El acelerado derrumbe de la economía rusa continuó ayer a la par que retrocede el rublo. La divisa tocó ayer un nuevo mínimo por quinto día consecutivo a medida que se hunde la actividad empresarial.
La moneda repuntó más tarde, pero sólo ante las señales de que el banco central había salido a intervenir luego de una depreciación de 16% en sólo seis días, la mayor caída desde el default soberano ruso de 1998.
El Banco de Rusia, como se denomina el instituto emisor, informó ayer que el 1 de diciembre salió al mercado a vender US$ 700 millones, en su primera intervención desde que abandonó su política de banda de flotación cambiaria y comenzara a permitir la libre flotación de la divisa, hace un mes. El banco central probablemente volvió a intervenir ayer con entre US$ 600 millones y US$ 1.000 millones para defender a la moneda local, según Alexander Myulberger, jefe de transacciones cambiarias de BCS Financial Group en Moscú.
El rublo se hundió a un piso de 54,90 por dólar tras la publicación de datos actividad en el sector servicios peor a lo esperado para noviembre, antes de rebotar hasta 1,9% a 52,82 unidades por dólar en la tarde de Moscú.
Tendencia firme
El banco central "está interviniendo para demostrar que siguen monitoreando la situación y que no van a dejar que el rublo se salga de control", comentó a Bloomberg Evgeny Shilenkov, jefe de transacciones de Veles Capital en la capital rusa. Sin embargo, "en términos conceptuales, nada ha cambiado y el rublo va a seguir cayendo por el petróleo y la economía", sentenció a través de una entrevista telefónica.
Las reservas extranjeras de Rusia han disminuido en cerca de US$ 90 mil millones este año a US$ 420 mil millones a medida que el banco central vendía dólares y euros para tratar de apuntalar al rublo frente a los ataques de los especuladores, antes de que la autoridad monetaria abandonara a fines de noviembre su política de banda de flotación.
La moneda ha perdido casi un tercio de su valor desde que el presidente Vladimir Putin anexó Crimea a Rusia en marzo y la caída se ha acelerado por el declive en el precio del petróleo y la decisión de la OPEP de no reducir la producción de crudo.