Estados Unidos es, pese a la actual crisis
financiera, el país más competitivo del mundo, según el informe
anual sobre competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), que
asegura que la economía estadounidense es capaz de soportar los
cambios en el ciclo económico y los episodios de shock.
Ello gracias a "características estructurales que la hacen
extremadamente productiva", sostiene el documento publicado hoy en
Ginebra.
Agrega que "a pesar de las preocupaciones por sus debilidades
macroeconómicas, especialmente en el sector bancario, sus otras
muchas fortalezas siguen haciendo de EEUU un entorno muy
productivo".
En ese sentido, destaca su capacidad de innovación, aunque
también reconoce que ese país ha generado importantes desequilibrios
macroeconómicos por sus repetidos déficit fiscales, que le han
llevado a importantes niveles de endeudamiento público.
En la lista de competitividad elaborada por el FEM, Suiza ocupa
el segundo lugar, seguido de Suecia, Finlandia, Singapur, Alemania,
Holanda, Japón y Canadá.
Sobre España, que se encuentra en la posición 29 (el mismo puesto
que el año pasado), el informe destaca que su competitividad es
reforzada por el importante mercado que tienen las empresas
nacionales, la existencia de un sector empresarial moderno, su
infraestructura "de primer nivel" y la buena calidad de su educación
superior.
Del lado negativo, los expertos del FEM advierten que la rigidez
del mercado laboral constituye la mayor preocupación en la
evaluación de España.
Señalan además que reforzar el entorno institucional y el
potencial de innovación españoles serviría para apuntalar su
crecimiento económico.
Para el profesor Xavier Sala-i-Martin, coautor del estudio, la
volatilidad financiera que se vive actualmente "subraya que un
entorno económico favorable a la competitividad puede ayudar a las
economías nacionales a campear este tipo de shock".
El informe del FEM es elaborado a partir de datos públicos y del
resultado de un sondeo de opinión entre 12.000 ejecutivos y
empresarios en 134 países que integran la lista de competitividad.
Entre los factores que se toman en cuenta figuran la situación de
las instituciones, infraestructuras, estabilidad macroeconómica, la
salud y educación, la eficiencia del mercado laboral, la talla del
mercado, la innovación, entre otros.
De las naciones emergentes, China lleva la delantera al ubicarse
en el puesto 30, mientras que India aparece en la posición 50, Rusia
en la 51 y Brasil en la 64.
Este último país logró subir ocho lugares frente a su ubicación
en el ránking de 2007, lo que significa que "ha cerrado parcialmente
la brecha de competitividad con respecto a México", que está en el
puesto 60.
Entre las ventajas que atribuye a Brasil se encuentran "el tamaño
de su mercado, el acceso a uno de los mercados financieros más
sofisticados de la región y su capacidad de absorber y adaptar
tecnología foránea".
Como desafíos que debe enfrentar, el FEM menciona el alto nivel
de deuda de Brasil, lo que contribuye a que tenga bajas tasas de
ahorro y altos intereses, y la desconfianza del medio empresarial en
las instituciones públicas.
A pesar de los avances de Brasil, Chile es el país
latinoamericano mejor situado en el índice de competitividad al
ocupar el lugar 28, mientras que de lejos le siguen Panamá (58) y
Costa Rica (59).
El éxito de Chile -afirman los expertos- se debe a una "gestión
macroeconómica coherente asociada a una liberalización oportuna del
mercado y a una apertura del comercio, dentro de un marco de
transparencia y de un marco regulador predecible".
México (60) perdió ocho posiciones frente al año pasado en el
informe, en el que se mencionan como sus principales problemas la
debilidad de las instituciones públicas, la violencia rampante, la
rigidez del mercado laboral y la calidad del sistema educativo.
Este último -explica el FEM- "no provee a la economía de un fondo
común de mano obra calificada, principalmente de científicos e
ingenieros".