Los acontecimientos políticos en Cataluña llegarán a su punto culminante el 27 de septiembre, cuando la elección al parlamento regional determine la suerte del movimiento secesionista. La cita electoral representa uno de los mayores desafíos para el orden político establecido en España después de la restauración de la democracia a fines de 1970.
El gobierno regional liderado por Artur Mas, el presidente conservador de Cataluña, señala las elecciones como un referéndum de facto sobre la independencia. Si obtienen la mayoría en el parlamento regional, Mas y los principales partidos independentistas de la región se comprometen a declarar la independencia unilateralmente en un plazo de 18 meses. Esto violaría tanto la Constitución Española como el Estatuto de Autonomía de Cataluña (norma que regula los márgenes de autogobierno de la región), que requiere una mayoría cualificada de dos tercios para realizar grandes cambios en el estatus político de la región.
Los principales partidos separatistas y grupos de la sociedad civil han formado una plataforma electoral, llamada Junts pel Sí (Juntos por el Sí, JPS) para competir en las elecciones. Raül Romeva, un candidato elegido por consenso y ex miembro del Parlamento Europeo por el Partido Verde Europeo, lidera la lista. Pero el verdadero líder político de JPS es Mas, que sería reelecto presidente si JPS gana las elecciones, de acuerdo a los términos fundacionales de la coalición.
Sondeos de opinión
El promedio de cuatro recientes encuestas indican que JPS podría ganar un 38,4% de los votos y alrededor de 59 de los 135 escaños del Parlamento catalán, por debajo de los 68 requeridos para la mayoría absoluta . Sin embargo, los independentistas pueden contar con el apoyo parlamentario de las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), el grupo anticapitalista que se prevé consiga 6,5% de los votos y ocho escaños, suficientes para alcanzar 67 escaños, uno menos de la mayoría.
La lista electoral de JPS incluye a los dos principales partidos nacionalistas catalanes, el grupo de centro derecha Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y el partido Izquierda Republicana Catalana (ERC). Sin embargo, excluye a los moderados Unión Democrática de Cataluña (UDC), que se ha alineado formalmente con CDC.
El mismo promedio de encuestas sugiere que los moderados UDC ganarían alrededor de 4% de los votos, suficientes para negar la mayoría al movimiento independentista.
La competencia de JPS está fragmentada en cuatro grupos políticos que rechazan la idea de las elecciones como referéndum de independencia: el Partido Popular (PP, con 7,6% de los votos en los sondeos), Partido Socialista Catalán (PSC, 9%), el centro-liberal y antinacionalista Ciudadanos (16,9%) y el nuevo grupo de izquierda apoyado por Podemos, Catalunya Sí que es Pot (Cataluña sí que puede, 16,8%). Por tanto, combinando el terreno no nacionalista la participación sería de 50,3%, pero las profundas diferencias ideológicas entre estos grupos hace que sea impracticable elaborar un programa común anti-separatista.
Por otro lado, el sistema electoral catalán está sesgado a favor de las comunidades rurales (predominantemente nacionalistas), sobre las áreas urbanas del entorno de Barcelona (mayormente no nacionalistas). Como resultado, los partidos pro independencia podrían ganar los 68 asientos con sólo el 45% de los votos. Para Mas, esto sería suficiente para legitimar una declaración unilateral de independencia. Pero parece inconcebible que el presidente catalán siga adelante con la secesión sin el apoyo explícito de la mayoría de los ciudadanos catalanes. David Fernández, vocero de CUP, indicó que el apoyo de su partido está condicionado a un umbral del 50% más uno de los votos, pero sería preferible una mayoría de 55%.
Posibles escenarios
El movimiento secesionista ha generado una profunda división en la sociedad catalana y ha gatillado un realineamiento de fuerzas políticas antiguas y nuevas. Aunque en tres décadas no ha cambiado el nivel de voto nacionalista combinado (alrededor de 50%), en los últimos tres años se han posicionado en favor de una independencia política completa.
En nuestra opinión, la coalición independentista no alcanzará la mayoría en escaños y votos (55% de probabilidad). La probabilidad para que logren la mayoría parlamentaria con menos de la mitad de los votos es de 30% y 15% de que alcance la mayoría en escaños y votos.
Este último resultado se asocia con un elevado riesgo político y económico que podría afectar a la optimista recuperación de España. Aun así, la mejora de las perspectivas de una reforma constitucional en la próxima legislatura ofrece un potencial canal de mediación entre el Estado y Cataluña en cualquier escenario a la baja.