Hermann González, vicepresidente del CFA: “Las señales positivas en materia de conducción fiscal han sido muy claras este año”
Vicepresidente del CFA aborda las cifras que acompañan el Presupuesto 2023 y valora la decisión del Gobierno de no gastar los ingresos excepcionales que se traducirán en un superávit estructural este año.
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Una nota de alerta sobre los riesgos que enfrentan las finanzas públicas del país puso el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) en la antesala de la presentación del proyecto de ley de Presupuestos 2023. Una semana después -ya conocidos los términos de la iniciativa y el Informe de Finanzas Públicas (IFP)-, su voz se volvió a escuchar: esta vez, reiteraron sus recomendaciones para contribuir al manejo responsable de la política fiscal. Una dimensión que refuerza el vicepresidente de la entidad, Hermann González, quien advierte que “la deuda pública ha crecido sostenidamente desde la crisis financiera de 2008-2009”.
De ahí que hacia delante, destaca el también coordinador Macroeconómico de Clapes UC, sea necesario” que esa obligación modere su incremento y se estabilice bajo un nivel prudente. “Eso es precisamente lo que muestra el escenario base -que es el más probable- presentado por el Ministerio de Hacienda en la Ley de Presupuestos 2023”, responde por escrito quien fuera jefe de asesores y coordinador macroeconómico de la citada cartera en 2018-2020.
“Lo importante es que las proyecciones del Informe de Finanzas Públicas no consideran ni los recursos de la reforma tributaria ni gastos con cargo a ella”.
“En la medida que se cumpla con las proyecciones contempladas en el IFP, las agencias clasificadoras de riesgo no tendrán un argumento para tomar nuevas acciones en materia de clasificación crediticia”.
Sin embargo, enfatiza que existen riesgos. “Por lo mismo, como Consejo reiteramos la necesidad de que se cumplan las metas fiscales en los próximos años y, sobre todo, que se retome la trayectoria de convergencia fiscal a partir de 2024, para que efectivamente la trayectoria de la deuda pública sea sostenible”, dice.
- El ministro Mario Marcel destacó que la deuda se mantendrá por debajo de lo considerado nivel prudente el próximo año. ¿Lo considera factible?
- Efectivamente, las proyecciones del Informe de Finanzas Públicas muestran que la deuda se estabiliza en torno a 40% del PIB a partir de 2024, que es inferior al nivel prudente estimado por Hacienda de 45%. Esa es una trayectoria adecuada, toda vez que permite mantener la deuda en niveles sostenibles y, además, mantiene acotado el gasto en intereses.
Con todo, el cumplimiento de dicha trayectoria depende de la evolución tanto de las condiciones económicas, como de la conducción fiscal de los próximos años. En ese sentido, dicha trayectoria es factible en la medida que se cumplan las metas de balance estructural consideradas en la programación de mediano plazo.
- “Hay señales relevantes al mercado de que el compromiso fiscal es en serio”, dijo a DF la directora de Presupuestos, sobre el erario. ¿Comparte esa apreciación tras ver las cifras?
- Las señales positivas en materia de conducción fiscal este año han sido muy claras. En primer lugar, el Gobierno recibió ingresos inesperados que, pudiendo gastarlos, decidió no hacerlo y como Consejo hemos señalado que esto da cuenta de una adecuada gestión de los riesgos fiscales.
En esta línea, hemos valorado el sobre cumplimiento de la meta fiscal de este año que se tradujo en una menor necesidad de endeudamiento. En segundo lugar, el Gobierno envió al Congreso una serie de indicaciones a la Ley sobre Responsabilidad Fiscal que van en la línea de las recomendaciones del Consejo, lo que también hemos destacado y valorado. Estos cambios incluyen, por ejemplo, la formalización de una regla fiscal dual y de las cláusulas de escape, así como el fortalecimiento del CFA.
Con todo, es importante resaltar que la tarea de mantener el orden fiscal es de largo aliento y, en ese sentido, es muy importante seguir en esta senda durante todo el período de Gobierno.
- El ministro de Hacienda también realzó mucho el retorno al superávit fiscal este año. ¿Qué tan significativo es este hito, considerando que se volverá a déficit del orden de 2% de PIB en 2023 y que van a pedir autorización para un endeudamiento de hasta US$ 15 mil millones?
- Lo positivo del superávit estructural de este año es la decisión del Ejecutivo de no gastar los ingresos excepcionales por considerarlos transitorios. Esto, a juicio del Consejo, refleja una adecuada gestión de riesgos fiscales, toda vez que es probable que esos ingresos no estén presentes el próximo año. Por lo mismo, fue una decisión adecuada no comprometer gastos con cargo a esos ingresos. Esto permitió también reducir las necesidades de financiamiento vía deuda, lo que también es positivo. Con todo, como vemos en las propias proyecciones de Hacienda, el superávit estructural sería de carácter transitorio, el próximo año volveremos a tener un déficit estructural significativo y de ahí la importancia de retomar la senda de consolidación fiscal a partir de 2024.
¿Bajará la clasificación de riesgo?
- ¿Cómo calificaría alza del gasto público de 4,2% previsto para 2023? ¿Puede ayudar a levantar la economía o le pondrá presión a la inflación?
- Al respecto, quisiera mencionar dos puntos. El primero es que, en magnitud, este aumento del gasto da cuenta de una normalización de las tasas de crecimiento después del fuerte crecimiento durante la pandemia y del también muy significativo ajuste fiscal de este año. A modo de referencia, entre 2016 y 2019, el crecimiento promedio anual del gasto en términos reales fue 4%, no muy distinto a lo que se proyecta para 2023.
En materia del impacto sobre la inflación, una forma de analizar esta cifra es viendo si constituye una sorpresa para el Banco Central y para las proyecciones de inflación contenidas en el último IPoM y la respuesta es no. Ya en el IFP del segundo trimestre se anticipaba un crecimiento del gasto de esta magnitud para 2023 y, con esa información, el Banco Central hizo sus proyecciones que contemplan una significativa moderación de la inflación durante el próximo año.
- Dado este cuadro fiscal, ¿qué tan probable ve una nueva baja de clasificación de riesgo para Chile?
- En la medida que se cumpla con las proyecciones contempladas en el IFP, las agencias clasificadoras de riesgo no tendrán un argumento desde el punto de vista fiscal para tomar nuevas acciones en materia de clasificación crediticia (...).
Sin embargo, como Consejo identificamos dos escenarios endógenos en que la clasificación de riesgo podría verse negativamente afectada y estas guardan relación con una ausencia de convergencia fiscal a partir de 2024, así como también, con un escenario en que se comprometen gastos contra los recursos esperados de la reforma tributaria y la recaudación es inferior a lo que se proyecta. Asimismo, existen riesgos asociados a un menor precio del cobre y de un menor crecimiento tendencial, que podrían poner una presión relevante sobre la situación fiscal.
- Si bien Hacienda contempla una caída del PIB de 0,5% en 2023, estima adicionalmente que hacia fines del período ya habrá recuperación. ¿Comparte esa mirada?
- Esa proyección está en la parte alta de las estimaciones del Banco Central que van desde -0,5% a -1,5%, y también son superiores a lo estimado por los analistas que responden la Encuesta de Expectativas Económicas. Un escenario más negativo para la actividad que el contemplado por Hacienda tendría un impacto adverso sobre los ingresos fiscales estimados por el Ejecutivo.