Minera Caserones contrata asesoría para revertir pérdidas y mejorar operación
McKinsey llegó hace algunos meses a la faena de capitales japonesa y aplica un plan denominado RTS.
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La caída en el precio de las materias primas obligó a las mineras a concentrarse en las mejoras de gestión y reducción de costos que les permitan capear la tormenta que vive la industria. Para alcanzar este objetivo, la mina Caserones -propiedad de la japonesa Lumina Copper- contrató a la consultora McKinsey para que proponga un plan integral de mejora para la faena ubicada en Atacama.
Según comentaron fuentes de la industria, McKinsey llegó hace algunos meses a la faena y están aplicando un programa denominado RTS (Recovery Transformation System) que se enfoca no sólo en temas de personal, sino que en aspectos operativos y financieros.
Hace algunos días el mayor accionista de Caserones, JX Holdings, a través de su presidente Yukio Uchida, destacó el trabajo que están haciendo junto con los asesores. “Seguiremos trabajando en mejorar la rentabilidad a través de la estabilización de la operación, mayores tasas de recuperación y reducción de costos, trabajando junto a una consultora extranjera”, señaló en conferencia con inversionistas.
Consultados por la asesoría, desde Caserones declinaron entregar nombres de la compañía, pero sí indicaron que cuentan con el apoyo externo. “Efectivamente con apoyo de una asesoría experta, Caserones lleva adelante un proceso de cambio estratégico destinado a capturar oportunidades de mejor gestión, de contención de costos y de optimización de la organización, para hacer frente a los bajos precios que predominaran en el mercado. Confiamos en el compromiso de todos los miembros de nuestra organización: dotación propia y empresas contratistas en este esfuerzo”, dijeron en la compañía.
Fuentes de la industria también comentan que el año pasado también contrataron a la canadiense Hatch para realizar un informe en el que se evidenciaban falencias en la operación de la planta.
Durante 2015, la faena registró una pérdida de US$ 951 millones, explicado en parte por el deterioro de activos realizado por la firma, contabilizado en US$ 722 millones.
“En cuanto al sector de los metales, la tarea más importante es lograr un funcionamiento estable de Caserones, y mejorar su rentabilidad. La tasa de utilización se ha mejorado en forma constante, y ahora es alrededor del 80%-90%”, indicó Uchida.
Para marzo se esperaba que la mina alcanzara el 100% de su capacidad, pero este objetivo se retrasó para el tercer trimestre de este año.
Uchida comentó que Caserones jugará un rol fundamental en su estrategia de negocios para 2016. Esto porque uno de los cimientos será el de rentabilizar activos existentes.
“Vamos a asegurar los retornos de en activos ya invertidos, principalmente Caserones. Por lo tanto, nos centraremos en la mejora de la rentabilidad de las empresas existentes”, sostuvo.
Caserones fue inaugurada en 2014 y requirió de US$ 4.200 millones, un incremento de 147% comparado con la estimación inicial de inversión.