Por verónica moreno
El próximo año será clave para la industria de telefonía móvil local. No sólo porque comenzará a operar la portabilidad numérica y dos nuevos actores - Nextel y VTR- se sumarán a la competencia. La nueva ley de antenas de telefonía móvil que se discute en el Congreso regulará por primera vez la estrategia de instalación de las compañías.
La normativa busca evitar la disposición indiscriminada de las torres y solucionar situaciones críticas de enjambres de antenas, entre otras medidas, y creará tipos de autorizaciones que contemplarán el tamaño de las antenas, fijará normas máximas de emisión y zonas de saturación.
La duda que se abre en la industria es cómo lograrán equilibrar esos requerimientos, ya que por un lado hay zonas con predios aptos para la instalación de torres pero que, al mismo tiempo, ya están saturadas de electromagnetismo. La norma que se discute señala que los predios aptos para la instalación deberán estar a distancias mínimas de centros educacionales y servicios de salud, entre otras áreas sensibles. Además, contempla un radio de protección mínimo de 50 metros de distancia para torres de más de 12 metros y, para antenas de 50 metros, tendrá un radio de protección mínimo de 200 metros.
Por comunas
Según un informe de la consultora de geonegocios SmartPlace, de 1.100.000 predios en las 34 comunas del Gran Santiago, sólo cerca de 15 mil (para antenas de 12 metros) y 4.000 predios (para torres de 50 metros), serán aptas para la instalación de torres. “Esto, sin incluir zonas que serán declaradas saturadas de electromagnetismo”, dice Carlos Sierralta, socio de la consultora. En esa línea, las comunas que quedarán proporcionalmente con menos áreas disponibles son Maipú, Lo Prado, Quilicura, Pedro Aguirre Cerda y Puente Alto, con menos del 0,6% de sus predios utilizables en el primer escenario (ver infografía). Con la norma más estricta a esas cinco se suman Pudahuel y San Joaquín, quedando con menos del 0,25% de sus predios utilizables.
En paralelo, las comunas que más concentran la oferta apta son Las Condes, Santiago, Providencia, Ñuñoa y la Florida, cuyos predios para este uso fluctúan entre un 10,4% y un 6,3% en el escenario de protección mínimo. En el panorama más rígido, las mismas zonas, excepto Ñuñoa, poseerán entre un 8,7% y un 6% de sus predios disponibles. Pero esas comunas ya tienen una alta cantidad de antenas y “cuando la ley declare zonas saturadas de electromagnetismo, gran parte de ese parque predial quedará afectado”, explica Sierralta. Las consecuencias de la entrada en vigencia de la ley son múltiples. Por una parte, si la ley es retroactiva en casos de saturación o distancia a usos sensibles, se tendrá que relocalizar infraestructura ya instalada. Sin embargo, al prohibir la instalación lugares conflictivos, las firmas evitarán litigios con municipios.