La presión ejercida por las autoridades del Partido por la Democracia (PPD) sobre la bancada de diputados para forzar la salida de Pepe Auth de esta instancia -lo que llevó al aludido a dejarla por iniciativa propia- ha provocado una fuerte tensión al interior del partido. Esto, pese a la negativa de sus máximos dirigentes sólo ha contribuido a aumentar la sensación de que la colectividad que sólo hace unas semanas proclamó como su abanderado al ex presidente Ricardo Lagos atraviesa una severa crisis.
El 2 de mayo de 2016 el diputado Pepe Auth formalizó ante el Servel su salida del Partido por la Democracia (PPD). Una de las primeras dudas que surgió era desde dónde continuaría realizando su labor legislativa, aunque los rumores de pasillo en el Congreso daban cuenta de que no había interés en que el legislador dejara la bancada que llegó representando al Congreso, fue el jefe de esta instancia, Ramón Farías, quien salió a despejar todas las dudas que en este aspecto hubiera planteado la renuncia de Auth a la colectividad.
Un escenario muy diferente es el que se está dando por estos días. Por lo pronto, tras ubicar al diputado Farías para conocer su impresión sobre el hecho de que Auth haya renunciado a seguir participando en la bancada, el parlamentario se negó a entregar su opinión al respecto y, muy por el contrario, aseguró que sólo en marzo se referirá al tema, pese a haber sido –según lo consigna El Mercurio- el destinatario de la misiva en que Auth oficializa su renuncia.
En todo caso, desde su renuncia al partido, Auth se convirtió en un piedra en el zapato para la dirigencia del PPD, porque si bien se fue haciendo duras críticas en contra del senador Guido Girardi y a la influencia que ejerce en la colectividad, con el paso de los meses sus críticas se fueron ampliando hasta comenzar a convertirse en un problema. Particularmente en los últimos meses en que el diputado se convirtió en un firme partidario de la candidatura presidencial del senador Alejandro Guillier, lo que en contrapartida ha significado una reacción adversa hacia el ex presidente Ricardo Lagos, proclamado por la colectividad encabezada por Gonzalo Navarrete.
En este escenario, la directiva del PPD tiene varios flancos abiertos y aunque sus representantes y otros líderes de la colectividad descartan de plano que el partido esté atravesando una crisis, mucho menos terminal, lo cierto es que el estado de tensión va en aumento. La sola posibilidad de que el PPD no pudiera cumplir con la meta de la reinscripción aumenta la presión que pesa sobre el único partido que ya proclamó al ex presidente Lagos y el que, en caso de que el PS y la DC no lo hagan, podría respaldar la candidatura para que el ex mandatario estuviera presente en la platilla de la primaria de la Nueva Mayoría. Y el manejo que ha tenido la directiva de este tema tampoco ha dejado conforme a todos.