En promedio, una bolsa de plástico tarda entre 100 y 200 años en degradarse. En Chile, al año se consumen 3.400 millones de ellas y 97% termina en vertederos, rellenos sanitarios o en el océano. Para reducir ese impacto, se propone eliminar su entrega en zonas costeras, una medida que según expertos debería ampliarse a todo el territorio nacional.
El proyecto de ley, anunciado por la Presidenta Bachelet ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, prohíbe la entrega de bolsas plásticas en 102 comunas costeras de Chile, en un plazo de 12 meses. La iniciativa, que será ingresada al Congreso en octubre, busca disminuir el impacto de las cerca de 250 millones de bolsas de polietileno de un solo uso que se consumen al mes.
El Ministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena, explica que reducirlas es una necesidad ambiental porque muchas veces terminan en cursos de agua o en el océano. La evidencia científica indica que el 80% de los pájaros marinos tiene algún tipo de plástico en el estómago. "Se busca principalmente la protección de la biodiversidad de los océanos. Se estima que a 2050 habrá más plástico que peces en el mar y que el 99% de las aves lo habrá ingerido en al menos una oportunidad", señala Mena.
Luis Cifuentes, académico de Ingeniería UC y director de la unidad de Gestión y Política Ambiental del Dictuc, sostiene que es absolutamente necesaria una ley como la propuesta por el Gobierno, pero al mismo tiempo señala que surge la interrogante de cuál es la mejor forma de disminuir el uso de bolsas plásticas.
"La prohibición es dura, pero no hay otra alternativa, porque las bolsas que se entregan en el comercio son un desecho desde el inicio", comenta. Debido a esto, dice que una opción válida y realista es cobrar un monto adicional, de modo que los usuarios se vuelvan más conscientes al utilizarlas.
Si bien evalúa positivamente la iniciativa, cree necesario extenderla a todo el país y dejar de hacerlo de forma aislada como ya ocurre en Torres del Paine y la Región de Aysén, por ejemplo. Eso sí, rescata que esta primera instancia masiva sacará al descubierto diferentes problemáticas, lo que es vital para perfeccionar la medida previo a una potencial ampliación al resto del territorio.
Una visión que comparte el vicepresidente del Senado Guido Girardi, quien propuso al ministro Mena resolver el tema a través de indicaciones a un proyecto de ley que regula la utilización de plásticos de un solo uso en todo el país y que hoy está en primer trámite en el Senado. La iniciativa parlamentaria fue presentada en mayo de 2015 por las senadoras Isabel Allende, Carolina Goic y los senadores Guido Girardi, Patricio Walker y Antonio Horvart.
La opción de las bolsas reutilizables
Ante este escenario, como alternativa, desde hace unos años algunos supermercados comercializan bolsas reutilizables -con cargo al consumidor- o entregan otras de tipo biodegradables. Cabe destacar que desde el MMA aclaran que no hay ninguna en Chile certificada como biodegradable, porque no existe un organismo fiscalizador para estos fines.
A partir de la medida anunciada, uno de los retos que se desprende será sustituir este tipo de empaque por otras alternativas, que no generen contaminación. En vista de las opciones de género y otras aleaciones con cartón, Cifuentes del Dictuc, agrega que se deberán readecuar las materias primas y probablemente, generar un mercado de producción y reciclaje de estos materiales, que hoy no existe.
La propuesta de ley no es totalmente ajena a lo que ya se está dando naturalmente en algunos municipios del territorio. Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, más de 50 comunas han concretado acciones para eliminar o reducir el uso de estos plásticos, siempre desde el ámbito de lo voluntario. La primera fue la Municipalidad de Pucón, que en 2013 prohibió su entrega en el comercio a través de una ordenanza municipal. Otra comuna que adoptó esta medida recientemente es Las Condes, que por medio de una alianza con las cadenas de supermercados Lider, Jumbo y Unimarc, busca eliminar totalmente su entrega en los locales a partir de 2018. En tanto, los pequeños comercios de la comuna tendrán plazo hasta 2019.
Regular, no prohibir
Más reticente es la visión del director ejecutivo de la Asociación de Industriales de Plástico, Asipla, Nicolás Bär, quien plantea que más que prohibirlas, su manejo debiera regularse a través de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, Ley REP y cobrar por su uso.
"Nos parece que una ley como la propuesta es totalmente redundante. Hoy tenemos un marco legal que regula la gestión de desechos, que es la Ley REP, que está en proceso de implementación y se aprobó después de lograr consenso desde todos los sectores. Nuestra postura es incluir las bolsas plásticas dentro de los productos prioritarios que establece esta norma", sostiene.
Luis Cifuentes del Dictuc descarta esta opción. Señala que hacerlo mediante Ley REP no es una fórmula viable, debido al bajo gramaje que complica el reciclaje, y "a que no es posible seguirle la pista a este tipo de elementos, por su tamaño y heterogeneidad, a diferencia de otros envases".
No obstante, Bär advierte que una eliminación total de las bolsas plásticas podría generar otros efectos negativos en la sociedad. El ejecutivo cita una encuesta de Adimark de 2014, que consigna que el 94% de los hogares en Chile utiliza las bolsas plásticas de los supermercados para desechar la basura domiciliaria.
"La pregunta es qué va a pasar con esas personas que las reutilizan para la basura. Probablemente tendrán que comprarlas, lo que implica un gasto adicional al presupuesto familiar. ¿Qué pasará con quienes no puedan efectuar ese gasto? Tendrán que buscar alternativas y se corre un riesgo desde la perspectiva de la sanidad pública, porque se verá mayor cantidad de basura acumulada y de descomposición en sectores urbanos", indica el ejecutivo de Asipla.
Afirma que un buen incentivo para reducir el uso de bolsas plásticas por parte de los consumidores es cobrar por ellas.
"La experiencia internacional es positiva, ya que este cobro genera un doble efecto. Por un lado las personas lo piensan dos veces antes de incurrir en un gasto adicional y por otra, se crea una conciencia respecto de si el uso de cierta cantidad de bolsas es necesario".
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