Ambiciosos son los planes que tienen en Indesa, inmobiliaria ligada a los hermanos Nicolás y Felipe Ibáñez. Aunque el foco para este año es terminar el desarrollo de los proyectos en ejecución, analizan opciones de nuevos negocios, como lo son edificios de oficinas y los dedicados a la renta habitacional.
“No hemos tenido todavía desarrollo de oficinas, pero está dentro de las alternativas de inversión (...) exploraremos a futuro si existe la oportunidad”, comenta sobre esta opción el gerente general de la firma, Rafael Burmester.
Cuenta que en los últimos tres años este negocio ha estado complicado producto del bajo crecimiento país, ya que las tasas de ocupación de oficinas van muy alineadas a este indicador. Lo que se suma a la desocupación de espacios de compañías ligadas al sector minero, afectadas por el bajón de esta industria, y mucha producción. Sin embargo, desde la inmobiliaria creen que las condiciones para este mercado deberían mejorar.
“Creemos que se han ido ajustando la cantidad de proyectos en ejecución, por tanto, se estrechará la diferencia entre la oferta y la absorción que se está generando, lo que llevará a tasas de vacancia de 7% a 8%, más razonable para un mercado sano”, opina Burmester.
Pero las oficinas no es el único nuevo negocio que aparece en el radar de Indesa. También, comenta Burmester, estudian un eventual ingreso al cada vez más común desarrollo de edificios residenciales exclusivamente para la renta.
“Tanto fondos internacionales como nacionales están interesadas. Las inmobiliarias están detectando esta oportunidad y tratando de desarrollar proyectos que calcen con este formato”, comenta el ejecutivo sobre el fenómeno.
Añade que “como Indesa hemos evaluado el negocio, pero para quedarnos nosotros con el negocio de la renta, nos interesa generar un porfolio de activos con flujos de renta a largo plazo”.
Es más, para el proyecto Riesco, que se emplazará en un terreno adquirido recientemente en el barrio El Golf, estudian esta fórmula. “Estamos dándole una vuelta para ver si será un proyecto para venta o para renta. Pero está todavía en análisis”, sostiene.
Respecto a una expansión a regiones o fuera del país son más cautos y prefieren avanzar paso a paso.
“Somos ambiciosos, por lo que no descartamos nada, pero sí queremos tener un crecimiento orgánico. Lo primero es posicionarnos como marca y, luego, si existen posibilidades reales vamos a mirar regiones”, responde el ejecutivo.
Señala que miran la Quinta Región, que dado su cercanía a Santiago permite abordarlo con la actual estructura, pero en caso de expandirse al norte o al sur requeriría de nuevas unidades ubicadas en esas zonas, por lo que comenta es una opción de mediano plazo.
Miran nuevos terrenos
En este año están enfocados en terminar uno de sus proyectos más relevantes -Tadeo 1091, un edificio en Las Condes- e iniciar la construcción de la primera etapa de Viñas de Chicureo, proyecto de casas en Colina.
Además, se ocuparán de afinar los proyectos para terrenos comprados en El Golf y La Dehesa. Sobre este último, lo tomarán con más calma dada la cantidad de oferta existente en la zona.
“Desde el segundo semestre de 2016 a la fecha las velocidades de venta han caído bastante producto de la sobreoferta, por lo que estaremos monitoreando y cuando el mercado esté más vigoroso podamos iniciar con el proyecto”, comenta.
Para nuevos terrenos, calculan inversiones por hasta 300 mil UF -unos US$ 12 millones- en 2017, enfocados en Ñuñoa, Providencia, Las Condes y Vitacura.