Así se desprende de la 26 Encuesta Mundial de CEO, elaborada por PwC a partir de la opinión de más de 4.400 máximos ejecutivos de más de un centenar de países, y que se ha presentado en el Foro Económico Mundial de Davos.
El 73% de los máximos ejecutivos globales prevén una desaceleración de la economía mundial en los próximos doce meses. Es la cifra más alta que se recuerda.
A pesar de esto, los CEO mundiales miran el futuro más inmediato con cautela y prudencia, sin nerviosismo. El 60% de los CEO no están pensando en reducir sus plantillas y el 80% tampoco prevé ajustar la remuneración de sus empleados, sino que apuestan por transformar sus negocios, recortar los costes operativos, mejorar la productividad y diversificar sus fuentes de ingresos como recetas ante la actual situación.
PwC encuestó en concreto a 4.410 presidentes y directirvos en 105 países, entre octubre y noviembre de 2022.
El estudio de PwC está muy en línea con el presentado por la propia organización del World Economic Forum de Davos la pasada semana, en una edición más de su informe anual Global Risks, sobre la percepción de riesgos que muestran los directivos sobre la economía.
En el Global Risks 2023, los ejecutivos mostraban enorme preocupación por el repentino deterioro económico producido por la inflación, y el pernicioso efecto que está haciendo sobre el poder adquisitivo de la población, lo que puede acarrear consecuencias graves en el medio plazo.
En el caso del informe de PwC, la caída de la confianza de los primeros ejecutivos en la evolución de la coyuntura económica mundial contrasta con el fuerte optimismo de 2021 y 2022.
Destaca el pesimismo de los CEO pertenecientes a los países del G-7 que se están viendo muy afectados por la crisis energética, y donde una mayoría cree que sus economías domésticas se van a comportar todavía peor que la coyuntura internacional, como sucede en Francia (70%/63%), Alemania (94%/82%) y en Reino Unido (84%/71%). Mientras que, entre los más positivos, se encuentran los altos directivos de Estados Unidos, Brasil, India y China.
Los CEO globales tampoco tienen una percepción buena de cómo van a evolucionar los ingresos de sus empresas en 2023: en conjunto, la confianza cae un 26% respecto al año pasado, el mayor descenso desde 2008/2009, en la pasada crisis financiera.
Cumplir objetivos, difícil
El porcentaje de directivos que confían completamente en cumplir con sus objetivos de ingresos cae respecto al año pasado -del 64% al 26%-, y la mayoría -el 53%- se declara moderadamente confiado. En cuanto a los mercados preferidos para la inversión para las compañías son Estados Unidos (44%), Alemania (29%), México (24%) y Francia (21%) son los destinos preferidos.
Si hace un año, la ciberseguridad y la salud se situaban entre las máximas preocupaciones de los CEO consultados por PwC para la actividad de sus empresas, en la actualidad, el panorama ha cambiado sensiblemente.
Inflación, el gran riesgo
La inflación, la volatilidad económica y los conflictos geopolíticos son, por este orden, las tres grandes amenazas para las compañías en el corto plazo, según los máximos directivos entrevistados a nivel global. El informe Global Risks de Davos es casi idéntico en esto.
La guerra en Ucrania ha incrementado la preocupación de los directivos por los conflictos geopolíticos en todo el mundo, lo que les está llevando a retocar algunos aspectos de los modelos operativos de sus empresas.
Miedo cibernético
En los próximos doce meses los CEO tienen previsto incrementar sus inversiones en ciberseguridad (48%), ajustar sus cadenas de suministro (46%), y repensarse su presencia en algunos mercados o la entrada en otros nuevos (46%).
Para responder al difícil contexto económico, los primeros ejecutivos tienen previsto ajustar los costes y ampliar sus fuentes de ingresos. Concretamente, el 52% espera reducir sus costes operativos, el 51% tiene previsto subir los precios de sus productos y el 48% diversificar sus productos y servicios.
El empleo no se toca
Sin embargo, la mayoría no contempla tocar el empleo ni la remuneración de sus empleados. De hecho, la falta de talento con las capacidades que necesitan las compañías seguirá siendo una constante en 2023.
Por primera vez la encuesta pregunta a los CEO sobre cuál considera que será la vida media de sus compañías y la respuesta es significativa: el 40% cree que sus empresas dejarán de ser viables en menos de diez años si siguen por el mismo camino.
Muertos en diez años
Esta repuesta es consistente entre los máximos directivos de distintos sectores, como los de telecomunicaciones (46%), industria (43%), salud (42%) y tecnología (41%).
Cuando se les interroga sobre cuáles son los desafíos que pueden afectar a la rentabilidad de sus compañías en la próxima década, el 56% asegura que el cambio en los hábitos de comportamiento de los consumidores y el 53% la nueva regulación.