Las sanciones impuestas por su implicación en el conflicto de Ucrania y, en mayor medida aún, el desplome en los precios energéticos continúan socavando la confianza de los inversionistas en la evolución de la economía rusa. No en vano, las ventas de petróleo y gas representan cerca de dos terceras partes de todas las exportaciones de Rusia.
El pesimismo ha tomado forma también en el propio Gobierno ruso. Ayer dio un vuelco a sus previsiones. Sus anteriores estimaciones anticipaban un crecimiento del 1,2% en 2015. Ahora sus pronósticos confirman los temores de recesión, al augurar una contracción del 0,8%.
El creciente pesimismo económico ha provocado incluso en las últimas jornadas las mayores caídas del rublo frente al dólar desde el año 1998. El pasado lunes el desplome llegó a alcanzar el 7%. Hoy se ha confirmado que el banco central ruso intervino entonces para frenar este descalabro.
Los datos hechos públicos por el banco central ponen cifras a esta intervención. Sólo en la jornada del lunes destinó US$ 700 millones a la compra de rublos, con el fin de frenar la sangría de su divisa.
Los mercados no descartan nuevas intervenciones del banco central ruso, a pesar de lo efímero de sus efectos. Las caídas se repiten en la sesión de hoy. La mayor estabilidad en el precio del petróleo no impide descensos adicionales, superiores al 1%, en el cruce del rublo con el dólar. La divisa rusa se consolida así en zona de mínimos históricos, cerca de los 55 rublos por dólar.
Tendencias opuestas en la Bolsa de Moscú
El golpe a su divisa provoca un signo desigual en la Bolsa de Moscú. El índice RTS, denominado en dólar, amplía hoy sus descensos, muy por debajo del nivel de los 1.000 puntos, en zona de mínimos de 2009.
En cambio, el índice Micex, denominado en rublos, ha superado hoy el nivel de los 1.600 puntos por primera vez desde marzo de 2012, como consecuencia del desplome de la divisa en la que está denominado este indicador.