Industria

Chadwick cierra ciclo que marcó una era en el mundo del vino y anuncia sus próximos pasos

El viñatero dice que ahora viene una etapa más comunicacional, llegando al público al que le interesan los vinos de calidad.

Por: Paula Vargas / Katherina Maraza | Publicado: Viernes 17 de octubre de 2014 a las 05:00 hrs.
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A diez años del primer Berlin Tasting (BT), la cata a ciegas que catapultó a un puñado de vinos chilenos entre los mejores del mundo, Eduardo Chadwick, presidente de Viña Errázuriz, se refiere al fin de este ciclo y hace un repaso por la historia del evento que inauguró en 2004 y que llevó a ubicar a los vinos nacionales en el radar de los críticos más importantes del orbe.

 

-¿Qué significa en lo personal haber hecho esta actividad y que sus logros hayan permeado al resto de la industria?
-Esto tiene su contexto... En 1995, siempre dijimos "queremos demostrarle al mundo a través de Seña, que nuestros vinos deben ser considerados a la altura de los mejores" y lo que hicimos 10 años después, el 2004, fue confirmarlo y que los críticos internacionales validaran este desafío. Lo que pasaba era que cuando uno sacaba al mercado un vino nuevo hablaba del terroir, de Chile, del paraíso vitivinícola y todos los elementos de calidad, pero a pesar de los esfuerzos, cuando lo mostrábamos con la etiqueta a la vista sentía que los críticos internacionales eran mezquinos y que no reconocían la calidad. Como Chile no tenía un reconocimiento internacional de peso, que pudiera competir con los mejores vinos de Italia, de Francia, siempre cuando llegábamos a la crítica, le ponían una nota de buena calidad pero... siempre estaba la duda de si el país podía competir al más alto nivel. Había un tema de imagen.

-Ese era el mito que había que eliminar...
-Efectivamente, esta cata a ciegas lo que hace es destruir completamente estos prejuicios, porque en todos los artículos que han salido se habla de "Chile demuestra...", "Chile da a conocer...". Así, a través de los vinos de viñedos Chadwick, de Seña, don Maximiliano, se demostraba que el país sí puede producir vinos de la más alta calidad, igual o superior que los mejores del mundo y eso tiene un valor muy importante y de largo plazo, por eso yo creo que ha sido un hito muy importante.

-¿Cómo recuerda el primer BT?
-Salir primero y segundo cuando yo pretendía solo decir "mira, en esta cata a ciegas espero que mis vinos estén dentro del top 5" fue una sorpresa... sin duda, fue lo que dio un empujón tremendo al reconocimiento de la industria y después lo fue la perseverancia de estos últimos 10 años, de haber recorrido el mundo con los principales críticos. Hemos hecho 22 catas y hemos llegado a unos 1.500 profesionales top, los líderes de opinión en cada una de las ciudades. El resultado ha sido que en el 90% de las veces nuestros vinos han estado en las posiciones top 3, con un 55% de los cinco primeros lugares. Hemos tenido la mayor consistencia y preferencia del público mundial a lo largo de estos años.

-¿A qué cree que se debe esta consistencia?
-Demuestra justamente el punto principal, la gran calidad de nuestro vino. Ese es el corazón del mensaje. Eso refuerza todo el trabajo que estamos haciendo y es lo que le da mucho peso, porque si uno hiciera todo este recorrido y nos diéramos cuenta que nuestros vinos no perforan, estaríamos en problemas.

-Hace diez años miraban a los vinos chilenos con prejuicio, ¿qué ha cambiado?
-Soy un convencido de que ha mejorado muchísimo la percepción (...) Hoy los grandes críticos mundiales tienen otra visión, James Suckling (Wine Spectator) le dio 98 puntos a Seña. Diez años atrás, ningún vino chileno en la historia había tenido más allá de 95 puntos. No hay otro vino con ese registro. Viñedo Chadwick está con 97, 96 y 95 puntos, ha tenido la consistencia de los puntajes más altos no sólo en la industria nacional, sino en el contexto mundial ya somos de los puntajes más altos del mundo. Entonces los críticos ya reconocen la calidad. Sea un James Suckling o un Parker.

