Esta entrevista tuvo lugar pocas horas después de que María Olivia Recart, exsubsecretaria de Hacienda, exvicepresidenta de BHP y exrectora de la Universidad Santo Tomás, renunciara al directorio de CAP, donde la exministra Carolina Schmidt asumió en su lugar y a la presidencia llegó Juan Enrique Rassmuss.
Sobre CAP, sólo tiene palabras de elogio. "Lo pasé genial. Primero, porque para mí fue súper bueno que fuera el primer directorio que cumplió con el 40% de mujeres, éramos tres mujeres de siete directores. Segundo, me tocó entrar con el cambio de Mitsubishi también, entonces éramos cuatro directores nuevos y los otros tres estaban con muchas ganas de hacer cambios: Roberto De Andraca, Juan Enrique Rassmuss y Jorge Salvatierra. Y, tercero: fue un período de mucha creatividad, de gobierno corporativo innovador en una empresa chilena de más de 70 años, súper anclada en regiones -yo soy regionalista total- y dispuesta a hacer cambios".
“Me gusta mucho participar en estos directorios que tienen esta mirada desde afuera, porque a veces nos cerramos en discusiones entre nosotros mismos”.
Pero sigue ligada a la actividad, ahora es directora de dos firmas del rubro: Minera Aclara y Lundin Mining. Además, tiene presencia en el sector financiero en Banco Santander.
-¿Y por qué asumió en el directorio de Aclara?
Porque es fascinante. Es un proyecto que va a la vena de la electromovilidad. Imagínate que después uno diga "estos autos eléctricos se construyen gracias al proyecto de Penco de las tierras raras, donde se generan los imanes y los magnetos que hacen que un auto eléctrico pueda funcionar". No basta con la batería de litio, pero el auto y varios equipos más no funcionan sin un magneto. Y estos magneto y estos imanes se producen a través de las tierras raras. Entonces, ese es el primer concepto que yo encuentro que es la modernidad. Segundo: Muchos proyectos de tierras raras son radiactivos y el de Penco no lo es, las tierras raras están superficialmente. Y en el caso de Penco, esta es una extracción superficial muy fácil, como producir cemento.
-¿Tiene fe en que el proyecto se haga el 2026?
-Sí, porque Penco fue una ciudad industrial, es una ciudad que sabe lo que es vivir de la industria. Este es un proyecto que además va a invertir del orden de US$ 130 millones, con proveedores locales y trabajadores locales.
-También entró al directorio de Lundin Mining, una empresa que compró Caserones en casi US$ 1.000 millones. ¿Qué aporta usted a esa empresa?
-Primero: la empresa tiene un proyecto muy atractivo por delante, donde el distrito de Sudamérica se convierte en algo relevante. Segundo: Lundin tiene un equipo de primera. He ido conociendo a la gente que trabaja en el mundillo y doy fe de que son gente vinculada a la minería de mucha trayectoria, con gran experiencia. Juan Andrés Morel, que técnicamente es de los mejores mineros que existen en Chile hoy, sin que uno ofenda a nadie. Y tercero, creo que el cobre es un desafío a nivel mundial. La oferta mundial no está a la altura de lo que se proyecta en la demanda mundial. Esa es la oportunidad y la ventana que hay. Yo creo que este país está preparado para asumir esos desafíos de clase mundial.
-Lundin compró Caserones en medio de la discusión del royalty. Aclara es de un grupo peruano. ¿Los extranjeros siguen confiando en Chile para invertir?
-Yo creo que la inversión habla por sí misma. A mí me gusta mucho participar en estos directorios que tienen esta mirada desde afuera hacia nosotros, porque a veces nos cerramos en discusiones entre nosotros mismos. No sólo Chile está difícil: el mundo está difícil.
-Estando en mineras, ¿qué opina del royalty?
-Yo no he estado en la discusión, pero creo que resolver el tema del royalty es fundamental. Para que haya más inversión. Yo creo que hay un espacio y yo creo que estamos llegando al límite. De cuál es este espacio para mejorar la recaudación para el Estado y yo creo que también dónde estamos. Quizá hay una discusión ahí de detalle.
He visto, como nunca, la minería dispuesta a conversar de esto. Hace diez años atrás se paraban de espaldas, se defendían, se sacaban las uñas. Hoy día dijeron estamos disponibles y creo que ahí la conversación de ellos con el Estado. Una apertura de decir "mira, estamos dispuestos. Veamos qué es lo que somos capaces de hacer". Y las empresas conocen su realidad y tienen que hacérsela saber (al Gobierno) porque es muy diversa.
-¿Por qué la minería tiene mala fama?
-Cuando una familia educa a sus hijos en base a minería, le gusta la minería y le parece atractivo, entonces lo que le pasa a la minería, es que a diferencia de otros países, la minería en Chile está ubicada en un distrito que está muy lejos del lugar donde se ubica la mayoría de la población. El 70% de la población de Chile está de La Serena al sur y las minas están de La Serena en el norte. Entonces yo creo que hay una disociación cognitiva. Y la minería tiene mucho que aportar a Chile.
-¿Y el impacto social de la minería?
-La minería es meritocrática y enfocada en los logros. Por ejemplo, la presencia de mujeres. En CMP en primera línea está Francisco Carvajal y le reportan el 40% o 50% de mujeres que están en los cargos gerenciales. En BHP se pasó de 9% de participación femenina a 23%. En los lugares en que me ha tocado trabajar a mí, la incorporación de las mujeres se hace con un foco y un propósito. Es una industria que es muy fascinante. Y yo creo que sí, la minería en Chile tiene harto que aprender todavía, pero no va a la retaguardia, va a la vanguardia.
-La presencia de directoras en las empresas del IPSA subió de 19% a 21%. ¿Qué te parece?
-Yo estoy de directora desde inicios de la década y el cambio ha sido notorio. Creo que es difícil ser la única mujer; uno tiene que entrar con más mujeres. Y más que ser mujer, el punto de vista es lo que vale.
Hay un grupo muy grande y Juan Enrique Rassmuss, Roberto de Andraca y Jorge Salvatierra han hecho una pega súper importante de buscar mujeres y no sólo ahora, desde antes. (Para la paridad) necesitas hombres que estén hoy día impulsando esto. No basta con que nosotros, las mujeres, lo impulsemos, necesitamos que haya hombres.
-¿Qué te parece la Estrategia Nacional del litio?
-Tenemos hoy un escenario donde la estrategia está y en vez de quejarnos tenemos que buscar la fórmula como país y como empresa y como para que esta cosa ocurra. Ahora, el tema de fondo es la gobernanza. Y el gobierno corporativo es lo que va a hacer la diferencia; el tema tecnológico es importante en esta discusión. Yo encuentro que el paso que se dio en términos de la estrategia es un gran paso. Creo que Codelco es la empresa que puede liderarlo con Corfo. Me parece bien y creo que además la discusión de la política nacional del litio es lo que ahora viene. Siempre va a haber gente disconforme. Yo me caracterizo por estar en el lado de la gente conforme.
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