El Partido Republicano logró una resonante victoria en las elecciones de mitad de período en Estados Unidos el martes, al lograr el control de la Cámara de Representantes y el Senado. El avance de los republicanos los deja en posición de dictar la agenda del Congreso, pero Mitch McConnell, quien se prepara para asumir como líder de la mayoría en el Senado a partir de enero, ya dio señales de que la oposición trabajará en conjunto con la Casa Blanca. Las prioridades de los conservadores se centran principalmente en la economía: bajar impuestos, reducir la regulación al sector energético, levantar algunas de las restricciones que se impuso a los bancos tras la crisis financiera y sellar los acuerdos de libre comercio pendientes.
"No habrá cierres del gobierno y no habrá default de la deuda nacional", afirmó McConnell, quien ganó la reelección por Kentucky. "La paralización en Washington se puede terminar", agregó. McConnell aseguró que conversó con el presidente Barack Obama ayer y que acordaron avanzar en una revisión del código tributario y sacar adelante los pactos comerciales. "Le dije que nos envíe acuerdos comerciales. Estamos ansiosos por revisarlos", afirmó. "Veremos si podremos trabajar con el presidente. Eso esperamos".
Poco después, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama expresó que quería "encontrar formas de trabajar juntos" en temas como cambios tributarios para financiar trabajos en infraestructura. "No hay dudas de que los republicanos tuvieron una buena noche", reconoció. El presidente aseguró que "se acercará a Mitch McConnell y John Boehner, quienes están ahora controlando ambas cámaras del Congreso, para conocer cuál es su agenda".
Pese al tono conciliador de ambos, McConnell aclaró que la Cámara Alta usará su poder sobre el gasto federal para reducir la regulación del gobierno, y que intentará retirar partes de la reforma a la salud del mandatario, conocida como Obamacare. Obama se mostró dispuesto a hacer concesiones, pero dijo que no aceptará cambios que debiliten la ley.
Las acciones estadounidenses subieron en el día posterior a las elecciones, y el Dow Jones alcanzó un nuevo récord, ya que el resultado fue claro, y en la mayoría de los casos no fue necesario zanjar el resultado en una segunda vuelta.
El sector energético fue el que mostró un avance mayor, ya que los inversionistas esperan que el control republicano acelere la aprobación del gasoducto Keystone XL, que une a Canadá con el Golfo de México, los proyectos de ley de reforma de la exportación de gas natural y motiven a la administración Obama a incluir a esas exportaciones de energía en los acuerdos comerciales.
Acuerdos comerciales
Tal como planteó McConnell, uno de los temas prioritarios será la agenda comercial. Obama está buscando hace tiempo una autoridad parlamentaria conocida como "fast-track" para participar con mayor autonomía en las negociaciones para lograr un acuerdo con las economías de la cuenca del Pacífico (TPP) y con la Unión Europea. EEUU está liderando además negociaciones ambiciosas en Ginebra en un esfuerzo global por reformar las reglas que gobiernan el comercio de servicios.
Hasta ahora, los demócratas no habían concedido el fast track al presidente, pero los republicanos sí estarían dispuestos a hacerlo. De hecho, McConnell afirmó que son varios los republicanos que apoyan una apertura comercial.
McConnell ha abogado por políticas que asemejan a las prioridades de la Cámara de Comercio de EEUU, el grupo de lobby más grande del país. De hecho, la cámara gastó un récord de US$ 35 millones en las elecciones, y el senador fue quien recibió más dinero, según Center for Responsive Politics.
"Estamos ansiosos por trabajar con el nuevo Congreso para avanzar en una agenda de libre empresa", expresó un vocero de la cámara, citado por Financial Times.
Victoria aplastante
Los republicanos pasaron de tener 45 a 53 escaños en el Senado, de 100 miembros, obteniendo su mayoría más amplia en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
La oposición logró desbancar a los demócratas en Virginia Occidental, Arkansas, Carolina del Norte, Colorado, Montana, Dakota del Sur y Iowa. Con eso superaron los seis escaños que necesitaban para lograr la mayoría en la Cámara Alta.
Los senadores republicanos también lograron mantener sus cupos en estados clave como Georgia, Kansas y Kentucky. En Virginia, donde se libra una de las batallas más ajustadas, el resultado está pendiente, mientras que en Louisiana la senadora demócrata Mary Landrieu deberá defender su puesto en una segunda vuelta el 6 de diciembre.
Los republicanos también obtuvieron importantes triunfos en la carrera por elegir a los gobernadores, logrando reelecciones en Florida, Wisconsin y Kansas, y arrebatando el poder a los demócratas en Maryland y Massachusetts. Pero la derrota más dolorosa para Obama fue en Illinois, donde el republicano Bruce Rauner sacó del cargo al demócrata Pat Quinn, en el estado de origen del presidente. Con eso, sumaron 24 gobernadores, frente a los 9 demócratas.
Principales puntos de la agenda de la oposición
Energía Una de las prioridades de los republicanos es acelerar la aprobación del gasoducto Keystone XL, que une a Canadá con el Golfo de México y que ha sido pospuesta por reparos medioambientales.
Asimismo, quieren aprobar los proyectos de ley de reforma de la exportación de gas natural, además de presionar para que la administración Obama incluya los envíos de energía en nuevos, o más amplios, acuerdos comerciales.
Comercio Los republicanos están a favor del libre comercio y de avanzar en las negociaciones con la cuenca del Pacífico (TPP) y con la Unión Europea.
Impuestos Barack Obama y Mitch McConnell ya acordaron avanzar en una reforma tributaria. El foco de la oposición se centra en aliviar la carga tributaria de las empresas.