Consejo del Salmón: “Hay espacio para potenciar la industria... hay que ver cuál es la regulación óptima”
Dirigenta gremial dice que hay una oportunidad de crecimiento del sector, pero que hay que ver espacios de mejora en las normas.
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Hace poco más de dos meses, Joanna Davidovich asumió como directora ejecutiva del Consejo del Salmón, gremio que reúne a las mayores empresas exportadoras de este producto en el país, y que en conjunto representan cerca del 50% de la operación: AquaChile, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén. Aunque no ha podido visitar operaciones en el sur por la pandemia, su agenda está activa con reuniones y conformando grupos de trabajo para el funcionamiento de este gremio.
Sabe que el cargo lo asumió en un escenario complejo para la industria, afectada debido a la crisis sanitaria. Pese a esto, la economista cree que una vez que pase este período, la recuperación de la demanda en los mercados destino –especialmente afectada por el cierre del canal de hoteles y restaurantes- junto con los nuevos canales de venta on line y retail dan mejores perspectivas para el próximo año.
Considera que salmonicultura tiene una oportunidad de crecimiento a largo plazo, dado que la demanda por alimentos y de proteínas seguirá al alza por el aumento de la población mundial y por la preferencia por alimentos más saludables.
Este potencial se sustenta en que Chile -dice- tiene condiciones óptimas para desarrollar el cultivo de peces de manera competitiva y ya es el segundo actor global como exportador de salmones con un 25% de la producción mundial. "Tenemos una oportunidad como país: aprovechar nuestras ventajas comparativas para competir en el mundo y retomar nuestra estrategia exportadora como motor de crecimiento sostenido", dice.
En ese marco, el gremio buscará impulsar el desarrollo competitivo y sustentable de la industria de manera respetuosa con el entorno social y con el medio ambiente; dar a conocer los logros y desafíos del sector –dado el desconocimiento que dice hay de ella pese a su relevancia económica- y, como tercer eje, está la contribución en el debate de políticas públicas que fomenten el desarrollo de la salmonicultura así como de toda la cadena de valor asociada a ella.
Para organizar su operación, diseñaron cinco áreas de trabajo.
-¿Cuáles son los ejes de trabajo que diseñaron como Consejo del Salmón?
-La primera es fortalecer la relación con el entorno, a través de la confianza y el vínculo con las comunidades donde operan las empresas. Es muy importante trabajar en conjunto con ellos y restablecer las confianzas, porque vemos que la alianza entre las empresas y las comunidades vecinas puede generar círculos virtuosos de desarrollo en las regiones del sur, con mayores emprendimientos e innovación, surgimiento de nuevos servicios y proveedores y más empleo.
La otra área de trabajo es el medio ambiente y la sustentabilidad. La población esta aumentado su requerimiento de alimento más saludable y responsable con el cuidado del medioambiental. La ciudadanía está mucho más exigente y todos los actores tienen que subir los estándares. Todos los sectores productivos han entendido eso y se están poniendo a tono, buscando las mejores prácticas para el desarrollo de las actividades minimizando el impacto. El tercer eje es contribuir al debate de mejores políticas públicas para salmonicultura. Creemos que el objetivo a largo plazo es generar un marco normativo que, junto con proteger el legado sanitario y medioambiental, impulse el desarrollo de toda la cadena de valor, los empleos y mejore la competitividad del sector.
También estamos convencidos que la comprensión científica del entorno es importante para entender la sustentabilidad ambiental para ver cómo desarrollar de mejor manera este sector cuidando el entorno, y para eso requerimos ciencia, investigación e innovación. Por último, es exponer qué es lo que hace la industria para que se conozca un poco más, cuales sus principales atributos, sus desafíos pendientes frente a otros países y en Chile.
-¿En qué momento está la industria, estamos en el peak de producción o hay posibilidades de crecer más?
-Chile exporta US$ 5.100 millones en salmón, es el segundo producto de exportación después del cobre. Si uno mira en retrospectiva, las exportaciones de salmón se han triplicado en los últimos 15 años y crecen a ritmo más alto que el resto de las exportaciones. Hoy estamos en una coyuntura difícil por la pandemia, donde primero hay que reactivar, pero simultáneamente tenemos que pensar cómo hacemos para lograr a retomar un camino de crecimiento de largo plazo. Somos un país pequeño y abierto al mundo, con ventajas comparativas en algunas actividades y debemos impulsar el desarrollo competitivo de las distintas industrias exportadoras para lograr un alto crecimiento que sea sostenible. Chile tiene tratados de libre comercio y acuerdos con cerca del 90% de la población mundial, es un mercado enorme, una oportunidad. Hay una fuente de crecimiento que puede empujar la economía.
-¿Hay espacios para mejorar la regulación de la salmonicultura?
-Consideramos que se puede avanzar hacia una mayor capacidad de producción distribuyendo mejor la carga, tomando los debidos resguardos en términos sanitarios y medioambientales y para eso hay que hacer estudios. Uno de los déficits que he visto es el vínculo entre las universidades y el sector académico con la actividad productiva. Hay estudios específicos para algunos temas, pero también hay bastantes mitos instalados sin sustento científico.
Estoy en contacto con universidades y centros para ver cómo compatibilizar el crecimiento de la industria cuidando los estándares medioambientales y sanitarios. Pero primero se requiere hacer los estudios primero y después ver qué cambios regulatorios se requieren.
-¿La regulación actual no permite este crecimiento cuidando el medio ambiente?
-Este es un sector muy regulado y hay que ver si la regulación es la adecuada para permitir este crecimiento. Estamos haciendo los estudios porque creemos que hay espacios para potenciar la salmonicultura y para eso hay que ver cuál es la regulación óptima. Esta industria ha tenido regulaciones específicas que han ido sumándose y eso a veces puede no permitir, o no dejar, que se produzca el crecimiento natural.
-En la opinión pública hay una mirada más bien negativa de la industria, ¿está muy dañada la imagen de las salmoneras?
-Esto, en parte, tiene que ver que no se conoce la transformación productiva que ha tenido la industria en las últimas décadas y hay mucho mito instalado. Me ha tocado ver muchas discusiones que se generan, pero cuando uno pregunta cuál es el sustento científico y no hay. Por eso creo que es importante hacer los estudios de manera rigurosa, y por eso la alianza con universidad y centros académicos que estamos trabajando, y segundo, mostrarlos.
-¿Cuánto influyen en esto todos los casos de escapes de peces que hemos visto?
-Ha habido una sucesión de eventos desafortunados en términos de escapes en los últimos meses. Una de las razones por las que asumí este desafío es que las empresas que conforman el Consejo entienden que la sociedad cambió y hay que tener una visión más responsable y sustentable frente al medio ambiente. El desafío es compatibilizar las actividades productivas que generan desarrollo a las regiones y el país, de manera responsable, cuidando el entorno y garantizando los más altos estándares medioambientales.
Sobre los escapes, nosotros estamos avanzando en tres líneas como gremio: Una es la prevención de los escapes, nos parece fundamental aumentar la seguridad y evitar las rupturas de las jaulas y los escapes. En eso, creemos que las modificaciones que propone la autoridad van en la línea correcta. El segundo es el desarrollo de protocolos para minimizar los impactos una vez que ocurran, y la tercera es dimensionar –a través de investigaciones con sustento científico- cuáles son los impactos reales en los ecosistemas, porque la Ley presume daño ambiental en los casos que no se recupere el 10% de las especies, pero no se sabe realmente cuál es el impacto.