La dura "corrección" del mercado
inmobiliario en EE.UU., que ha destruido los sueños de millones de
compradores de casas, todavía no ha tocado fondo y seguirá lastrando
la economía por un tiempo, según aseguran los expertos.
Si bien la caída de los precios de las viviendas se inició en el
2006, los analistas fechan el estallido de la crisis hace justo un
año, el 9 de agosto de 2007, cuando la Reserva Federal y el Banco
Central Europeo tuvieron que intervenir de manera masiva para
proveer liquidez a los mercados.
La "burbuja inmobiliaria" comenzó a formarse en Estados Unidos en
el año 2003, cuando las entidades financieras se dedicaron a
conceder sin mesura las llamadas "subprime" o hipotecas de alto
riesgo, a personas sin solvencia económica.
Este fenómeno desató la demanda de casas e hizo que los precios
se dispararan, en un proceso que se prolongó por casi tres años.
Millones de compradores firmaron hipotecas que tenían un tipo
fijo durante dos a cinco años y luego variable, con la ilusión de
que los precios de sus propiedades seguirían subiendo.
Pero no fue así. Conforme la Reserva Federal encarecía el precio
del dinero, la burbuja se desinfló, cayeron los precios de las
propiedades y muchos compradores se encontraron con un
encarecimiento inesperado de sus hipotecas y con que su propiedad
valía menos que lo que debían a los bancos.
Este fenómeno ha acabado por crear una situación dramática, pues
ha hecho que millones de familias se enfrenten a la ejecución de sus
viviendas y que las ventas sufran un frenazo total, con el
consiguiente perjuicio para uno de los sectores considerados motor
de la economía.
Pero lo peor para las familias está por llegar. Según Barclays
Capital, en el último trimestre de este año habrá unos 7.000
millones de dólares en préstamos pendientes que se verán corregidos
al alza.
La cifra subirá a unos US$20.000 millones en el tercer
trimestre de 2009, y para el segundo trimestre de 2010 podría tocar
los US$32.000 millones.
Según Barclays, el incremento promedio de los pagos mensuales que
tendrán que afrontar las familias será del 30 por ciento a comienzos
de 2009, y podría llegar al 80% hacia fines de 2011.
"Ésta es una corrección todavía en marcha, estamos lejos de que
haya concluido", dijo a EFE David John, de Heritage Foundation, un
grupo conservador con sede en Washington.
"No va a terminar hasta que los precios encuentren un nuevo nivel
razonable, es decir que se equilibren la oferta y la demanda".
Según la Asociación de Bancos Hipotecarios, los pagos atrasados
de las cuotas hipotecarias están ahora en su nivel más alto en un
cuarto de siglo.
En junio pasado se iniciaron 252.363 trámites de ejecución
hipotecaria, cuando un año antes sólo ascendían a 88.195.
"En junio el inicio de trámites de ejecución llegó a un ritmo
anual de 2,8 millones", dijo a EFE Dean Baker, del Centro para
Investigación de Política Económica. "El índice de propiedad ha
vuelto a caer a los niveles de 2000".
En mayo de 2007, la venta de casas unifamiliares nuevas marcaba
un ritmo anual de 857.000 unidades; en mayo de 2008 el ritmo fue de
512.000 unidades.
Baker explicó que "no todas las personas afectadas han perdido su
casa por ejecución hipotecaria: muchas, ante la realidad de que no
podían pagar la hipoteca, han tenido que venderlas sin ganancia".
Paradójicamente, esta crisis afecta a una franja específica de la
población: las personas o familias que ya tenían una propiedad
hipotecada y se lanzaron a adquirir otra más grande y más cara.