Aunque por más de 16 años trabajó en empresas de consumo masivo y de retail, la ingeniero comercial Ester Sáez decidió convertirse en emprendedora. Tenía mucho interés en el tema biotecnológico, lo que, sumado a su experiencia en la creación de productos, la llevó a buscar una innovación científica, pero ante todo, con capacidad exportable.
Cuenta que recorrió distintas universidades para buscar un proyecto y que partió de atrás para adelante en el modelo de creación, decidiendo primero que quería vender en Europa, particularmente en Inglaterra. Fue así como llegó a Lucien Biotechnologies, empresa experta en polifenoles y flavonoides extraidos de frutas.
El resultado fueron los tres primeros productos de Cosmetofood, tres variedades de alimentos funcionales que mejoran la piel del rostro o el cuerpo, el pelo y las uñas. Logró conseguir aportes de InnovaChile de Corfo, los que, sumados a capital propio, completan una inversión de US$400.000.
Desde enero, cada uno de sus productos se comercializan en Inglaterra y Estados Unidos a unos US$ 80. Su idea fue comenzar en mercados complejos para luego entrar con mayor facilidad a otros, pero la venta en Chile todavía no está entre sus planes. Los próximos pasos serán en Alemania, Holanda, Irán y Australia.
Cosmetofood ya proyecta ventas por US$ 2 millones en su primer año. En seis meses estrenará una línea de productos cosméticos, con la que espera cuadruplicar sus ventas. A futuro también pretende crear un área de alimentos, que serían producidos en Europa.
“Tenemos cuatro o cinco potenciales clientes y necesitamos con urgencia levantar capital, para lo que estamos buscando un inversionista ángel”, explica Sáez.