Presidenta de Asipes: “La nueva ley de pesca va a tener que cautelar que se mantengan las licencias transables”
La pesca industrial pide no ser discriminada y que se legisle en base a evidencia y “no dejarse llevar por propaganda, por falsedades, por medias verdades”.
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En las próximas semanas, la industria pesquera tendrá su primer cara a cara con el subsecretario de Pesca, Julio Salas, en el marco de una nueva ley para el sector. Macarena Cepeda, presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), dijo que si bien la actual legislación puede ser “mejorada y perfeccionada”, una nueva normativa debe mantener las licencias de pesca y los derechos históricos, para así asegurar la inversión y no destruir la cadena de valor del sector.
Las empresas socias de Asipes generan 6.500 puestos de trabajo directo, de los cuales el 50% corresponde a mujeres, más otros 4 mil indirectos que provienen de las más de 370 pymes que trabajan bajo el alero de la pesca industrial. La dirigenta enfatizó que son un sector “súper regulado” y tecnologizado.
“Nada se ha dicho de cómo se pretende proteger los derechos y las certezas que hoy permiten una actividad como la pesca industrial invertir y proyectarse. Esto es fundamental”.
-¿La industria quiere cambiar la actual legislación?
-Estamos súper de acuerdo en que la actual legislación tiene que ser mejorada y perfeccionada. Han pasado diez años desde su implementación y por lo tanto, lo primero sería evaluar cómo ha estado esa implementación. Tenemos el análisis que hizo la FAO de la ley, pero eso tiene que ver con la teoría, con la estructura, pero también sería súper bueno evaluar el desempeño final de la ley. Creemos que cualquier regulación que tenga que ser mejorada tiene que considerar los avances que se han llevado a cabo en el sector.
-¿Y qué avances hay?
En estos últimos años hemos estado súper enfocados en varias cosas, por ejemplo, en la sustentabilidad. Somos la actividad productora de alimentos que hoy cuenta con la huella de carbono más baja respecto a otras proteínas comestibles, más baja que la ganadería, los porcinos, los salmones y los pollos.
Somos una actividad sostenible. Tenemos hoy día pesquerías que están recuperadas y que tienen certificaciones internacionales de sustentabilidad, ya que somos una actividad que promueve el trabajo formal y de calidad. Y es súper importante considerar que más del 50% de quienes trabajan en la pesca industrial son mujeres, mujeres que son jefas de hogar, que tienen una permanencia laboral de más de 20 años.
Entonces, cuando hablamos de mejorar la actual ley o de trabajar una nueva ley de pesca, es súper importante conocer la realidad del sector. Muchas veces la discusión pesquera se deja llevar por propaganda, por falsedades, por medias verdades. Cuando te dicen, por ejemplo, hoy es que en Chile están agotando todos los recursos pesqueros, lo digo claro: no es cierto. De las 16 pesquerías industriales, diez de ellas ya están recuperadas y en el óptimo. En otras cuatro ya han recuperado su biomasa, van camino al óptimo.
-¿Y qué se puede mejorar con la nueva ley?
-Más investigación, una mejor interacción entre los comités científicos y los comités de manejo.
-Existe la idea de que la pesca industrial barre con los recursos. ¿Qué dices a eso?
-Es una falsedad. Somos una actividad que respeta de manera irrestricta las cuotas de pesca y las definiciones científicas en torno a la actividad. Somos una actividad súper regulada, tenemos posicionador satelital 24/7; tenemos cámaras a bordo, hay barcos con más de siete cámaras a bordo que te permiten estar monitoreando la captura 24/7. Tenemos observadores científicos que están presentes durante toda la cadena de captura. Tenemos obligación de certificar el 100% de nuestros desembarques.
Entonces, cuando te dicen que la pesca industrial arrasa con los recursos marinos, eso es una falsedad absoluta. Somos una actividad súper regulada y lo digo en positivo, porque eso nos permite ser súper transparentes cuando estamos hablando de toda la captura y la operación.
Mi llamado es a conocer un poquito más lo que somos como actividad pesquera y sentirnos orgullosos del nivel que tenemos en nuestro país. Esta discriminación tiene consecuencias, ya nos pasó con la ley de la jibia, donde se tomó una decisión de prohibir a la pesca industrial con pesca de arrastre. En ese momento los argumentos que se levantaban era que la pesca de arrastre afectaba la operación artesanal. Pero si hoy día revisas las cifras tres años después de implementada la ley, tenemos que los desembarques artesanales alcanzan el 45% de su cuota.
Las exportaciones, que eran exportaciones en torno a los US$ 150 millones hoy son como alrededor de US$ 60 millones. Entonces, finalmente perdió el país porque se destruyeron cadenas de comercialización, la pesca artesanal no pudo avanzar en capturar más y vender a un mejor precio. Todo eso se destruyó: 2.000 personas que se fueron para la casa, se quedaron sin trabajo, que se tuvieron que desarmar las líneas de producción que eran exclusivas de jibia. Si vamos a legislar por un mejor país pesquero, hagámoslo con información técnica, con información de expertos, conociendo las realidades locales, las realidades regionales, la pesca industrial en Biobío, que es una actividad que es motor de desarrollo regional.
-La razón de cambiar la ley es su legitimidad de origen, hay condenas de cohecho y soborno.
