Solicitudes de subsidios por desempleo caen de las 350.000 en EEUU y alcanzan nuevo mínimo durante la pandemia

Un nuevo mínimo de la era pandémica alcanzaron la semana pasada las solicitudes de subsidios por desempleo en Estados Unidos, que lograron romper la barrera de las 350.000 personas pidiendo ayuda tras perder su trabajo.

Al 14 de agosto, 348.000 personas solicitaron el beneficio federal, una baja de 29.000 estadounidenses respecto a la semana previa, y una disminución en relación a las 365.000 personas optando a la ayuda que había estimado el mercado.

Con esta nueva baja, el indicador reportado periódicamente por el Departamento del Trabajo parece estar dejando atrás los momentos más dramáticos de la crisis del Covid-19. En abril del año pasado, a solo semanas de la irrupción del virus en el país, las solicitudes semanales escalaron a 6,6 millones en solo siete días, aplastando el récord de 665.000 de la crisis financiera en marzo de 2009, y también el hasta entonces máximo histórico de 695.000 en octubre de 1982.

La semana pasada, las solicitudes continuas -que consideran a quienes han postulado al beneficio al menos dos semanas consecutivas y que se informan con una semana de retraso- también cayeron, llegando a 2,82 millones tras una baja de 79.000 personas solicitando la ayuda. La disminución también implica que el indicador llegó a un nuevo mínimo en la era pandémica.

El total de estadounidenses recibiendo algún tipo de beneficio por haber perdido su trabajo también cayó, y luego de una merma de 311.787, la semana que concluyó el 31 de julio el indicador llegó a 11,74 millones, también un mínimo de la era pandémica.

En la última semana, Texas e Illinois dieron cuenta de las mayores caídas en las nuevas solicitudes de subsidios por desempleo, mientras que Virginia, Nuevo México y California fueron responsables de los mayores aumentos en el país.

Todo esto se produce a solo semanas de que finalicen los programas que adicionalmente están apoyando a quienes han perdido su trabajo por la pandemia. Sumado a esto, más de 20 estados han decidido cortar el beneficio anticipadamente -suspendiendo el apoyo de US$ 300 semanales adicionales- con la motivación de que el no recibir ayudas seguras incentive una mayor búsqueda de trabajo por parte de quienes se encuentran desempleados.

Pese a todas las fortalezas que está mostrando el mercado laboral, las autoridades y los empleadores están mirando con atención el avance de la variante Delta de Covid-19, que si se sale de control, podría generar un nuevo golpe al panorama del trabajo.

La administración Biden ha recomendado aplicar terceras dosis de refuerzo a los adultos mayores, y algunos estados y ciudades están volviendo a imponer la obligatoriedad de usar mascarilla, como medida preventiva para evitar un nuevo aumento en los contagios.