El Gobierno argentino y las
agrupaciones agropecuarias se mostraron dispuestos a retomar el
diálogo al comenzar hoy el octavo y último día de huelga comercial
del campo contra el aumento de la presión fiscal hacia el sector.
Los líderes de las cuatro principales entidades rurales tienen
previsto reunirse en las próximas horas para definir si extienden en
el tiempo el paro, que es acompañado de manifestaciones y bloqueos
temporales de carreteras en distintos puntos del país.
"Estamos en un país con una situación económica merecedora de
elogios. Debemos todos recuperar la cordura y tratar de encontrar
una solución. Ahora tenemos una muy buena oportunidad para volver a
sentarnos a dialogar", dijo el jefe del Gabinete, Alberto Fernández.
Por su parte, el titular de la Sociedad Rural, Luciano Miguens,
señaló que las patronales agropecuarias no tienen "ningún problema
para volver a sentarse en una mesa" con el Gobierno tras más de dos
meses de conflicto.
En declaraciones a la radio local Continental, el dirigente
también exigió "una señal" de que podrá discutirse el esquema de
impuestos móviles a las exportaciones de granos, la medida del
Ejecutivo que desató las protestas del campo en marzo último.
Además, Miguens destacó el discurso "conciliador" que pronunció ayer la presidenta, Cristina Fernández, quien en un
mitin partidario del gobernante peronismo pidió "terminar con los
enfrentamientos" al considerar que "sólo sirven para dividir".
"La idea del campo siempre fue la negociación", manifestó a su
vez Fernando Gioino, presidente de la Confederación Intercooperativa
Agropecuaria, la entidad que se mostró más conciliadora desde el
inicio del conflicto.
Aunque hasta ahora el Gobierno se ha negado a discutir su
política fiscal sobre el campo, el ministro de Justicia, Aníbal
Fernández, evaluó que "si hay asimetrías" como consecuencia del
sistema de impuestos móviles "hay que sentarse a la mesa,
discutirlas y encontrar una salida".
En marzo último las patronales rurales habían realizado una
huelga de tres semanas que causó desabastecimiento de alimentos y
resolvieron retomarla la semana pasada tras más de un mes de
"tregua" en el que no lograron ponerse de acuerdo con el Ejecutivo.
A diferencia del anterior, que incluyó bloqueos totales de
carreteras, el paro que concluye hoy consiste en no comercializar
granos destinados a la exportación e impedir la circulación de
camiones cargados con estos productos.
Los productores retienen unos 44 millones de toneladas de granos,
que representan el 45% de la cosecha total del país y
valen entre US$12.000 y US$14.900 millones, según cálculos de
la prensa económica.
Los dirigentes del campo han llevado sus reclamaciones al
Parlamento y hoy se entrevistarán con Hermes Binner, gobernador de
la central provincia de Santa Fe, una de las mayores productoras de
alimentos del país.
Luego de esa conversación, las entidades agropecuarias tienen
previsto reunirse con el propósito de definir los pasos a seguir y
brindar una rueda de prensa para dar a conocer si extienden o no la
duración de la huelga.