Clínicas buscan acogerse a ley de protección del empleo para las áreas no-coronavirus
Algunos prestadores están negociando con sus trabajadores, mientras en otros se tomaron medidas más drásticas.
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Aunque parezca contraintuitivo, las clínicas privadas están pasando por un complejo momento a raíz de la irrupción del Covid-19. La Asociación de Clínicas de Chile alertó a la autoridad hace unas semanas de los problemas de liquidez por la baja en ingresos -que se estiman en $ 245.000 millones mensuales-, y ya algunos planteles han comenzado a tomar acciones para garantizar su sustentabilidad en el tiempo.
El viernes la Clínica Alemana de Osorno inició una reestructuración global con el propósito de revertir malos resultados acumulados y que se vieron agravados por el coronavirus, según informó Radio Bío-Bío en base a una declaración oficial.
Pero no es lo único. La Red de Salud UC Christus reconoció estar en "conversaciones con los distintos sindicatos, a quienes se les ha invitado a buscar en conjunto acciones colaborativas que permitan disminuir el impacto de las medidas necesarias de adoptar".
Según una declaración de varios sindicatos relacionados a la organización, donde manifestaban su oposición a la medida, la empresa está trabajando en dos vías: una, la suspensión laboral y la disminución de la jornada de trabajo bajo la Ley de Protección del Empleo; y segundo, para otro grupo de trabajadores, una disminución voluntaria de la renta entre 10% y 30%.
Al ser consultada, la Red de Salud UC Christus dijo que "debido a la crisis sanitaria que vive el país ha debido postergar todas las intervenciones quirúrgicas electivas y restringir la mayoría de las atenciones ambulatorias, lo que implica una baja muy significativa en la actividad global y el cierre de algunos de sus centros médicos, unidades de toma de muestras, entre otros servicios".
Recalcó que de todos modos, las medidas -que tienen que ser acordadas con trabajadores- "no afectará de manera alguna la atención a pacientes ni la seguridad de los colaboradores de la Red".
La Clínica Universidad de Los Andes también está impulsando medidas de esta naturaleza. El plantel ha venido creciendo y consolidándose desde que fuera inaugurado en 2014.
Jorge Laso, director general del plantel, cuenta que desde fines de febrero se están preparando para la pandemia, "adoptando todas las medidas para prevenir contagios y, al mismo tiempo, ofrecer un tratamiento adecuado a los pacientes que contraigan Covid-19. Esto ha considerado segregar flujos y espacios, crear una Urgencia Respiratoria, un Centro de Enfermedades Respiratorias y un piso exclusivo para hospitalización Covid. También hemos adquirido más ventiladores y aumentamos nuestra capacidad de camas críticas e intermedias".
Sin embargo, la actividad clínica ha caído drásticamente, lo que se combina con las restricciones impuestas por la autoridad sanitaria respecto de cirugías electivas. "Esto ha afectado por igual al centro médico, urgencia y pabellones. Esta caída en los ingresos, en un contexto de aumento en los gastos para dar respuesta a las necesidades del país por esta pandemia, nos ha generado un déficit importante que nos ha obligado a activar un plan que contempla postergar inversiones, renegociar deudas y contener costos", dice Laso.
La clínica se acogió a la Ley de Protección del empleo para evitar despidos, reconoce. Así, se acordó "la reducción de un 20% en la jornada de todos los trabajadores, salvo el 20% de nuestro personal clínico, administrativo y de apoyo de las áreas que atienden directamente y de manera preferente a pacientes Covid-19", explica.
Dado que los trabajadores obtienen recursos del fondo de cesantía, para la mayoría la rebaja real será de 10%.
Consultado sobre qué medidas podría impulsar el gobierno, Laso dijo que "si se mantiene el escenario actual en que los contagios activos están bajo control, llamaría a la autoridad a considerar aliviar ciertas restricciones que pesan sobre nuestra actividad".