Jorge Bofill: “Se piensa en regular a las plataformas online, con la mirada de los casinos físicos y eso no funciona, no tiene sentido"
El legista indicó que falta una guía para regularizar a las empresas tecnológicas en general. A su juicio, impera la mirada del siglo XIX.
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Hace pocos meses, las compañías online de casinos Betano, Betsson, Coolbet y Latamwin contrataron al litigante Jorge Bofill para que los asesorara en su camino a la regularización.
El socio de Bofill Escobar Silva Abogados tiene una vasta experiencia en empujar tramitaciones legislativas como, por ejemplo, la reforma procesal penal y la norma de responsabilidad penal de la persona jurídica, entre otras.
En esta oportunidad, el representante oficial de las casas de apuesta, Carlos Baeza, lo llamó para que hiciera un estudio en detalle sobre la legalidad de los operadores del juego de azar digital. ¿Su conclusión? no hay un problema de ilegalidad como se planteó en un principio, sino que se trata de una industria, como el transporte o la música, que se subió a la ola digital y abrió nuevos nichos de consumidores.
En esta entrevista, Bofill indicó que más allá de los operadores en línea de los juegos de azar, en Chile falta una guía para regularizar a las tecnológicas en general. A su juicio, impera la mirada del siglo XIX y “esa visión no funciona para este negocio, ni para ningún otro”.
-¿Por qué decidió entrar en el debate?
-El corazón del problema de los casinos online es justamente contar con una legislación. Cuando me invitaron a asesorar a las plataformas la idea era despejar los mitos en torno a esta industria, sobre todo la ilegalidad. Pese a que Carlos Baeza había hecho un diagnóstico propio, como equipo decidimos hacer un estudio paralelo para evaluar si las conclusiones eran las mismas. Y efectivamente el resultado fue similar, la única diferencia fue que añadimos una arista constitucional, con una revisión que parte de 1833 en adelante.
-¿Por qué desde atrás el análisis?
-Porque el código civil data de 1865 y el penal de 1875, ambos se dictaron bajo la constitución de 1833, entonces dado que hay conceptos que han circulado bajo esos cuerpos normativos, quisimos hacer una exhaustiva revisión hasta atrás para saber cómo trataban estos temas. Sin embargo, el problema en este caso es más cultural que de otra naturaleza, por las características del negocio de las plataformas del juego online. Durante la pandemia, me obsesioné con los cambios tecnológicos y la digitalización, porque estamos viviendo con fuerza esas transformaciones, ya que se generó una aceleración a los cambios que venían.
Este fenómeno digital produce un cambio total respecto a la manera tradicional de hacer negocios. El problema es que estamos pensando en regular a las plataformas online, con la mirada de los casinos físicos y eso no funciona, no tiene sentido. Esa visión del siglo XIX no funciona para este negocio, ni para ningún otro.
-¿En qué sentido?
-Esta industria está super regulada en otros países, hay distintos modelos regulatorios, algunos son más intensos que otros o piden mucha información, pero la característica común es que se hacen cargo de todos los problemas que se levantan como si fueran un obstáculo al desarrollo. Si un mercado no regula y se hace cargo de los conflictos, la alternativa no es que la gente vaya a un casino físico, sino que se irá a jugar a la industria pirata. Y el problema es que se expone a las personas a la falta del juego responsable, inseguridad, lavado de activos.
Cuando miras qué ha pasado en el mundo con los negocios se puede ver una irrupción de la digitalización. Por ejemplo, hasta hace 20 años atrás la industria de la música tenía a los creadores y las casas disqueras que vendían sus productos a través de los vinilos, cassettes o discos compactos. Y luego, el siguiente paso fue Spotify. Hoy, ¿quién compra música a través de estos soportes?, coleccionistas y personas que prefieren el formato a la antigua.
Antes del surgimiento de las plataformas digitales, quienes tomaron la decisión de entrar online fue la industria piratas, por eso, la alternativa antes de Netflix no era que la gente iba al cine, sino que descargaban la película por Torrent, sin ningún pago de derecho.
-¿Cuál es su diagnóstico sobre la Ley para regularizar a los casinos online que ingresó en los últimos días el gobierno pasado?
-Todos los que estamos en este equipo somos de la opinión que es un buen proyecto. Ahora, le falta discusión y probablemente sufrirá modificaciones, pero como estructura básica es bueno porque se hace cargo de los problemas que se levantan como ludopatía, acceso de menores de edad, lavado de activos, certificación de máquinas y juegos.
El proyecto se hace cargo muy bien de estos obstáculos y Betano, Betsson, Coolbet y Latamwin buscan que se tramite esa legislación porque así podrán distinguirse de los piratas. En ese contexto, las plataformas buscan mostrarse y marcar la diferencia, ahí entra en conflicto con la moción parlamentaria para prohibir la publicidad de los casinos. Más allá de la materia del futbol, conceptualmente esta restricción lo que hace es invisibilidad al legítimo y lo pone al mismo nivel que los operadores del mercado negro.
-¿Cuál es su lectura sobre la mirada de la actual administración sobre la regularización?
-No sé si el gobierno de Gabriel Boric tiene un camino definido sobre esta materia. En un principio la interpretación era que querían retirar el proyecto y luego, aparentemente decidieron no hacerlo. Es comprensible políticamente que una administración entrante no quiera hacerse cargo de iniciativas de los anteriores, sobre todo cuando se presenta en los últimos días. Sin embargo, superado ese problema político me parece que esta es una industria nueva que puede generar ingresos adicionales al fisco. Hay que enfocarse en las peculiaridades de este mundo digital y aprender cómo se regula un negocio online. Hasta ahora las respuestas en Chile han sido bien precarias. Lo único que se hizo fue generar el IVA digital y fue la solución de parche. Hay un desafío tremendo por delante, como equipo estamos enfocados en que se regule pronto y bien, creemos que esta regulación (casinos online) será una de las primeras de muchas otras que vendrán. Hay que salir de la lógica del siglo XIX y saltar al siglo XXI.
-¿Qué pasa si se aprueba la prohibición de publicidad antes que la regularización?
-Son visiones antagónicas. No quiero ser pesimista en esta materia, me imagino que los legisladores se darán cuenta que la moción de censura es muy mala idea de fondo. Las personas ya están en el mundo digital, un 70% de la población que juega al azar lo hace online y si se prohíbe no irá a los casinos físicos, sino que a los piratas. Qué sentido tiene tapar el sol con un dedo, no se llegará a ninguna parte. Entiendo que hay problemáticas que hay que regularse bien, pero no se resuelve a través de la prohibición.
-¿Son competidores directos los casinos físicos y los casinos online?
-No, son mercados distintos. Yo creo que es comparar a Spotify con una tienda de vinilos, el consumidor es distinto. Las personas que van a los casinos van por una experiencia. No hay una verdadera competencia entre los online y los físicos, porque los clientes buscan cosas diferentes. Estoy convencido que el Ministerio de Hacienda sabe que debe regularlo pronto, porque generará ingresos y no hay ninguna razón para que no lo haga.