El gobernador del Banco de Francia,
Christian Noyer, auguró hoy que la economía mundial crecerá en torno
al 4% este año, lo que significa que no se va a producir la temida
inflexión.
Aunque la "fuerte subida de las materias primas" y la crisis
inmobiliaria hicieron pensar que "el ciclo económico mundial" iba a
sufrir una inflexión, e incluso "algunos contemplaron una recesión
en Estados Unidos", en realidad todo eso no se ha producido y este
último país ha entrado en "un periodo de crecimiento ralentizado y
no en una recesión", explicó Noyer a la prensa.
"El crecimiento mundial debería estabilizarse en torno al 4%",
señaló el gobernador, que en su mensaje incluido en el informe anual
del Banco de Francia reconoció que la economía mundial se enfrenta a
"varios riesgos".
Citó "una baja más brutal de lo previsto del consumo provocado
por la caída de los precios inmobiliarios", "una continuación de la
aceleración del encarecimiento de las materias primas" y, por
último, "una extensión de la crisis financiera que contribuyera a la
ralentización del crecimiento en las economías reales".
Noyer, que forma parte del Consejo de Gobierno del Banco Central
Europeo (BCE), indicó que la economía europea había entrado en el
segundo semestre del pasado año "en una fase de fuerte incertidumbre
que pesa sobre las perspectivas de crecimiento".
Afirmó que "la política monetaria del BCE toma plenamente en
cuenta el tirón de la inflación registrada desde el verano" y que en
primer lugar estabilizando las anticipaciones de inflación es como
"la política monetaria puede contribuir eficazmente a la política
monetaria".
Admitió que la globalización ha dejado, "probablemente por un
largo periodo de tiempo, de ser espontáneamente" un proceso reductor
de la inflación y las materias primas parecen estar "tendencialmente
orientadas al alza".
El gobernador del Banco de Francia declaró que "el crecimiento
del crédito sigue siendo muy vigorosa en la zona euro y en
particular en Francia", aunque a continuación precisó que hay
"señales contradictorias".
A ese respecto, comentó que aunque los bancos dicen haber
endurecido las condiciones de concesión de créditos a las empresas y
se habla de dificultades de financiación, los datos revelan que
hasta finales de abril los préstamos a empresas habían progresado un
15%.
Por su parte, los créditos a los particulares aumentaron un 10%
hasta finales de abril en Francia (un 5% en el resto de la zona
euro), lo que constituye una ralentización del ascenso que Noyer
atribuyó al encarecimiento de los préstamos.
Ese encarecimiento se tradujo en un alza de 75 puntos de base en
2007, y el mantenimiento de ese nivel en los cuatro primeros meses
del actual ejercicio, según Noyer, que espera un nuevo incremento de
100 puntos de base en los próximos 18 meses.
Ese incremento, añadió, podría resultar de un aumento de los
tipos de interés del BCE y de una revisión al alza de los márgenes
con los que trabajan las entidades bancarias.