El débil desempeño de Alemania en el segundo trimestre podría extenderse a la segunda mitad del año, advirtió ayer el Bundesbank, argumentando que las tensiones geopolíticas podrían impedir un rebote del país, que había tirado hasta ahora del carro de la recuperación de la zona euro. En tanto, la respuesta del Banco Central Europeo a la fragilidad económica -la inyección de liquidez- está perdiendo su efectividad.
“El panorama económico para la economía alemana se ha ensombrecido hacia mediados de año en respuesta a noticias internacionales desfavorables”, dijo el banco central germano en su informe mensual de agosto publicado ayer. Por lo tanto, las expectativas de un fortalecimiento del impulso económico en el segundo semestre quedaron en duda, apuntó la institución.
El Bundesbank había estimado en junio que el PIB crecería 1,9% este año y 2% en 2015. El informe es la mayor advertencia del Bundesbank hasta ahora, y significa un quiebre respecto de su discurso de que la debilidad del segundo trimestre era un fenómeno temporal, que se explicaba por razones climáticas.
Alemania se contrajo 0,2% en el segundo trimestre tras crecer 0,7% en los tres meses hasta marzo, debido al impacto del conflicto comercial con Rusia. Por su parte, el índice de confianza empresarial del Instituto Ifo bajó por tercer mes consecutivo en julio, tras subir a su mayor nivel desde 2011 a inicios de año.
Factor geopolítico
El banco central extendió además su pesimismo hacia toda la zona euro. La región “retomará su recuperación económica luego de estancarse en el segundo trimestre, aunque probablemente no alcanzará el ritmo proyectado en la primavera (boreal)”, dijo la entidad.
Datos entregados la semana pasada mostraron que el bloque se estancó en el segundo trimestre, debido a que las tres principales economías no exhibieron crecimiento. Además de la contracción de Alemania, Francia se estancó por segundo trimestre consecutivo e Italia sucumbió a su tercera recesión desde 2008.
“Las tensiones geopolíticas en Europa del este como resultado del conflicto en Ucrania, además de otras partes del mundo, ahora pesan más en la confianza de las empresas”, expresó el banco. Rusia respondió a las sanciones que le aplicó Occidente prohibiendo la importación de alimentos desde la Unión Europea.
Pese a que las restricciones comerciales sólo afectan a una fracción de las exportaciones de la UE directamente, su efecto se hizo notar en las cifras comerciales de junio. Las exportaciones del bloque bajaron 0,5%, frente a mayo, a 162.200 millones de euros (US$ 217 mil millones), informó ayer la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat.
Los datos “entregan mayor evidencia de que el sector externo se mantiene muy débil como para compensar la frágil recuperación doméstica de la región”, dijo la analista de Capital Economics, Jessiva Hinds. Los envíos fueron arrastrados por una caída de 14% en la demanda desde Rusia y un baja de 8% de Turquía.
Rol del BCE
Hasta ahora, el BCE ha intentado impulsar la recuperación, y combatir la deflación, a través de un apoyo a la liquidez, y ha rechazado los llamados a aplicar un alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés). En junio, el banco reveló un paquete de medidas que incluyó una tasa de depósito negativa e inyecciones de efectivo a los bancos. Sin embargo, esta promesa está perdiendo atractivo.
Los economistas que participaron en la Encuesta Mensual de Bloomberg bajaron sus estimaciones de solicitudes de préstamos -a través de las operaciones de refinanciamiento de largo plazo (Tltro, su sigla en inglés)- a 650 mil millones de euros, desde 710 mil millones de euros esperados en la encuesta de julio.
“El próximo paso es ver cuán grande es la demanda por liquidez”, dijo a Bloomberg el analista de Commerzbank, Peter Dixon. “Si se queda muy por debajo de las expectativas entonces ese es el punto en que el BCE podría necesitar pensar de nuevo y comenzar a poner el debate sobre el alivio cuantitativo nuevamente sobre la mesa”.
La misma encuesta reveló un menor optimismo sobre el panorama para la zona euro. Más de un 25% de quienes respondieron dijeron que las condiciones se deteriorarán en las próximas cuatro semanas, frente a un 10% en julio.
Unión Europea ofrece US$ 167 millones a agricultores
Los productores de fruta y vegetales de la Unión Europea recibirán ayuda financiera por hasta 125 millones de euros (US$ 167 millones) para enfrentar la restricción que impuso Rusia a la importación de productos agrícolas de la región, informó ayer la Comisión Europea. A principios de este mes Rusia declaró un embargo de un año a la carne, pescado, lácteos, fruta y vegetales de EEUU, la Unión Europea, Canadá, Australia y Noruega en respuesta a las sanciones económicas de Occidente por las acciones de Moscú en Ucrania. La comisión anunció que está trabajando en provisiones a la reformada Política Agrícola Común (CAP, su sigla en inglés), que incluye una reserva de emergencia de cerca de 420 millones de euros en total para compensar por interrupciones en el mercado. De ese monto, dejará disponibles 125 millones de euros entre ahora y fines de noviembre. La medida "reducirá la oferta total de un número de frutas y vegetales en el mercado europeo cuando las presiones de precios se vuelvan muy grandes en los próximos meses", dijo el Comisionado de Agricultura, Dacian Ciolos. "Todos los agricultores de los productos involucrados, estén en organizaciones de productores o no, podrán beneficiarse de estas medidas de apoyo al mercado". Los productos incluidos en la medida son los tomates, zanahorias, repollo, pimentones, pepinos, champiñones, manzanas, peras, frutos rojos, uvas de mesa y kiwis. "Los mercados para estos productos están en plena temporada, sin opciones de almacenamiento para la mayoría de ellos y sin mercados alternativos inmediatos", según el comunicado. La Comisión afirmó que monitoreará los desarrollos del mercado, y podría entregar un mayor apoyo para los sectores "altamente dependientes" de las exportaciones a Rusia. Los envíos agrícolas a Moscú suman 11 mil millones de euros al año, un 10% de todas las ventas agrícolas de la UE.