El Fondo de Inversión Social (FIS), de Claro y Asociados, concretó hace pocas semanas su quinta inversión por
US$ 660 mil para apoyar al centro de educación integrada para adultos Quimahue, en la Octava Región.
La institución, necesitaba financiamiento para adquirir un terreno para ampliar sus instalaciones con el fin de aumentar su capacidad y pasar de los 255 alumnos actuales a 455 estudiantes.
La particularidad de este recinto con 30 años de funcionamiento, explica María José Montero, directora del FIS, es que se centra en la nivelación de estudios de personas vulnerables para que puedan reintegrarse a la sociedad, bajo una metodología especial, pues el 14% de sus alumnos son infractores de ley, un 22% discapacitados y 41% es de origen mapuche.
“Es un proyecto que no contaba con otro mecanismo de financiamiento para desarrollarse y nosotros valoramos impactos sociales. Ellos tienen lista de espera de alumnos pero no eran capaces de responder”, explica.
El fondo nació de manera pionera en 2010 al levantar US$ 4,5 millones entre 20 aportantes, como Patricia Matte, Jorge Claro, Sergio Cardone, Hernán Levy o José Antonio Garcés, como una alternativa de financiamiento para aquellos emprendimientos sociales de alto impacto que necesitan crecer y lograr autonomía operativa.
A la fecha, ya han aprobado el 84% del capital comprometido en iniciativas en su mayoría ligadas al área de educación, como la creación del fondo Ilumina, de Lumni, donde destinaron US$ 1 millón para financiar la educación superior de 250 alumnos técnicos profesionales en un período de ocho años. Han evaluado 20 iniciativas y queda espacio para invertir en dos proyectos más. Sin embargo, ya planean levantar un segundo fondo. “Fuimos pioneros, hoy la inversión con sentido es importante”, sostiene Montero.