A los líderes chinos les gusta, cada cierto tiempo, hacer referencias al pasado. El presidente Xi Jinping también lo hizo... y lo hizo en grande. El mandatario recurrió al recuerdo del pasado glorioso de la "ruta de la seda" y anunció que replicará la idea para potenciar el comercio y unir tres continentes.
Un año después de deslizar la idea por primera vez, esta semana Xi se comprometió a acelerar la construcción del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI, un proyecto denominado "un cinturón y una ruta".
"Debemos preparar cronogramas y hojas de ruta para los próximos años para el proyecto", dijo Xi al presidir la octava reunión del Grupo de Liderazgo Central en Asuntos Financieros y Económicos, publicó la agencia oficial china Xinhua. "Permitiremos que la construcción de la iniciativa comience tan pronto como sea posible", aseguró el mandatario.
Desde que se abrió en el siglo I A. de C., y hasta que se desintegró en el siglo XV, la ruta de la seda conectó a la ciudad china de Xi'an con Venecia, en Italia, y permitió no sólo el intercambio comercial, sino que también abrió los ojos de Occidente a la cultura asiática. Asimismo, permitió el desarrollo de civilizaciones a lo largo de su extensión.
Apoyo asiático
Como parte del impulso a la nueva ruta de la seda, Xi anunció además que establecerá un fondo para construir y expandir vías férreas, carreteras, puertos y ductos en las provincias chinas que sean parte de la vía comercial, además de financiar los proyectos de infraestructura de los países que participen en la iniciativa, incluyendo transporte, electricidad y telecomunicaciones.
El fondo contará con US$ 16.300 millones y será supervisado por bancos de desarrollo chinos, como China Development Bank, detallaron a Bloomberg funcionarios del gobierno que no quisieron ser identificados. Las empresas chinas también serán alentadas a invertir en esos países.
Xi aprovechó su gira por la región en septiembre para asegurar compromisos verbales de tres países que están en la ruta: Tayikistán, las Maldivas y Sri Lanka. India también ha mostrado interés y el nuevo presidente de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai, dijo en septiembre que el país estaba ansioso de participar, según Xinhua.
En África también hay expectación. El profesor Michael Chege, asesor senior del Ministerio de Planificación y Devolución de Kenia, dijo a Xinhua en mayo que la ruta será un punto de inflexión para el país, porque los unirá con los hubs en Asia y el golfo.
"Kenia busca posicionarse a sí misma como un punto de salida de todos los productos destinados a Asia y Europa a través del puerto de Mombasa", aseguró por su parte el vice director ejecutivo de la Cámara Nacional de Comercio e Industria de Kenia, James Ndegwa.
Referente regional
La nueva ruta de la seda se ha convertido para Xi en una estrategia nacional desde que propuso la idea por primera vez en Kazajistán en septiembre de 2013, y su visión es generar un bloque de cooperación económica a través del Mediterráneo.
La propuesta implica, además, un cambio importante en el planteamiento económico del gobierno. "Anteriormente, China se enfocó en atraer inversión extranjera, pero ahora está haciendo un giro: China está impulsando más y más que su capital salga al extranjero", dijo a Bloomberg Feng Yujun, investigador senior de China Institutes of Contemporary International Relations.
De hecho, los más favorecidos han sido los fabricantes de equipos de construcción chinos. Las acciones de Zoomlion subieron 6,7% y las de Sany 7,5% desde que se anunció el plan el martes. Ante un mercado doméstico de la construcción débil, un giro hacia la inversión internacional podría impulsar la demanda.
Pero el proyecto no reviste sólo importancia económica. El presidente aseguró que habrá iniciativas para impulsar el intercambio cultural y entre personas de los países participantes. De forma simbólica, el mes pasado se realizó el primer Festival Internacional de Cine Ruta de la Seda, en Xi'an, la capital de la provincia de Shaanxi, donde comenzará tal como antaño, la ruta comercial. Shaanxi es, además, la provincia de origen de Xi.
La ruta tiene también importancia geopolítica: es una gran oportunidad para que China recupere su dominio marítimo en Asia Pacífico y extienda su influencia económica y política a toda la región. China compite con EEUU y Japón para influenciar a sus vecinos asiáticos más pequeños. La última escalada de los conflictos marítimos se produjo recientemente, entre 2011 y 2012, en el Mar del Sur de China y el Mar de China Oriental. Y hasta ahora, esos conflictos se mantienen latentes.
Xi tendrá una nueva oportunidad para promocionar su proyecto y reforzar su imagen la próxima semana cuando actúe como anfitrión de su par estadounidense Barack Obama y otros líderes mundiales en la cumbre del Foro APEC, en Beijing.