Por Francisca Orellana
La meta es generar cero basura en sus procesos productivos en un plazo de cinco a diez años. Para ello, Carozzi acaba de inaugurar las instalaciones de los dos primeros puntos verdes en las plantas de Nos y Reñaca (las más grandes de la firma), con el objetivo de formalizar el proceso de clasificación de desechos, separar y vender a diferentes industrias recicladoras.
La iniciativa, que contempla una inversión de US$ 1,3 millón, forma parte del plan de sustentabilidad de la firma, que al año genera 12 mil toneladas de desechos, entre material orgánico, plástico, cartón, papel, vidrio, etc. De ellos, logran segregar 7.500 toneladas para venderlos como alimento animal, generando ingresos al año del orden de $ 400 millones para la compañía. Sin embargo, habían 4.500 toneladas que se estaban votando a los vertederos, explica Juan Luis Ibarra, gerente de la división de Abastecimiento y Logística de Carozzi.
Con las nuevas instalaciones, de 600 metros cuadrados (m2) en Nos y 250 m2 en Reñaca, este año podrán separar, clasificar y vender unas 1.800 toneladas.
“Es una reducción importante. Hace tiempo que veníamos trabajando en nuestros residuos, pero ahora contamos con una metodología y mayor estandar para descongestionar nuestras plantas, y sean lo más inocuas posibles”, comenta.
Agrega que ahora deberán trabajar en las 2.700 toneladas restantes. “Viene un esfuerzo importante porque vamos a tener que intervenir algunos procesos productivos para no generar dichos residuos”, explica. Para ello, además, están investigando la nueva certificación de Estados Unidos: Zero Waste (Cero Residuos) que si bien no certifica empresas en Chile, les servirá de guía para sumar nuevas metodologías para reducción de basura.
Uso de ERNC
La firma midió en 2013 su huella de carbono y ahora está en pleno proceso de medición de la huella del agua. Además, proyectan incrementar el uso de Energías Renovables no Convencionales (ERNC), en reemplazo de petróleo, en sus operaciones.
El 100% de la energía térmica que se usa en las plantas de Victoria y Lontué proviene de biomasa. Se utilizan 7.000 toneladas anuales de cáscara de avena para generar 25 mil megacalorías. Pero quieren sumar más.
Están evaluando proveedores para incorporar formalmente ERNC.
“Tenemos contratos con grandes distribuidores eléctricos que tenemos que renovar. Estamos viendo quién pudiera aportarnos con ERNC para no comprar carbón o petróleo. Queremos que una buena parte del consumo tenga una base de energías renovables”, asevera el ejecutivo.