La guerra comercial tiene todos los ribetes para convertirse en una serie de TV con más de una temporada. De hecho, este miércoles el conflicto escaló como consecuencia a los aranceles de 25% a todas las importaciones de acero y aluminio que anunció Estados Unidos.
Temprano en la mañana, la Unión Europea anunció un plan de gravámenes en calidad de represalia que afectarían hasta 26.000 millones de euros en productos estadounidenses, como jeans , motocicletas, cosméticos, ropa, madera, soya, pollo y carne de vacuno y otros productos agrícolas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que las contramedidas del bloque “son duras, pero proporcionadas” y que las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, perjudicarían a empresas y consumidores.
“Por supuesto que voy a responder”, sostuvo ayer Trump.
“Estos aranceles están interrumpiendo las cadenas de suministro. Generan incertidumbre para la economía. Hay empleos en juego. Los precios subirán”, declaró.
No obstante, admitió que siguen abiertos a negociaciones con EEUU y a entablar un diálogo significativo.
Canadá también informó de sus propias tarifas por 29.800 millones de dólares canadienses, lo que afectaría a bienes como computadores, material deportivo y hierro fundido.
El ministro de finanzas canadiense, Dominic LeBlanc, indicó que con los aranceles estadounidenses a los metales la administración de su vecino “está, una vez más, introduciendo disrupción y desorden en una relación comercial increíblemente exitosa”.
“El Presidente quiere que el acero y el aluminio se produzcan en Estados Unidos, y permítanme ser claro: nada lo impedirá”, dijo el secretario de Comercio.
México, el segundo país de origen del acero que entra a EEUU, informó que esperará hasta el 2 de abril -mismo día en que deberían entrar en vigencia más aranceles para productos agrícolas y autos- para decidir si aplicarían gravámenes recíprocos al acero y aluminio estadounidenses.
Brasil también manifestó que no tomaría medidas inmediatas.
Ante las represalias de la UE, la reacción de la Casa Blanca no tardó y el Presidente Trump amenazó con imponer más medidas comerciales.
“Por supuesto que voy a responder”, sostuvo ante las consultas de la prensa acerca de una reacción y agregó que “lo que sea que nos cobren, se lo estamos cobrando”.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, dijo que nada detendrá la aplicación de aranceles al acero y al aluminio, ya que su fabricación en territorio nacional es esencial para la seguridad del país.
Además, insistió con que Trump agregaría al cobre a sus medidas comerciales, después de que a finales de febrero anunciara una investigación arancelaria sobre las importaciones del metal.
“El Presidente quiere que el acero y el aluminio se produzcan en Estados Unidos, y permítanme ser claro: nada lo impedirá hasta que tengamos una gran capacidad nacional de producción de acero y aluminio. Y por cierto, también va a añadir cobre a esa mezcla”. dijo a CNBC.
Aumenta el déficit
En tanto, los últimos datos del Departamento del Tesoro dieron a conocer que el déficit presupuestario había alcanzado un nuevo récord y en los primeros cinco meses del año fiscal había escalado hasta ser de US$ 1,15 billones.
Solamente durante febrero, el déficit ascendió a US$ 307.000 millones y la brecha para el año fiscal es un 17% más alta que la del año anterior.
De acuerdo con el reporte, el alza responde al costo del seguro médico Medicare y del servicio de deuda gubernamental.