La industria creativa -empresas dedicadas a la música, el arte y el trabajo audiovisual, por nombrar algunas- ya representan el 1,6% del PIB. Un cifra que podría ser incluso mayor, advierten los expertos, pero que se ha visto afectada por la alta desinformación en el medio, respecto de la protección de las creaciones y la falta de actualización a la normativa vigente. Lo cierto, es que esta última está dividida en dos entidades: el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).
El gerente general de Industrias Creativas de Chile Asociación Gremial, Alex Paredes, sostiene que "los trabajadores creativos están poco informados y aunque se están haciendo esfuerzos, se necesita una institucionalidad que proteja los derechos de autor". Precisa que la inscripción de la creación en la Dibam no libera a la persona o empresa de un eventual plagio o copia, lo que impacta mayormente a las Pymes, las que no cuentan con los recursos para entablar una demanda.
Por ello, plantea que se requiere actualizar la normativa vigente, ya que con medios como Twitter, se corren mayores riesgos, por lo que alternativas como "Creative Commons" -permiso para usar o compartir una obra sin fines de lucro- puede ser la solución.
Paredes explica que, en general, una creación deriva en subproductos que pueden protegerse de diferentes formas. "En una serie de televisión puedes comercializar, además, la descarga, contratos publicitarios con distintas marcas, hacer eventos, grabar un disco o un dvd", comenta.
El director de la Unidad de Defensa del Emprendedor (Defem), Marcial González, señala que mientras más redes de contacto existan al interior del sector, la información fluirá de una mejor manera, pero que es necesario un canal de comunicación directo entre la Dibam y el Inapi.
En Chile, la protección de la propiedad intelectual se realiza a través del Inapi para patentes y marcas. En general, las industrias creativas no desarrollan creaciones suceptibles de patentamiento, por lo que su relación con esta entidad se remite sólo al registro de las marcas comerciales asociadas a sus proyectos.
Por ello, la institución que tiene directa relación con este sector es el Departamento de Derechos Intelectuales de la Dibam, quienes llevan el registro de inscripción de derechos de autor. Este último, corresponde a creaciones como fotografías, obras literarias, audiovisuales, diseño web y proyectos de arquitectura, entre otros.
Reivindicación de derechos
El abogado de la Asociación Gremial de Desarrolladores de Videojuegos de Chile (IGDA Chile), Juan Manuel Muñiz, concuerda con el desconocimiento de la ley del medio y la confusión sobre cómo proteger la propiedad intelectual, sumado al costo de las asesorías. "Los miembros de la comunidad creativa tienden a acudir al Inapi y a procedimientos de patentes industriales para proteger procesos creativos. Lo apropiado, es la gestión de derechos intelectuales, que corresponde a la Dibam", afirma Muñiz, quien ve la necesidad de crear una instancia, pública o privada, en que profesionales de la materia entreguen esta información.
Sotiene que el mayor riesgo de la industria frente a la propiedad intelectual se debe al fácil acceso al contenido sin la voluntad del autor y que es difícil y costoso reivindicarla una vez copiada o extraída, por lo que se recurre a la justicia de las redes sociales a través de la difusión del caso.
El jefe del Departamento de Derechos Intelectuales de la Dibam, Claudio Ossa, comenta que si bien el trabajo de difusión es exigente, se requiere hacerlo de mejor manera para que todos los actores manejen la misma información. "Existe un desbalance en los recursos que el Estado pone a disposición de la protección de la propiedad industrial, versus el derecho de autor (...) En 2014, el 94% de recursos humanos del sistema, se destinó al sector de propiedad industrial y solo 5,8% al derecho de autor, que es el que mueve más industrias creativas. Si vemos el presupuesto, el 95,8% del total era destinado a propiedad industrial y un 4,2% a derecho de autor", advierte.
APOYO DE CORFO
Consciente que el sector creativo "debería haberse desarrollado mucho más", el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, señala que en octubre de 2014 lanzaron el Programa de Ciudades Creativas Innovadoras y Sustentables, para apoyar la innovación, el emprendimiento y la creatividad.
El programa ya está siendo ejecutado en Valdivia, Valparaíso y Concepción y los planes apuntan a sumar nuevas ciudades gradualmente.
Bitran comenta que el despegue del sector creativo "requiere esfuerzos para que se produzca el círculo virtuoso entre una sociedad que se sofistica y generar esa oferta".