orgánica de Incentivos a la Producción y Prevención del Fraude Fiscal apoya el desarrollo nacional, la erradicación de la pobreza y la distribución equitativa de los recursos. Sin embargo, el momento sugiere que también busca apuntalar las finanzas del próximo presupuesto para contrarrestar unos ingresos petroleros más débiles.
Para enero de 2015, los futuros del West Texas Intermediate (WTI), el referencial para el crudo Oriente y Napo de Ecuador (que cotizan con un descuento de US$ 3 –
US$ 5 sobre el WTI), se tranzaba a US$ 66 el barril el 4 de diciembre; el presupuesto que aprobó Ecuador se basa en un precio de US$ 79,7. A fines de noviembre, el ministro de Finanzas, Fausto Herrero, reconoció que el proyecto es una de las medidas anti-cíclicas planificada en respuesta a la caída de los precios.
Privados a invertir
La reforma aumenta la exención de impuestos a los ingresos para nuevas inversiones productivas en industrias básicas a diez años, para atraer más inversión privada en áreas como la petroquímica, acero y la metalurgia.
Las empresas podrán compensar mayor parte de su inversión en equipos y maquinaria, así como otras inversiones productivas, en su declaración de impuestos durante un período de cinco años. Del mismo modo, las micro y pequeñas empresas que invierten en la formación de personal o exportan a nuevos mercados serían elegibles para deducciones de impuesto a la renta.
Mientras tanto, las inversiones por más de US$ 100 millones en el sector regulado de minería metálica tendrán garantizada estabilidad fiscal durante cinco años, a una tasa sobre los ingresos de 22%, y de 25% para empresas que inviertan en otros sectores.
En otras áreas, los vacíos tributarios que eximen los retornos sobre ciertas inversiones financieras podrían ser eliminados. Adicionalmente, la amenaza de Correa de un "impuesto a productos calóricos" como las bebidas azucaradas y la comida chatarra no se materializó. En su lugar, el proyecto propone que las empresas que vendan alimentos dañinos (como las cadenas de comida rápida), ya no podrán deducir impuestos por el gasto en publicidad y marketing. Otras enmiendas que afectan al sector corporativo impondrían mayores impuestos a las inversiones del sector financiero en el extranjero. En total, serán modificadas nueve leyes.
Según Herrero, el nuevo paquete busca la estabilidad fiscal y facilitar la inversión privada, especialmente en el sector minero. La coherencia de la política fiscal no es algo todavía asociado con la administración de izquierda liderada por Correa, que en un esfuerzo por elevar la históricamente baja recaudación, ha hecho cambios al sistema desde que asumió en 2007 con resultados positivos.
El sector empresarial se ha adaptado a estos (posiblemente necesarios) cambios, pero los inversionistas mantienen la cautela porque el gobierno sigue siendo propenso a utilizar selectivamente la política fiscal según su programa de desarrollo económico. Como resultado, la inversión extranjera directa sigue siendo baja (menos de US$ 600 millones en 2013).
Más ajustes en la mira
Herrero indicó que, en función de las nuevas proyecciones del precio del crudo, el gobierno podría realizar más cambios en el presupuesto, y señaló que el Ejecutivo tiene margen de maniobra para modificar la ejecución de 15% de los fondos sin la aprobación del Congreso.
Correa ha insistido que el gasto social, así como las inversiones de capital clave en infraestructura, serán defendidos. Pero, con los ingresos cayendo, enfrenta decisiones difíciles. El déficit presupuestario primario está ya en 5% del PIB, con las necesidades totales de financiamiento (incluido pago de deuda) aproximándose a 10% del PIB.
El gobierno se ha esforzado en subrayar que el aumento del déficit fiscal será temporal. Herrero destacó que las nuevas centrales hidroeléctricas entrarán en funcionamiento en 2016 y generarán un ahorro de US$ 1.200 millones al año, mientras que el gobierno también espera recortar los generosos subsidios al gas ese año.
Las nuevas y grandes reservas de petróleo de 1.000 millones de barriles de Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT) en Yasuní también deben entrar en funcionamiento en 2016. Con más poder hidroeléctrico disponible para la energía doméstica, estos barriles pueden ser destinados a exportación (y para cubrir préstamos chinos). Herrera dijo que el campo de ITT añadiría 100.000 barriles al día a las exportaciones en su fase inicial. Sin embargo, con el precio cayendo y la demanda global estancada, el incremento podría no generar los ingresos extraordinarios que el gobierno espera antes de las elecciones de 2017. La EIU espera un déficit fiscal promedio de 4,6% del PIB entre 2015-2019.
Por último, el comunicado destacó que Ecuador cumplirá sus obligaciones internas y externas y dijo que el gobierno podría buscar financiamiento adicional para 2015. Con este fin, Herrera reveló que el presidente visitará China en enero para concretar los créditos ya acordados provisionalmente. Potencialmente, Ecuador podría volver a los mercados de capital internacional en 2015, aunque el gobierno podría querer evitar esta opción dada la perspectiva de mayores tasas de interés en Estados Unidos.