-Entendemos que ése es el problema que tiene la actual legislación, lo ha dicho el subsecretario en reiteradas veces. Y es también lo que está en el ambiente. Creemos firmemente que para poder resolver eso, no basta solamente trabajar una nueva ley, sino que también es importante el cómo vas a trabajar esa nueva ley. Es muy importante que esa nueva ley sea muy representativa. En el Biobío son 6.500 personas que dependen directamente de la pesca industrial, más otras 4.000 que trabajan en torno a las pymes. Estamos hablando de casi 10.000 familias que dependen de la pesca industrial y todos ellos merecen ser escuchados, valorados y considerados igual que otros actores, como la pesca artesanal.
-Este mes parten los diálogos con la pesca industrial. ¿Con qué ánimo lo enfrentan?
-Biobío es la capital pesquera de Chile, concentra el 60% de los desembarques nacionales de satélites. Aquí en Biobío se desembarca el 80% del jurel a nivel nacional. En Coronel se produce el 90% de las conservas de jurel de Chile y en Talcahuano se procesa la merluza común para consumo humano congelada y apanada. Nada se ha dicho de cómo se pretende proteger los derechos y las certezas que hoy día permiten una actividad como la pesca industrial, invertir y proyectarse.
Esto es fundamental para dotar al país pesquero de una legislación estable y justa que entregue trabajo y estabilidad, así como nuevas inversiones, proyección y seguridad alimentaria para todos los chilenos.
Tenemos licencias transables de pesca que les queda a lo menos diez años de duración con la posibilidad de ser renovadas por 20 años más. Eso nos ha permitido invertir, generar buenas condiciones laborales. La nueva ley de pesca va a tener que cautelar que eso (las licencias transables) se mantengan, porque hoy día es necesario en un momento en que nuestro país sobre todo está pasando por una fragilidad económica tan crítica. Como pesca industrial hemos sido un motor de desarrollo local, regional, estamos disponibles y con ganas de seguir tirando este carro. Pero necesitamos certezas.
-¿Cuál es la postura del gremio en cuanto a los derechos históricos?
-Mira a nivel internacional. Uno de los mecanismos de asignación de pesca es la historia. Y ese fue el mecanismo que se usó aquí en Chile.
-¿Ustedes piden que se revise, que se asigne, considerando la historia?
-Somos una industria productora de alimentos. Hoy el 85% de nuestras capturas se destina al consumo humano directo en todo lo que es conservas de jurel, jurel congelado, merluza congelada. Los langostinos son pesquerías que están certificadas. El jurel está certificado, los langostinos están certificados, la merluza austral está certificada. Somos garantía de seguridad alimentaria. Entonces, si un día te cortan la duración de esas licencias transables de pesca, ya no hay desarrollo en el que tú puedas invertir.
Necesitamos tener la seguridad de que las licencias transables de pesca se van a mantener, que fue lo que el Estado de Chile le entrega, no es cierto a la pesca industrial, en este caso sea un instrumento que nos permita tener la certeza para seguir invirtiendo en el sector y seguir proyectando la actividad.
-En pedir no hay engaño: ¿qué les gustaría que tuviera la nueva ley?
-Continuar con los derechos individuales de pesca, que son estas licencias de pesca. Eso nos permitió emigrar de la famosa carrera olímpica en que todos salían a pescar al mismo tiempo, poder ordenarnos y poder destinar esas capturas a consumo humano. Hoy día lo que se necesita es que la pesca artesanal también pueda fortalecer sus derechos individuales. Hoy día la pesca artesanal está muy complicada porque no le puede agregar valor a su captura, porque ellos no tienen derechos individuales. Entonces, trabajemos en fortalecer los derechos de la pesca artesanal, trabajemos en promover condiciones para fomentar el consumo humano y agregarle valor a eso.
-En términos simples, eso se traduce en que la pesca artesanal tenga licencias transables de pesca.
-Entiendo que la pesca artesanal a nivel internacional, por decirlo así, no existe la licencia de pesca, pero sí hay autorizaciones de pesca que son individuales. Eso le permitiría a un pescador artesanal ir al banco, por ejemplo, y pedir un préstamo para un mejor bote, para mejorar sus bodegas…
Los chilenos queremos certezas en términos de lo que se refiere a la propiedad privada. Chile lo que hoy necesita son inversiones, inversiones para generar empleo, inversiones para reactivar el país, inversiones para enfrentar la inflación Y tú la única manera que tienes de invertir es teniendo la certeza y la tranquilidad de que vas a tener condiciones estables que te resguarden esa inversión.
-¿Son partidarios de licitar parte o toda la cuota de pesca?
-Más que una postura, hay que considerar la evaluación de la licitación del 15% que ya ocurrió. En la actual legislación se contemplaban dos licitaciones, una licitación para las pymes y otra del 15% de la cuota industrial. La licitación de las pymes no ha funcionado para nada, porque finalmente esa licitación ha terminado en manos de una o dos Pymes, no han entrado nuevos actores. Y por otro lado, la licitación del 15% que se realizó en el jurel y en la sardina en el caso de la pesca industrial, finalmente terminó concentrando. No entraron nuevos actores, no se generó más competencia. De hecho, generó una menor recaudación al Fisco porque se generó un mercado secundario.
Y no pasó sólo aquí. Se hicieron licitaciones en Rusia y Estonia que duraron tres o cuatro años, porque finalmente lo que ocurrió fue colusión de mercado, afectación de los precios, creación de mercado secundario. Entonces fue un mecanismo que se desestimó.