El secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon, propuso hoy una "asociación global" para afrontar a
largo plazo las consecuencias de las crisis causadas por el alto
precio de los alimentos y el petróleo.
Ban aseguró hoy ante la Asamblea General de la ONU que el mundo
no "puede permitirse el lujo de fallar o traicionar las esperanzas
de las decenas de millones de personas más vulnerables" a los
efectos de las crisis que sacuden la economía mundial.
"Estas crisis no son un asunto de corto plazo. Se necesita la
atención sostenida en los próximos años de los Gobiernos, los
donantes, las organizaciones internacionales y regionales, la
sociedad civil y el sector privado", indicó.
Advirtió que "el doble peligro" de los altos precios de los
alimentos y el combustible amenazan con socavar el progreso logrado
para alcanzar en 2015 los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Para evitarlo, abogó por la creación de una "asociación global"
compuesta por Gobiernos, organizaciones multilaterales,
organizaciones no gubernamentales y sector privado.
Esta "asociación" se guiaría por el plan diseñado por las
agencias de la ONU para responder a la crisis alimentaria, en el que
se ofrece "un menú de actuaciones" que se pueden adaptar al contexto
de cada región y país, indicó el responsable de la ONU.
Por ello dijo "aplaudir" la propuesta anunciada por la Comisión
Europea (CE) de crear un fondo de mil millones de euros, procedentes
del dinero ahorrado de la Política Agrícola Común (PAC) para ayudar
a los agricultores de países en desarrollo.
Apoyo global
Ban especificó los puntos que deben incluirse en la respuesta
global a la crisis alimentaria, como el proporcionar ayuda urgente a
las poblaciones más vulnerables, aumentar la producción agrícola y
eliminar los subsidios al agro en los países más desarrollados.
Además, instó a liberalizar el mercado internacional de
alimentos, aumentar la inversión en el sector agrícola en el mundo
en desarrollo y "revaluar" la producción de biocombustibles que
impacten negativamente los precios de los comestibles.
Ban fue el encargado de inaugurar el debate convocado por el
presidente de la Asamblea General, Srgjan Kerim, para discutir las
crisis económicas.
El ministro de Asuntos Exteriores de Honduras, Edmundo Orellana,
realizó un llamamiento "a la conciencia internacional" en nombre del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) para buscar
soluciones al impacto de la problemática en la región.
"Estamos siendo víctimas de las desigualdades del mercado
internacional y esta crisis global provoca que las poblaciones más
vulnerables en nuestros países se vean obligadas a simplemente
sobrevivir", apuntó.
Una de las medidas que instó a tomar fue la eliminación de las
barreras que impiden el acceso de los productos agrícolas
centroamericanos a los mercados más ricos, como el europeo y el
estadounidense.
El canciller dominicano, Carlos Morales Troncoso, propuso crear
un bloque internacional formado por los países con una renta per
cápita menor a 6.000 dólares para negociar condiciones favorables
con los productores de petróleo.
Recomendó que se siga a escala global el modelo de Petrocaribe,
organización creada en 2005 por Venezuela para eliminar la
intermediación en la cadena de distribución del crudo y sus
derivados con el objetivo de abaratar el costo de los combustibles.
La embajadora brasileña, Maria Luiza Ribeiro Viotti, pidió no
culpar de antemano a los biocombustibles por la crisis alimentaria y
dijo que los procedentes de productos que no sean cereales "no son
incompatibles con la seguridad alimentaria".
Consideró que la conferencia internacional sobre biocombustibles
que se celebrará en noviembre en su país facilitará "un debate
franco e informado" sobre esta materia.
El embajador chileno ante la ONU, Heraldo Muñoz, resaltó la
preocupación de su país sobre la posible influencia de los
especuladores en el alza de los costos.
"Los mercados están repletos de alimentos, el problema es que los
consumidores de las naciones en desarrollo no pueden comprarlos por
sus elevados precios", apuntó.