Por Francisca Orellana
Centrarse en los nichos de mercado y apuntar al desarrollo de productos para consumidores con necesidades cada vez más específicas, es el desafío que se ha puesto el grupo embotellador y cervecero CCU en materia de innovación.
Fue así que desde 2007 la compañía decidió formalizar su proceso interno de innovación, en el que cada dos años realiza un levantamiento de información sobre las tendencias de los consumidores, y que les sirve como base para definir internamente y, en cada una de sus áreas de negocios (desde marketing hasta el área de distribución), hacia dónde deberían orientar sus innovaciones.
Es así que, según explica Stephen Koljatic, gerente corporativo de Desarrollo y quien está a cargo del proceso directivo de innovación, para el período 2010-2011, se identificaron 16 tendencias específicas, como verse y sentirse bien, individualismo, productos con contenido (como vitaminas o libres de), entre otros, en que cada categoría de negocio “desarrolla tipos de productos para tratar de capturar estas oportunidades”, dice. Y es que la compañía tiene espacio para crecer, afirma, ya que el consumo per cápita de bebestible en los últimos 10 años en Chile pasó de 173 a 231 litros. “Y creemos que a 2020 debiese llegar a los 300 litros por persona”, indica.
En ese sentido, agrega que entre 2008 y 2010, realizaron 200 incorporaciones de nuevos productos (como gaseosas con nuevos empaques, botellas livianas, aguas saborizadas, nueva bebida Pop, entre otros) y 150 desincorporaciones. “Esto demuestra que en el neto hubo más lanzamientos que desincorporaciones, lo que refleja la necesidad de lanzar productos que tengan un margen alto, que permitan compensar el aumento de los costos de los lanzamientos y la complejidad operativa”, señala.
Disciplina en la gestión
Como los cambios en los productos deben buscar un buen margen, Koljatic explica que el proceso directivo de innovación requiere de un alto grado de disciplina dentro de la empresa, ya que así se favorece la probabilidad de éxito. De esta manera, están estudiando fórmulas para hacerla más participativa aún y una nueva forma de interactuar para promover la innovación. Pasará por “tener distintas instancias y formas de compartir, debatir y cuestionarse, buscar oportunidades de innovar”, dice.
Actualmente, el proceso innovativo está compuesto por los gerentes generales de cada unidad de negocio, quienes internamente capturan las nuevas ideas. Y por primera vez, el año pasado realizaron un seminario interno de innovación en que cada unidad dio a conocer las novedades en las cuales estaban trabajando. “Fue bueno porque permitió generar contacto entre ellas”, concluye.