Con las elecciones en Perú programadas para abril, el escenario comienza a converger en torno a los potenciales candidatos. Aunque muchos interesados podrían surgir en los próximos meses, Keiko Fujimori de Fuerza Popular lidera las encuestas, indicando que sería uno de los nombres en una probable segunda vuelta. La identidad de su contendor es menos clara, reflejo de la actual fragmentación de la izquierda.
Varias de las nuevas facciones de izquierda aún no designan candidato y parecen en dificultades para armar una agenda. Muchas de estas agrupaciones surgieron en respuesta al descontento con el actual gobierno de Gana Perú y su fracaso en cumplir las promesas que llevaron a Ollanta Humala a la victoria en 2011.
Esto le da una ventaja a los partidos más establecidos. En el último sondeo de Datum, Fujimori tenía 36% de las intenciones de voto, muy por delante de Pedro Pablo Kuczynski, con 16%. A favor de Fujimori juega el hecho de que Fuerza Popular tiene presencia nacional, una maquinaria electoral y fuerte presencia en el congreso. El partido tradicionalmente ha enfrentado resistencia por su asociación al ex presidente Alberto Fujimori, pero para el electorado joven esto es cosa del pasado.
Kuczynski, un ex ministro de Economía, se ha presentado como un candidato creíble, aunque carece del carisma de Fujimori. En cambio, se ha enfocado en presentar un detallado programa social para reducir la pobreza, con buena acogida en el electorado.
Gana Perú ha tenido dificultades para mantener una presencia coherente en el congreso ante la creciente presión electoral y las fracturas entre los partidos que lo integran. De todos ellos, el Partido Nacionalista Peruano de Humala tiene la mayor presencia y busca transformarse desde un vehículo electoral a un partido político establecido. Aunque su probable candidato, el ex ministro del Interior, Daniel Urresti, tiene buen perfil, registra bajo apoyo en las encuestas y podría tener problemas para darle realce a su campaña en medio de las pugnas legislativas.
Humala y su partido sufrieron una derrota a comienzos de septiembre, cuando el Congreso aprobó entregarle a Petroperú la concesión del Lote 192, pese a que la petrolera estatal carece de la capacidad para explotarlo.
La votación fue una muy clara demostración de que la oposición controla ahora la legislatura y dicta la agenda. Con el partido al centro de este tipo de contiendas, Urresti tendrá problemas para montar una campaña competitiva.