La Comisión de Servicios Públicos de
Nueva York debatió hoy durante más de cuatro horas sobre los
beneficios y riesgos que supondría para el interés público la compra
de la estadounidense Energy East por parte de la española Iberdrola,
por unos 4.500 millones de dólares.
"Tenemos mucha información para digerir durante la semana",
apuntó hoy el presidente de la comisión, Garry A. Brown, al final de
la reunión en la que sus cinco miembros quedaron emplazados para
tomar una decisión definitiva el próximo miércoles, 27 de agosto.
Ese día está previsto que la comisión estatal emita su dictamen
definitivo sobre la operación, que sólo depende ya del visto bueno
de este organismo.
Iberdrola, la primera eléctrica española por capitalización
bursátil, ya cuenta con la aprobación de otras entidades federales y
estatales implicadas, como las de Maine, Connecticut y New
Hampshire.
Durante la reunión de hoy, a la que asistieron también más de una
docena de entidades interesadas en el proceso, se expusieron con
todo detalle los riesgos que podría implicar esta operación para el
servicio público y se ofrecieron decenas de recomendaciones para
mitigarlos.
También se destacó los beneficios que implicaría la compra, entre
ellos la ventaja que supone para los actuales clientes de Energy
East recibir los servicios de "un gran operador con muchos años de
experiencia en el mundo", explicó uno de los técnicos.
Se valoraron igualmente los compromisos adquiridos con el
personal de Energy East, el "historial de alta calidad y fiabilidad
de los servicios" de la empresa que preside Ignacio Sánchez Galán y
"los valores medioambientales de los que hace gala".
La intención de esta reunión era que los miembros de la comisión
tuvieran una visión completa de las debilidades y fortalezas de la
propuesta de Iberdrola, para así tomar una decisión más ajustada a
los intereses públicos del estado de Nueva York.
Por ello, también se habló en la reunión de "la dimensión y
fortaleza financiera" de Iberdrola (que se comprometió a asumir la
deuda de unos US$4.000 millones de Enery East), así como del
fondo de comercio de ambas en caso de que se cierre la operación.
La eléctrica española negocia desde hace meses con las
autoridades estatales y ha mejorado su oferta inicial con el ánimo
de que la comisión la apruebe.
Así, se ha comprometido a ajustar tarifas, a ofrecer beneficios
adicionales a los clientes como consecuencia de la desinversión en
centrales térmicas propiedad de Energy East, y a resolver asuntos
pendientes con cooperativas eléctricas y con la ciudad de Rochester,
sede de la empresa, como recordaron los técnicos.
Durante la reunión se debatió largamente sobre el compromiso de
Iberdrola de invertir en el estado de Nueva York 2.000 millones de
dólares en nuevos parques eólicos si finalmente se aprueba la
operación, apoyada por el propio gobernador, David Paterson.
"La cuestión radica en valorar si la aportación de Iberdrola
merece la pena, porque en realidad ya tenemos capacidad, con o sin
ella, para añadir mil megavatios más", apuntó Cheryl A. Buley, otra
miembro de la comisión.
Los expertos también se detuvieron en el "poder vertical" (el
control de las diferentes etapas del negocio, desde la generación
hasta la transmisión y distribución) que tendrá Iberdrola en la zona
tras la compra.
La decisión que se adopte la semana próxima pondrá fin a un año
de revisiones de la oferta planteada por Iberdrola, en el que se han
llevado a cabo seis audiencias públicas en la Comisión de Servicios
Públicos de Nueva York.
En sus últimas declaraciones, Sánchez Galán se ha mostrado
convencido de que la Comisión dará su visto bueno a la operación,
aunque ha advertido de que si se ponen límites a sus objetivos en
EE.UU. (desarrollo de negocios eólicos y de redes) podría renunciar
a la operación.