Por Francisca Orellana
Pese a que existe una inversión superior a los
US$ 3.000 millones en Chile, la astronomía todavía es una industria poco valorada en el país, sostiene la primera mujer licenciada en Astronomía en Chile y Premio Nacional de Ciencias, María Teresa Ruiz.
“Hay que tomar conciencia de que Chile es único en este tema, conocido a nivel mundial, y que cuenta con los mejores cielos para explorar el universo. Es muy atractivo y habría que saber cómo hacerlo”, indica, agregando que es fundamental ver a la astronomía como una industria tan potente como la vitivinícola, que podría ser parte de la imagen país “ya que los mejores laboratorios y proyectos del mundo están acá”, explicó la investigadora del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, tras exponer en los Diálogos Bicentenario del Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
En la oportunidad, comentó que la generación actual vive un momento “privilegiado” ya que es la primera, en más de 20 mil millones de años, que puede conocer el origen del universo y de dónde venimos. Y que gracias a los nuevos instrumentos y telescopios como ALMA, será posible saber si hay vida en otros planetas.
Astrónomos chilenos
Además de la oportunidad de aprovechar el potencial de la astronomía, la formación de expertos chilenos también presenta desafíos en cuando a su inserción en esta “nueva era” de la ciencia. Según Ruiz, no hay espacio para recibir a los estudiantes de doctorados que están por llegar del extranjero. La comunidad actual llega a 60 especialistas, de los cuales la mitad es de origen chileno, pero gracias a los telescopios que se están construyendo, se podría llegar fácilmente a una comunidad de 200 astrónomos.
“Pero no hay puestos que ofrecerles (en universidades), y no sirve de nada que se vayan a trabajar a un observatorio porque no estarían participando de la aventura chilena en astronomía”, señala. Por ello, considera que hay que poner recursos estatales para insertarlos en regiones, y dotar a las universidades con
infraestructura adecuada”.
Acota que sería beneficioso, además, contar con un Instituto Nacional de Astrofísica, donde puedan llegar estos profesionales a hacer investigación básica y transferencia tecnológica, como lo ha hecho Francia o España.