Sinovac lanzó en Turquía su primera planta fuera de China y marca la pauta para los proyectos internacionales, incluido Chile
A diferencia del proyecto en nuestro país hoy detenido, la fábrica de vacunas en Ankara se concretó en apenas un año y medio en estrecha colaboración con el gobierno turco.
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La compañía china Sinovac Biotech no sólo hace noticia a nivel internacional en Sudamérica –donde suspendió su proyecto de elaboración de vacunas en Chile mientras dio luz verde a una iniciativa del mismo tipo en Colombia- sino también en un país con fuertes vínculos con la Unión Europea: Turquía.
La biofarmacéutica inauguró este miércoles en la capital Ankara su primera su primera planta de producción de vacunas fuera del gigante asiático, que demandó una inversión total de US$ 100 millones para instalar un complejo con una superficie de 29 mil metros cuadrados -levantado de acuerdo a los estándares de la OMS y la UE-, y una capacidad de de 30 millones de dosis anuales.
La relevancia que las autoridades de ese país dieron a la iniciativa quedó de manifiesto en la participación del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, en la inauguración, donde destacó que la crisis del coronavirus “nos ha demostrado cuán crítica es la capacidad de producción de vacunas”, agregando que “nuestra dependencia de los suministros extranjeros disminuirá, y también podremos avanzar y formar talentos en esta industria”.
Si bien este proyecto es el resultado de la asociación entre Sinovac y la firma turca Alagöz Holding Company - quienes dieron forma a la sociedad KeyVac- para su materialización fue decisiva la estrecha colaboración ofrecida por el gobierno turco, que permitió concretar la planta en el transcurso de sólo un año y medio desde el inicio de las conversaciones. Esto posibilitó el inicio de las obras en noviembre de 2022 y sortear la inspección de Buenas Prácticas de Fabricación para obtener la certificación en octubre pasado. Así “toda la cadena, incluida producción, control de calidad, transporte y almacenamiento, cumple estrictamente con los estándares internacionales que garantizan la seguridad y eficacia de las vacunas”, detalló Sinovac en un comunicado.
Además de la producción local, el plan de KeyVac es "participar en la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas preventivas, con el objetivo de satisfacer las necesidades médicas no cubiertas en Turquía y mejorar la salud pública regional". Aquí destacó el precedente que implicó la investigación conjunta entre Sinovac y científicos turcos en el marco de la pandemia sobre la "vacuna inactivada contra el Covid-19, que se publicó en la revista The Lancet proporcionando evidencia científica crucial para su despliegue global, asociación científica que ha fomentado la innovación y ha incrementado las confianzas".
Los paralelos con Chile
Mientras daba a luz a su planta de vacunas en Turquía, prácticamente en los mismos plazos Sinovac pasó en Chile desde dar forma a un proyecto de fabricación de estos productos –con las funciones de llenado y envasado- en la comuna de Quilicura, dando los primeros pasos con la elección y compra del terreno, a decidir frenar la iniciativa hasta nuevo aviso. Además, terminó desechando la instalación de un centro de I+D en Antofagasta, no obstante continua trabajando en convenios científicos con universidades, como es el caso del desarrollado con la UC y el Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, fundamental en el ingreso de Sinovac al país.
¿Hay coincidencia entre ambos procesos? Sí, señalan fuentes que conocen la empresa y que centran su análisis en el papel que han jugado los gobiernos. Y es que mientras en el caso del proyecto en Turquía destacan “el apoyo muy activo y concreto del sector público, y que no fue por el lado del financiamiento ya que se funda en una alianza con una empresa local”, en el caso de la fábrica prevista en la zona norte de Santiago -con una inversión por US$ 60 millones- la gestión del Ejecutivo fue puesta tela de juicio.
Así, la paralización de la iniciativa abrió una fuerte polémica en torno a lo realizado durante la actual administración, centrada en la ministra de Ciencia, Aisén Etcheberry y su par de Economía, Nicolás Grau. Esto llevó a fuertes cuestionamientos e investigaciones anunciadas por parlamentarios y que están en curso.
Para quienes están al tanto del diseño de la expansión de Sinovac, ven otro precedente en el reciente anuncio de la construcción de una planta de vacunas en la capital de Colombia, a partir de un convenio suscrito meses antes con el Gobierno de ese país y el de la Ciudad de Bogotá, que destacan como una firme alianza público-privada en partes iguales. Entre sus objetivos, están el impulso a la investigación científica, I+D y producción de la industria farmacéutica para la autonomía sanitaria de ese país.
Si bien Sinovac declaró oficialmente que en su decisión de congelar la planta en Quilicura pesó “la disminución en la demanda de vacunas contra el Covid-19 que generó un cambio importante en las condiciones del mercado”, quienes conocen el caso concuerdan en que un factor decisivo para una eventual reactivación del proyecto a futuro, será la gestión de las autoridades, y su disposición a establecer una asociación estratégica, punto que sería un denominador común para las opciones que analiza la compañía.
Al respecto, un experto del sector indicó que “no se trata de cuáles requisitos específicos ha puesto la empresa sobre la mesa –como los eventuales subsidios que deslizó el ministro Grau y que Sinovac descartó- , sino de explorar alternativas en la línea de una asociación estratégica con el Gobierno”.
Los registros pendientes de aprobación en ISP
Un ámbito que pone a prueba la capacidad de gestión de las autoridades chilenas en relación a los planes de Sinovac -y que hasta ahora ha estado ausente en el revuelo en torno a este caso- es la aprobación de los registros de vacunas para otras enfermedades no Covid 19 presentadas al Instituto de Salud Pública (ISP).
Y este es otro punto que guarda relación con la estrategia seguida por la compañía en Turquía, ya que ese polo biotecnológico comenzó elaborando productos de inmunización contra la hepatitis A (la vacuna contra esa enfermedad de Sinovac es la primera proveniente de China precalificada por la OMS), pero a futuro planea introducir otras líneas contra la varicela y la gripe.
Ello, por cuanto Sinovac en Chile sometió a tramitación ante el registro sanitario del ISP sus vacunas contra la varicela y la hepatitis, pero estos procesos han excedido con creces los plazos previstos, atraso que ha implicado una demora para esas otras iniciativas de la compañía china en el país, indica una fuente de la industria.