El toromiro (Sophora toromiro) es una especie arbórea endémica de Isla de Pascua, extinta en estado silvestre desde hace 50 años. Actualmente, existen pocos ejemplares, que crecen en sitios específicos y controlados de su hábitat natural -Vivero Mataveri Otai de Conaf y ciertos puntos del Parque Nacional Rapa Nui- que son resultado de ensayos recientes de propagación de la especie, además de algunos ejemplares en viveros y jardines botánicos de Chile y el extranjero para fines experimentales.
Una de las iniciativas desarrolladas para su propagación es el Programa de recuperación de Material Genético de Sophora toromiro, impulsado por Forestal Mininco de empresas CMPC, con apoyo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y la Universidad Católica de Chile (UC).
El programa, que se inició en 2006 para apoyar a organismos públicos y privados en la recuperación de esta especie, partió con seis plantas de toromiro en maceta en el Jardín Botánico de Viña del Mar.
Fue en el vivero Carlos Douglas, en la comuna de Cabrero, Región del Biobío, donde se rescató el material genético y se certificó la genética molecular junto a la UC. En 2008 se inició el trabajo de protocolos de propagación y masificación de semillas, a través de injertos sobre patrones de otra especie del mismo género, Sophora cassioides.
"Nosotros apuntábamos a generar los individuos que permitan generar a futuro semillas, entregarlas a la Conaf y ayudar a establecer un huerto semillero y mantenerlo hasta ahora", comenta Francisco Rodríguez, subgerente de Producción de Plantas de Forestal Mininco.
Como parte del programa se obtuvieron cuatro mil semillas que hoy están resguardadas en el vivero, en Cabrero. Este material genético servirá para futuras acciones de propagación.
Además, en 2011 se enviaron mil unidades de toromiro para su plantación a la Reserva Nacional Lago Peñuelas, en Valparaíso y en 2012, en el marco de un convenio entre Conaf y Forestal Mininco, se estableció un huerto semillero para la producción y masificación de semillas para su envío a Isla de Pascua.
En paralelo, la Conaf está ejecutando el Plan Nacional de Conservación del toromiro, entidad que próximamente ingresará una iniciativa de inversión para ampliar el programa de propagación.
Enrique Tucki, encargado Unidad Técnica de Conaf en Isla de Pascua, destaca el valor del proyecto de Mininco, ya que permite aumentar la cantidad de material genético disponible para hacer otros ensayos, pues uno de los problemas es la falta de material para trabajar.
No obstante, indica que pese a los esfuerzos aún falta determinar los factores que dificultan la propagación de la especie. "No hay consenso científico. Podríamos criar 100 plantas en el continente y traerlas a la isla, pero tenemos la seguridad de que van a empezar a morir a los dos, tres o cinco años", sostiene. Tucki comenta que entre las hipótesis que explicarían esta situación, están los cambios en el medio ambiente local, como la presencia de hongos que en el pasado ayudaban a su desarrollo y que ya no existirían. La segunda propone que todas las plantas de toromiro conocidas hoy derivan de una sola planta madre, y una tercera, sería una combinación de factores como las plagas que afectan a la isla.