El presidente de EE.UU., George W.
Bush, afirmó hoy que el plan de rescate financiero aprobado el
pasado viernes, por valor de US$700.000 millones, tardará
aún un tiempo en surtir efecto.
En declaraciones a la prensa desde San Antonio (Texas), donde hoy
se reunió con pequeños empresarios, Bush pidió paciencia mientras
los mercados sufren fuertes caídas.
La ley que contiene el plan de rescate entró en vigor el viernes,
pero "aún va a tardar un tiempo" en empezar a funcionar totalmente,
sostuvo Bush, quien, sin embargo, puntualizó que la medida
representa un "gran paso" para hacer frente a la crisis financiera.
Explicó que la estrategia que pretende poner en marcha el plan de
rescate es "liberar el crédito, que el dinero se vuelva a mover", y
anticipó que "eso va a tardar un tiempo".
"No queremos apresurarnos tanto en esta situación que el programa
no sea eficaz", declaró el presidente, quien indicó que también es
importante garantizar que el plan de rescate no derroche el dinero
de los contribuyentes.
Bush admitió que buena parte del público está descontento con la
medida, que muchos contribuyentes perciben como una salvación para
Wall Street a costa de las economías familiares, pero insistió en
que el plan de rescate y la intervención de las autoridades es
necesaria, pues de otro modo las pequeñas empresas y las familias
"se verán muy perjudicadas".
El plan de rescate del sistema financiero en EE.UU., valorado en
unos US$700.000 millones, fue aprobado en el Congreso el
pasado viernes y Bush lo firmó inmediatamente.
El eje central de la ley es la capacidad del Tesoro para adquirir
la deuda de mala calidad de los bancos por importe de hasta US$700.000
millones.
En un comunicado, los asesores económicos de la Casa Blanca
afirmaron hoy que la situación en el sistema financiero de EE.UU. es
aún grave pese a la entrada en vigor del plan de rescate y
coincidieron con el presidente en que el efecto de la medida tardará
aún en notarse.