-El mensaje ya se logró transmitir a los expertos, ¿qué pasa con los consumidores?
-Una cosa es convencer a los críticos, que son tremendamente importantes, y otra que los millones de consumidores del mundo reconozcan a Chile por ese potencial. Y ahí está el gran desafío. Ahora todo nuestro trabajo, incluso, como Wines of Chile, es justamente ir permeando cada vez más a los consumidores de vinos de lujo, de vinos de valor en el mercado norteamericano, europeo y asiático, y ese es un trabajo permanente, no basta tener la calidad, el trabajo de marketing es fundamental.

-¿Cómo les ha ido con el recorrido que han hecho este año, en la celebración del Berlin Tasting?
-Lo que hemos hecho este año fue una primera gira en marzo por Asia (Tokio, Seúl, Hong Kong y Shen Zeng) invitando nuevamente a los líderes de opinión, pero ya no para hacer una cata a ciegas, sino que para celebrar este éxito y compartir con los referentes lo que ha sido esta trayectoria. En el fondo es detenerse y tratar de contagiar, contar una historia de éxito que es muy potente, la visión de que hemos recorrido el mundo, los resultados globales que hemos tenido (...)

-¿Qué va a pasar con el Berlin Tasting ahora que están entrando en esta nueva etapa de transmitir lo capitalizado en estos diez años? ¿van a continuar haciendo las catas?
-No, porque ya recorrimos el mundo ...es un ladrillo sólido. Y en forma incontestable tenemos críticas de todos los expertos más relevantes. Es el momento perfecto para decir esto se cierra y no seguir auto desafiándose porque ahora hay que proyectar esto, hay que darlo a conocer por lo que ya fue. Ya somos lo suficientemente sólidos porque estuvimos en Londres, Tokio, Sao Paulo, Nueva York, en Chicago y en Toronto. Nos queda India, pero los impuestos son tan altos que dijimos "aquí no hay mercado"...

-¿Qué acciones implica esta nueva etapa?
-Es más comunicacional, de dar a conocer. Nosotros lo hacemos invitando a los principales medios de difusión de cada país. Hemos tenido publicaciones en Asia en las principales revistas, en los diarios más influyentes de Hong Kong(...) Estas publicaciones ya no son sólo especializadas, sino que buscamos llegamos al público que le interesan los vinos de calidad. Eso, más otros eventos, justamente por estos días fue uno de nuestros equipos a Hong Kong a una degustación de Wines of the World, organizada por James Suckling... son actividades de tres días de degustaciones que se repiten en Nueva York en noviembre, donde James organiza nuevamente el encuentro -en conjunto con otro medio- para los principales consumidores de vinos finos de esta ciudad y así sucesivamente, esto hay que multiplicarlo muchas veces.

-Cuando partiste con esta cata ¿Tenías cierta expectativa de lo que ibas a lograr?
-Siendo súper franco, no. Te diría que el mirar para atrás y ver lo que hemos logrado no era algo que pensara que iba a ser alcanzable... en las primeras catas estaba muerto de susto, sobre todo la segunda ¡Para qué decir en la tercera! cuando fuimos a Japón, donde la industria ha sido totalmente enseñada, todos los sommelier han ido a educarse a Francia. Ahí, el presidente de la asociación de sommelier es el mejor del mundo, en fin, sacamos 4 de los top 5. Los japoneses estaban en silencio total... Por suerte que ganó Francia y salvó el honor, pero que el segundo, tercero, cuarto y quinto mejores vinos fueron chilenos era algo que no podían creer. Son golpes muy fuertes y totalmente inesperados. Y luego hacer todas estas catas y tener ese reconocimiento es mucho más allá de lo que yo pensé.

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