Por Francisca Orellana L.
Mejorar sus procesos fue una de las lecciones que sacó Agrosuper tras el caso Freirina, el que implicó la paralización en 2012 del Complejo Agroindustrial Huasco para faenar cerdos tras las protestas de la comunidad por malos olores.
Un episodio que hizo modificar la forma de hacer las cosas y generar cambios importantes en el proceso de innovación interna de la compañía. “Fue algo que nos gatilló a que pudiéramos enfocar nuestro esfuerzo y metodología de innovación en soluciones que ayudaran y aportaran a esa problemática”, explica Cristián Meyer, gerente de Innovación y Desarrollo de Agrosuper.
Fue así que en 2013 decidieron ampliar el foco de acción del comité de innovación que desde 2010 estaba centrado en el ámbito comercial (desarrollo de productos, nuevas formas de vender, etc), y sumar dos nuevas áreas: producción industrial y animal. En este último ámbito se están desarrollando nueve proyectos en torno nuevas tecnologías y procesos para mitigación de olores y bienestar animal que ya están en etapa de prototipo y escalamiento industrial. En total, se están ejecutando 20, en las tres áreas donde participan más de 100 intraemprendedores. “Estamos cambiando las formas de hacer las cosas, hacemos innovación por un objetivo macro de ayudar a transformar la organización con una cultura procreatividad en las personas para adaptarnos a los nuevos tiempos”, señala.
Esto ha implicado además, en un incremento en el presupuesto para la unidad, que pasó de $100 millones en 2013 a $ 300 millones este año.
Tecnología de punta
Crear tecnologías propias es un reto para la firma, pues son soluciones que no están disponibles en el mundo o son de alto valor. “Estamos trabajando en la vida útil de productos frescos para llegar a mercados lejanos que sólo a Chile le sirve. Por eso somos nosotros los que tenemos que trabajar en esas mejoras”, añade.
El desafío para este ejercicio es utilizar la ley I+D para concretar más proyectos y hacer alguna asociación con algún centro de investigación.