La mayoría de los analistas políticos de EEUU da por hecho que los republicanos aumentarán su mayoría en la Cámara de Representantes y retomarán el control del Senado. Sin embargo, es poco probable que el partido conservador pueda implementar su agenda y, de hecho, es posible que se vea obligado a llegar a acuerdos con el gobierno.
De salir victoriosa en las elecciones de medio período de hoy, la oposición dominará ambas Cámaras por primera vez desde los comicios de 2006. Este escenario podría implicar una mantención de la paralización que ha caracterizado a Washington desde 2010, ya que los republicanos podrían enfocarse en avanzar sus prioridades.
Sin embargo, diversos analistas estiman que la división de los poderes en los últimos dos años de la presidencia de Barack Obama podría forzar a ambas partes a ceder. Si la derecha realmente desea retornar a la Casa Blanca en 2017, debe demostrar que pueden gobernar.
"El control de ambas Cámaras será un incentivo para que los republicanos se comporten de manera más responsable, para demostrarles a los estadounidenses que su agenda consiste en más que bloquear la del presidente Barack Obama", argumentaron los editores de Bloomberg.
El columnista de dicha agencia Albert Hunt escribió el domingo que "'simplemente decir que no' funciona en las elecciones de medio período para el partido de oposición; generalmente no funciona en las disputas presidenciales".
El experto añadió que "ellos deberán gobernar, lo que significa lograr acuerdos con los demócratas".
Por su parte, The Economist manifestó que si los republicanos no muestran una agenda positiva, "arriesgan una paliza en 2016". Los demócratas no sólo podrían mantenerse en el poder por otros cuatro años, sino que también podrían retomar el Senado.
Edward-Isaac Dovere, corresponsal senior en Washington del portal Politico, afirmó que los senadores republicanos vulnerables en las próximas elecciones "estarían bajo presión para moverse hacia el centro y ser el puente para acuerdos más grandes con un partido con ansias de mostrar que puede lograr cosas".
Posibles compromisos
A pesar del reicente estancamiento, el oficialismo y la oposición concuerdan en diversos puntos.
Una opción bastante factible es que se apruebe la autoridad de promoción de comercio, que facilitaría el camino para que el Ejecutivo le dé el visto bueno a los dos grandes pactos que se están negociando: la Asociación Trans-Pacífica y el tratado de libre comercio con la Unión Europea.
"Con un Congreso republicano, el nuevo cálculo político de Washington debería favorecer un acuerdo de comercio, y no sólo porque los republicanos pro-libre comercio habrán fortalecido su postura tras la elección. Si quieren adjudicarse el crédito por un crecimiento más rápido, deberían aprovechar la oportunidad de aprobar la Asociación Trans-Pacífica", aseguró Bloomberg.
Si bien una reforma a los gravámenes que pagan las empresas es menos probable, aún es realizable. Los conservadores podrían tomar como base la propuesta que presentó el representante opositor Dave Camp, que promovía reducir la tasa desde el actual 35% a 25%. Obama ha expresado su deseo de rebajarla a 28%. Ambos se muestran a favor de recortar los beneficios tributarios para compensar los menores ingresos.
La oposición también podría visar una modesta reforma migratoria, con tal de acercarse a los votantes latinos. Los republicanos podrían expandir las visar para los inmigrantes calificados y fortalecer la seguridad fronteriza sin tocar la polémica pregunta de qué hacer con los cerca de 11 millones de indocumentados que viven actualmente en el país. Si bien esta iniciativa podría no gustarles a los demócratas, podría ser difícil para ellos obstruirla o vetarla.
Los conservadores también contarían con el respaldo de suficientes demócratas para aprobar el gaseoducto Keystone XL, proyecto que no ha recibido el apoyo pleno de la Casa Blanca.
Acuerdos a la vista
Reforma tributaria: tanto los conservadores como el gobierno de Barack Obama se han mostrado a favor de disminuir los impuestos corporativos. Las diferencias están en las tasas: mientras la oposición favorece bajarla de 35% a 25%, el presidente prefiere reducirla a 28%.
Comercio: los republicanos deberían facilitar la aprobación de los acuerdos de la Asociación Trans-Pacífica y el de libre comercio con la Unión Europea.
Reforma migratoria: con el objetivo de acercarse a la población latina, el partido conservador podría visar una modesta reforma al sistema de migración.
Gaseoducto Keystone XL: los legisladores de derecha contarían con el apoyo de suficientes colegas demócratas para autorizar las operaciones de este proyecto.
El presidente Obama debería modificar su equipo
Barack Obama debería seguir los pasos de Ronald Reagan y George W. Bush. Luego de que el Partido Republicano registrara reveses en los comicios de medio período de 1986 y 2006, ambos ex presidentes realizaron cambios en sus equipos de colaboradores que evitaron que se convirtieran en un "pato cojo" en sus últimos dos años de mandato.
Hace ocho años, los conservadores perdieron el control de ambas Cámaras del Congreso, lo que forzó diversas modificaciones en el gobierno: el jefe del Pentágono, el secretario del Tesoro y el jefe de gabinete fueron reemplazados, con lo que la administración de Bush "comenzó finalmente a funcionar adecuadamente", según el Financial Times.
Reagan también debió cambiar a su jefe de gabinete tras el fracaso legislativo en 1986. Este hecho fue clave para que el ex líder republicano saliera ileso del escándalo Irán-Contra, se aprobara una reforma migratoria, se acercara a Mijaíl Gorbachov y terminara su período con una alta popularidad.
Obama podría experimentar la misma suerte si es que modifica "radicalmente" la forma en que es administrada la Casa Blanca. "Su capacidad de darle forma a los eventos en Washington y más allá está severamente limitada por su reticencia a delegar autoridad", afirmó el periódico británico.
El medio cree que "con nueva sangre y un nuevo enfoque, el último cuarto de una presidencia puede convertirse en su redención" y que, con un reinicio, el mandatario demócrata "todavía podría lograr muchas cosas en los próximos dos años".