Por Alejandra Clavería
Convertir la gestión de los recursos humanos en una ventaja competitiva y en una herramienta para diferenciarse de la competencia, se ha transformado en una de las políticas corporativas centrales que la multinacional Kimberly Clark está cultivando en América Latina, región donde en los últimos cinco años ha tenido el mayor crecimiento sostenido a nivel mundial, alcanzando un 20% en ventas y utilidades operacionales.
Este éxito, explica Ramiro Garcés, vicepresidente de Recursos Humanos para Latinoamérica de Kimberly Clark, uno de las principales fabricantes de productos de cuidado personal, se debe a que entre los trabajdores se ha instaurado una “cultura ganadora”, que no sólo le ha permitido mejorar productos y hacer más eficientes los procesos, sino también posicionarse como una de las corporaciones más destacadas del Great Place to Work, ranking que mide las mejores empresas para trabajar a nivel mundial y en el que actualmente ocupa el primer lugar dentro de las multinacionales que operan en la región. “Las empresas que tienen éxito son aquellas que han sabido potenciar el compromiso de sus empleados y convertirlo en una ventaja competitiva”, dice Garcés. “Cuando las personas se sienten identificadas con la compañía en donde trabajan, buscan la mejor forma de realizar su trabajo y la productividad en sí sube en todas las áreas corporativas”, agrega.
Cultura ganadora
Para fomentar la cultura ganadora, Kimberly Clark insta a sus trabajadores a conectarse con la compañía a través de diez elementos clave como empoderarlos para que tengan la capacidad de tomar sus propias decisiones en favor de la firma; la promoción de un alto sentido de pertenencia para que se sientan seguros y orgullosos del lugar donde trabajan; y el fomento de la empleabilidad, otorgándole a los mejores talentos la posibilidad de capacitarse en otros países para que aprendan del negocio y crezcan profesionalmente.
A esto se suma el desarrollo de canales internos de comunicación que buscan estrechar los lazos entre los líderes y sus equipos de trabajo, agilizando la entrega de información y esclareciendo las expectativas que se tienen de cada uno de ellos. “Sabemos que todos estos elementos pueden llevar a la compañía a obtener mejores resultados económicos, por eso constantemente escuchamos a nuestros empleados para que nos digan en qué aspectos debemos mejorar”, comenta Garcés. Añade que toda esta política les ha permitido además reducir entre 4% y 4,5% su tasa de rotación voluntaria, cifra muy por debajo del 5,7% que en promedio registran las 100 mejores compañías de consumo masivo del Great Place to Work. Para este año, la firma proyecta crecer un 5% a nivel mundial y superar los US$ 21 mil millones que vendió en 2011.