Mañana jueves 1 de marzo SM-SAAM comenzará a cotizar en las Bolsas de Valores como empresa independiente de la Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV). Con esto, y tras el exitoso aumento de capital por US$ 1.200 millones, se concreta el último paso de la reestructuración de CSAV: la división de la empresa.
De acuerdo al procedimiento previsto por la Junta de Accionistas desde el inicio del proceso, recibirán acciones de SM-SAAM todos los accionistas de CSAV inscritos en el registro de la empresa el 29 de febrero de 2012. Por cada título de la naviera, se asignarán 1,1168666991 de la nueva sociedad matriz.
Ya cerrado este registro, un 37,44% de la propiedad de ambas compañías quedó en manos de Quiñenco y un 12,35% de Marinsa. En tanto, el 50,21% restante corresponde a otros inversionistas –tanto privados como institucionales – y nuevos accionistas.
Las acciones de SM SAAM se cotizarán en la lista “A” de títulos de la Bolsa de Santiago. En tanto, la entrega material de las acciones se hará el 6 de marzo de 2012, un día antes de lo previsto inicialmente.
La reestructuración de CSAV
El aumento de capital realizado por CSAV es parte de la reestructuración que inició la empresa en 2011 y que busca mejorar su posición competitiva y financiera además de prepararla para enfrentar los desafíos futuros.
El proceso contempla además una reducción de la capacidad de transporte de carga de contenedores de cerca de un 50% respecto de la operada en los primeros meses de 2011. Asimismo, mediante acuerdos con importantes navieras, aumentó el volumen de operaciones conjuntas desde cerca de un 30% a principios de 2011 a casi un 90% en la actualidad. La compañía además está aumentando su flota propia, la cual pasaría de un 9% a principios de 2011 a más de un 30% a principios del segundo semestre de 2012.
Las mejoras comenzaron a verse en el último trimestre de 2011, cuando la empresa evidenció una reducción de las pérdidas en sus operaciones continuadas, mostrando un quiebre en la tendencia del resto de la industria a nivel mundial, en un entorno en que las condiciones de mercado son más adversas que a principios de 2011 y que la competencia ha comenzado a mostrar pérdidas crecientes.