Un grifo puede entregar más de 50 mil litros de agua en una hora, cantidad similar al consumo promedio de dos hogares al mes. Según datos de Aguas Andinas, en verano se violentan al menos 300 de estos surtidores sólo en la Región Metropolitana, dificultando el trabajo de Bomberos en caso de incendios, entre otros inconvenientes.
Frente a este problema, la empresa chilena Encrypta desarrolló una solución capaz de impedir la apertura ilegal de los grifos en la vía pública. Luego de dos años de trabajo, la firma creó una nueva válvula que se aloja en un nuevo diseño interno de la tapa del grifo, que está fundida en fierro nodular y conserva la forma externa actual.
“Este dispositivo fue diseñado tanto en su concepto de seguridad como en su ubicación en el grifo”, explica Cristian Valenzuela, gerente de Encrypta.
Más seguridad
Actualmente, los grifos se abren a través de una válvula cuadrada que se acciona en forma directa desde la parte superior de la tapa, a través de una herramienta que incluso puede ser hechiza.
La nueva válvula tiene una parte al interior de la tapa y otra que sobresale del grifo, y para su apertura se requiere una herramienta que primero acciona la parte superior. Una vez realizada esa operación es posible accionar la válvula interna y obtener agua, en un proceso que tarda sólo dos segundos, “requisito fundamental para el tipo de respuesta que Bomberos exige”, cuenta Valenzuela.
“El nuevo dispositivo es particularmente innovador ya que es un concepto diferente en cuanto a la manera de lograr accionar la válvula. Su robustez, geometría y diseño hacen prácticamente imposible que pueda ser abierto, menos aún utilizando herramientas convencionales”, dice.
La solución ya fue probada por Bomberos y está siendo presentada a las empresas sanitarias de la Región Metropolitana, con el fin de instalar las nuevas válvulas antes que llegue el próximo verano.