Macarena Cepeda, presidenta de Pescadores Industriales del Biobío: “El Gobierno está promoviendo un Huachipato 2 a través del proyecto de fraccionamiento”
La dirigenta gremial sostuvo que la nueva división de cuotas pesqueras que impulsa el Ejecutivo podría llevar a la pérdida de 1.800 empleos directos y apuntó a que se están entregando señales contradictorias en cuanto a la reactivación de la Región del Biobío.
Por: Martín Baeza | Publicado: Viernes 8 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Este jueves, entre otras peticiones, los principales gremios productivos de la Región del Biobío solicitaron al ministro de Economía, Nicolás Grau, quitar la suma urgencia al proyecto de ley que modifica el fraccionamiento de las cuotas pesqueras, incrementando los porcentajes del sector artesanal en desmedro del industrial.
Grau viajó a la región en el marco del “Plan de Fortalecimiento Industrial” que presentó el Gobierno tras el cierre de la siderúrgica Huachipato. Pero esas intenciones son miradas con recelo por la pesca industrial.
“Es difícil creerle al Gobierno cuando da señales tan contradictorias para una región que lo está pasando mal y necesita ayuda urgente”, dijo a DF la presidenta de los Pescadores Industriales del Biobío, Macarena Cepeda.
“Es difícil creerle al Gobierno cuando da señales tan contradictorias para una región que lo está pasando mal y necesita ayuda urgente”
“Siempre nos hemos manifestado a favor de mejorar la Ley de Pesca, pero no que termine siendo un mamarracho que no le va a servir a nadie”
La dirigenta señaló que, en la Cámara de Diputados, el proyecto se aprobó con indicaciones de parlamentarios y deja en una situación crítica a la industria del Biobío y que el Ejecutivo no actuó para defender su proyecto original.
Entre las disminuciones en las cuotas de jurel y merluza común, Cepeda estima que se perderían hasta 1.800 empleos directos y, con ese antecedente, arremete: “La Región, desde el año 2019, viene sufriendo impactos. Primero con la Ley de la Jibia, luego con los incendios forestales, la crisis de la construcción, ahora Huachipato...y resulta que el Gobierno está promoviendo un Huachipato 2 a través del proyecto de fraccionamiento”.
-¿A qué se refiere con un Huachipato 2?
-En la antesala al cierre de Huachipato se hablaba de 2.000 empleos directos que se iban a perder, lo que significaba cerca de 22.000 empleos indirectos. Bueno, estamos manejando las mismas cifras y es un Huachipato 2 voluntariamente, con la anuencia del Gobierno. Cuando veíamos Huachipato 1, estábamos frente a una situación afectada por factores externos, de mercado, y el Gobierno salió al rescate de esa compañía. Hoy el Gobierno no está saliendo al rescate de la pesca industrial, nos está quitando los patines de manera injustificada, apoyado bajo argumentos que son prejuicios ideológicos.
-El subsecretario (de Pesca) Salas ha dicho que las mayores incertezas vienen de tener una legislación viciada en su origen, por las condenas de soborno y cohecho. ¿Qué dicen de esto?
-Estamos viendo que se repite el formato del primer proceso constituyente, en que no primaron los argumentos ni las ideas que quería la ciudadanía. Lo que estamos viendo es que el proyecto de fraccionamiento y de la nueva Ley de Pesca lo que buscan, finalmente, es hacer decrecer al sector pesquero. Cuando queremos que Chile avance hacia ser una potencia mundial en pesca, los incentivos están mal puestos, porque finalmente el Ejecutivo está empujando en el sentido contrario, generando más incertidumbre. Y tampoco está dando señales de largo plazo que nos permitan invertir, crecer y ser motor de desarrollo.
-Pero, más allá del contenido del proyecto, teniendo en cuenta las condenas por soborno del Caso Corpesca, ¿no veían una necesidad de renovar la legislación?
-Siempre nos hemos manifestado a favor de mejorar la Ley de Pesca, pero no que termine siendo un mamarracho que no le va a servir a nadie. Siendo conscientes de que la Ley hay que mejorarla (...) y legitimar aquellos aspectos que podrían merecer duda. Pero ese proceso se debe hacer con todos los actores, de manera seria y técnica.
Escenario político
-Ustedes se han manifestado en contra del proyecto, pero en Valparaíso los artesanales marcharon a favor. ¿Cómo compensar esos intereses?
-En Valparaíso no estaban los artesanales del Biobío. Hay que entender las realidades regionales y, en Biobío, existe una complementariedad entre la pesca artesanal e industrial. Si aquí se ajustan la cantidad de empresas a propósito del cambio de fraccionamiento y, por ejemplo, terminan cerrando plantas procesadoras de harina de pescado que reciben materia prima artesanal, preguntémonos el día de mañana cuál va a ser el nivel de cesantía de la pesca artesanal, que no va a poder entregar esa materia prima.
-En la Cámara de Diputados el fraccionamiento se aprobó con una mayoría abrumadora, ¿por qué no están siendo escuchados?
-Yo creo que estamos frente a dos situaciones. Una, la falta de interés de conocer la realidad de los distintos ‘países pesqueros’. Porque es muy fácil opinar, por ejemplo, desde el Maule respecto al Biobío, sin conocer la actividad de esta región, que es muy distinta. Y, segundo, es que nos vimos de cara a un proceso eleccionario muy importante en Chile (las municipales), entonces creemos que primó la ideología, el populismo e intereses individuales más que el interés por el bien del país.
-¿Biobío es la región más afectada por el fraccionamiento?
-Sí, hay un desconocimiento del desarrollo que ha tenido la pesca industrial en base a prejuicios.
-¿Hay alguna autocrítica de cómo ha actuado políticamente la industria desde el Caso Corpesca?
-Hemos actuado de manera súper transparente de dar a conocer cómo opera la pesca industrial. Hemos abierto las puertas a la comunidad, a las autoridades y hemos hecho todos los esfuerzos para demostrar que la pesca industrial hoy es sostenible, que incorpora buenas prácticas, que tiene un gobierno corporativo de estándar internacional, diría yo, y que cumple con todas las condiciones de probidad. Si eso no ha sido suficiente para los parlamentarios y la autoridad, la verdad es que no sé qué más hay que hacer. Parece que aquí hay un sesgo que supera cualquier argumento técnico y real.