Los aeropuertos brasileños han estado luchando contra el reloj para estar listos a sólo un mes de la próxima Copa del Mundo, que se espera que atraiga a más de 600.000 visitantes, tanto del país como extranjeros. Algunos de los mayores aeropuertos han sido privatizados de forma parcial en las ciudades más grandes del país, pero varios terminales podrían no estar listos antes de que se inicie la competencia.
Guarulhos, el aeropuerto internacional de Sao Paulo, cumplió el plazo de término el 11 de mayo y su nuevo Terminal 3 abrió sus puertas el domingo. Sin embargo, sólo ocho aerolíneas (del grupo Star Alliance) están operando ahí. Las deficiencias estructurales en las pistas de aterrizaje impiden actualmente que los Airbus A380 puedan aterrizar en el aeropuerto, lo que ha frustrado a algunas aerolíneas. El consorcio privado GRU Airport (la brasileña Invepar y Airports Company South Africa) que ganaron la concesión para expandir y operar el principal aeropuerto de Brasil ha invertido 2.900 millones de reales (US$ 1.300 millones) en Guarulhos.
Otros terminales también han sufrido retrasos. El nuevo terminal en Viracopos, el aeropuerto de Campinas (a 100 kilómetros de Sao Paulo), todavía no abre. El consorcio privado (UTC de Brasil, Triunfo de Brasil y Egis de Francia) que ganó la concesión para expandir y operar Viracopos tuvo que invertir 2.500 millones de reales, y ahora se expone a una multa de 170 millones de reales.
El nuevo terminal no recibirá pasajeros comunes que viajen a la Copa del Mundo; en cambio, será usado solamente por delegaciones de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), incluyendo siete equipos de fútbol que aterrizarán en Campinas o que usarán el aeropuerto para viajes internos.
El aeropuerto de Brasilia, la capital, que fue parcialmente privatizado, tiene que cumplir con el plazo establecido para el 25 de mayo. Está siendo expandido (con inversiones por 1.200 millones de reales) y va a ser operado por la brasileña Engeviz y la argentina Corporación América. Mientras tanto, las mejoras en otros aeropuertos que siguen en manos estatales están atrasadas, incluyendo el aeropuerto internacional de Rio de Janeiro.
El legado
El nuevo terminal en Sao Paulo será especialmente importante, ya que casi dos tercios de los viajeros internacionales que llegan a Brasil lo hacen a través de Guarulhos. La capacidad del aeropuerto ha aumentado en 12 millones de pasajeros al año desde la apertura del nuevo terminal. Más aerolíneas esperan usarlo eventualmente, lo que aliviará la presión sobre los terminales existentes.
Los atrasos en los vuelos son algo común en Brasil, y la Copa del Mundo ha demostrado una vez más que las compañías y las autoridades tienen problemas para cumplir con las fechas de entregas (una evaluación realizada recientemente por un diario mostró que sólo un 52% de los objetivos establecidos para los aeropuertos antes del evento deportivo han sido cumplidos). No obstante, la modernización aeroportuaria podrá completarse después de la Copa del Mundo en la mayoría de los terminarles que están sufriendo actualmente atrasos, beneficiando a la infraestructura del país.
A pesar de los atrasos, seguimos esperando que la administración de la presidenta Dilma Rousseff mantenga los esfuerzos para actualizar la infraestructura a través de concesiones al sector privado.
Sin embargo, problemas más amplios seguirán socavando el ambiente de negocios, limitando el crecimiento potencial del PIB a mediano plazo. Esperamos que el crecimiento del PIB se mantenga débil en 2014, en 1,8% con una aceleración leve a 2,1% en 2015, suponiendo que la presidenta asegure otro período presidencial en los comicios de octubre y que el manejo de políticas macroeconómicas se fortalezcan durante su segundo mandato.
Desde 2016 el crecimiento del PIB debería repuntar a 3%, cerca de su potencial. Nuestro pronóstico sigue siendo mucho más débil que en 2004-2010 (cuando el crecimiento anual promediaba 4,5%), reflejando una dinámica débil del mercado laboral, una demanda china más leve y una tasa de crecimiento del crédito más lenta.