Una crisis bien manejada puede generar oportunidades. Bien lo sabe la industria del salmón, que tras la irrupción del virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón) en 2008 pasó de ser actor en alza, a uno en baja, al registrar pérdidas estimadas entre US$ 3.000 y US$ 5.000 millones, con una caída del 13% en las exportaciones en 2009 y el cierre de más de un centenar de empresas.
Esto hizo que Salmón Chile, entidad que agrupa a las firmas del sector, impulsara en 2011 una agenda de Innovacción y Desarrollo (I+D), focalizada en control sanitario -como prevención del virus ISA y piojo caligus-; además de investigación en vacunas, nutrición y genética.
En la industria afirman que hoy están en mejor pie para enfrentar cualquier amenaza externa, gracias a las innovaciones científicas en desarrollo, y a la incorporación de un nuevo modelo productivo.
“De algún modo este modelo da garantías de que las pérdidas frente a una nueva enfermedad no sean tan significativas como aquella vez”, argumenta Carlos Odebret, gerente general de Salmón Chile.
Comenta también que el país invierte el 0,5 del Producto Interno Bruto (PIB) en I+D, unos US$ 1.000 millones, y “nosotros creemos estar un poco más arriba”, dice Odebret.
Un impulso que reconoce Leonardo Guzmán, jefe de la División de Investigación en Acuicultura del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), quien destaca que el sector se ha encargado de realizar investigación científica de mediano y largo plazo para profundizar en el conocimiento de las variables y fenómenos que intervienen en los procesos asociados a la producción intensiva de salmones.
Uno de los centros de investigación y transferencia genética en la acuicultura es Aquainnovo, el cual, además de realizar pruebas para el diagnostico del virus ISA, está buscando genes resistentes a este virus, con el fin de detectar a las familias de salmones más resistentes, y luego, hacer estudios genéticos para determinar los genes involucrados. “A futuro podremos seleccionar los individuos con mejores genes para la resistencia”, afirma Roberto Neira, genetista de Aquainnovo.
Este centro también está realizando programas de mejoramiento genético en tierra -una innovación a los métodos en agua de mar- de los cuales se están desarrollando las primeras familias. Este sistema apunta a producir ovas de especímenes que nunca han tenido contacto con el virus ISA y en los cuales se están buscando genes de resistencia, para combatir, por ejemplo, al piojo calibus, uno de los mayores problemas que afecta a la especies chilenas.
Para el virus ISA y SRS (Síndrome Rickettsial del Salmón), la firma Centrovet desarrolló una vacuna oral que previene ambos virus. “Estamos sacando las mismas versiones orales para el IPN (Necrosis Pancreática Infecciosa), que afecta el cultivo de peces en agua dulce; además de una vacuna para el caligus”, indica David Farcas, gerente general de Centrovet.
Ruben Avendaño-Herrera, académico de la U. Andrés Bello, indica que las empresas locales han avanzado en prevención. “Han creado vacunas orales, las cuales tienen un refuerzo de la respuesta inmune para que luego el pez bajo el agua, nuevamente quede protegido”, indica.
Asimismo, para los salmones de agua dulce se han generado vacunas por inmersión -mediante baños-, y no vía inyección intraperitoneal, favoreciendo a los especímenes más pequeños que no quedan susceptibles a patógenos.
Nutrición
InnovaChile de Corfo en conjunto con el Instituto de Biología Marina de la U. Austral, acaba de finalizar un proyecto que busca reducir el período de inhibición del apetito en los salmones recién vacunados a través de aditivos en base a poliquetos marinos. “Esto permite reducir patógenos, ya que cuando son vacunados y no comen, quedan susceptibles a nuevas enfermedades”, indica Guillermo Valenzuela, académico de la U. Austral.
Por otro lado, siguendo las tendencias mundiales, se está reemplazando las proteínas y aceites de origen animal por otras de origen vegetal. En parelo, Aquainnovo y la U. de Chile están trabajando en la genética de salmones para modificar sus hábitos alimenticios e incentivar el consumo de vegetales.
La empresa EcoSea Farming, creadora de la jaula de cobre sumergible que permite producir peces en cualquier condición climática, está trabajando en jaulas a control remoto. “Estamos en la segunda etapa que es la telemetría. De aquí a un año vamos a tener un sistema para usarlo través de un celular, consola, u oficina y mandar una orden para hundir la jaula que está a cientos de kilómetros de costas afuera”, indica Rodrigo Sánchez, gerente general de Ecosea Farming, consorcio tecnológico formado por Codelco, International Copper Association, la U. de Concepción, Fundación Chile, U. Católica de Valparaíso y la empresa Sitecna.