Con una larga trayectoria política que ha caminado de la mano con el Partido Socialista, el diputado electo por el distrito 13 (El Bosque, La Cisterna, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel y San Ramón), Daniel Melo Contreras (42), no es un desconocido en las lides parlamentarias, pues integró la Cámara Baja en el periodo 2014-2018, por el entonces distrito 27.
Sociólogo de profesión, hijo del histórico exalcalde de El Bosque Sadi Melo, ha sido dirigente estudiantil, presidente de la juventud socialista, vicepresidente del partido e integrado su Comisión Política y Comité Central. Participó en el proceso de implementación de la Reforma Previsional de la expresidenta Michelle Bachelet y en 2009 trabajó como gestor territorial en la Secretaría Regional Ministerial del Trabajo de la Región Metropolitana.
En su regreso a la Cámara Baja le gustaría integrar la Comisión de Medio Ambiente, para impulsar desde allí una agenda de cambio climático, y también la de Vivienda.
-¿Qué lo impulsó volver a la Cámara?
-Me interesa contribuir al ciclo político de cambios y transformaciones que está viviendo el país, sobre todo en la implementación de las leyes, a propósito de la nueva Constitución. Quiero colaborar desde mi experiencia y representar los intereses, sueños y anhelos de un territorio que conozco, mi distrito, donde nací y crecí.
-¿Qué sello pretende imprimir a su gestión?
-Pienso en una gestión parlamentaria que tenga contacto con la ciudadanía, con mucho diálogo, capacidad de escuchar, con mucho trabajo territorial y vinculado a las necesidades de las comunidades de mi distrito.
-¿Cuáles son?
-El distrito 13 vive con mucha fuerza la desigualdad en materia territorial, de acceso a servicios públicos; la mayoría son comunas dormitorio en que la ciudadanía tiene que salir a trabajar fuera y, por lo tanto, me interesa colaborar para que los procesos que vive el país, en materia de transformaciones, mejore la calidad de vida para la gente, en cuanto a mejor educación, salud; que las familias de menores ingresos tengan mejores salarios y empleos. Eso está vinculado con una reforma tributaria, pero la nueva Constitución también debiera hacerse cargo de garantizar estos derechos.
-A su juicio, ¿qué debería contemplar esencialmente la reforma tributaria?
-Lo más importante, que debiera ser un principio, es que quienes tienen más contribuyan a generar espacios de equidad social y económica. Las regiones también aspiran a que exista equidad tributaria.
-¿Si el proyecto de PGU se extendiera hacia su periodo cómo lo abordaría?
-Es una gran noticia que la derecha comience a tener en su relato la universalidad de los derechos. Voy a aprobar, si es que me corresponde hacerlo. Lo importante es que no se juegue con las expectativas de la gente y tengamos los recursos para implementarla. Ese es el debate que está hoy en el Congreso y, ojalá, se pueda resolver lo antes posible, independiente de si es el gobierno del actual Presidente o de Gabriel Boric. Lo importante es que estos beneficios lleguen a los ciudadanos.
-¿Qué le parece que la Cámara haya aprobado, en el marco de una indicación a este proyecto, un impuesto al patrimonio?
-Es una decisión que va en sentido correcto, independiente del debate que esto ha suscitado, y abre un espacio al gobierno para que plantee una propuesta que tenga viabilidad. En definitiva, no se puede plantear una propuesta como la PGU si no se cuenta con los recursos permanentes para financiarla y esto, quizás, es una alternativa. Lo importante es cómo el Ejecutivo, en materia de sus facultades exclusivas de gasto público, se hace cargo de esto. Hay una tremenda responsabilidad del Presidente Piñera y de su gobierno en empezar una reforma que tenga integralidad. Una cosa es aprobar los principios, en que entiendo estamos todos de acuerdo, pero a su vez tiene que hacerse responsable de garantizar su financiamiento.
-En el Congreso también se está debatiendo un royalty a la minería, ¿le parece que va en la línea correcta o habría que integrarlo a una reforma más integral?
-Es importante que el país cuente con un royalty, actualizado al momento que estamos viviendo. Entiendo que en la propuesta del próximo gobierno se está a la espera de que concluya la invariabilidad que, a propósito del royalty, se implementó en el primer gobierno de Sebastián Piñera. Así es que es correcto, espero que se haga una buena discusión con todos los actores que están involucrados, porque esto va a permitir, en definitiva, financiar una parte de los derechos sociales, pero también se podrán destinar recursos asociados a innovación, a desarrollo tecnológico, a investigación.
-¿Qué se debería hacer para que estas reformas que se plantean no perjudiquen la inversión y, al contrario, se atraiga más inversión a Chile?
-Las reformas son correctas, en la medida que se vaya construyendo un camino hacia un país con más equidad, que es a lo que la mayoría de los chilenos aspira. En ese sentido, los distintos actores, empresarios, trabajadores y trabajadoras, el mismo Estado, tienen que contribuir con una mirada de país. Los impuestos verdes, por ejemplo, le imponen a las empresas la necesidad de adecuar la forma de producir y, por lo tanto, también son instrumentos económicos que van corrigiendo un sistema altamente contaminante. Uno aspira a que con las nuevas reglas la inversión y los actores del mundo privado colaboren.
-¿De qué manera influye en todo esto el proceso constitucional?
-La nueva Constitución también va a generar nuevas reglas y vamos a tener que adecuar los reglamentos institucionales a esta nueva realidad. El país está agotado, hay un modelo de desarrollo, de crecimiento, de acumulación, que está agotado y que, por lo tanto, se tiene que entender que el nuevo ciclo va a requerir de una mirada mucho más integral de país que se encamine hacia la sostenibilidad y crecimiento económico, pero no a costa de cualquier tipo de inversión.
"Confío en la capacidad política de Boric"
-¿Está tranquilo respecto de que el próximo gobierno ofrezca estabilidad a los inversionistas?
-Creo que sí, pensar algo distinto es una mirada más ideológica, porque el próximo gobierno tiene un signo más progresista. Y, además, el presidente electo ha dado señales claras y concretas de que los cambios se van a realizar con gradualidad, con mucho diálogo con distintos actores y siempre pensando en el bien del país. Yo confío en la capacidad política, en la mirada que quiere introducir el presidente electo Gabriel Boric. Y nosotros vamos a estar en el Parlamento para contribuir y colaborar en estas transformaciones que tienen como objetivo principal avanzar en reformas sociales y económicas que beneficien a la mayoría de los chilenos y chilenas.
-¿Qué le parecen las señales que ha dado Boric de escuchar a las Pyme y a los grandes empresarios?
-Creo que es correcto. Chile es un país diverso y se construye entre todas y todos. El mundo privado tiene la capacidad de transmitir sus ideas al presidente electo y él de escuchar, que es lo más importante. Lo que no puede ocurrir es que se niegue esa conversación.
-¿Los empresarios deben contribuir también?
-Los empresarios tienen que jugar un rol, tienen que tener una visión y proyecto de país más inclusivo, más integrador, en el que los trabajadores y trabajadoras tengan mejores condiciones laborales, se respete el medio ambiente... una visión moderna, como ocurre en otros países.
-A su juicio, ¿ellos han dado señales de avanzar en esa línea?
-A ratos el mundo privado se atrinchera en sus propias identidades y proyectos. Y el crecimiento económico no se puede realizar a costa de proyectos, como Dominga, que dañan el medio ambiente. O como en mi distrito, en El Bosque, que se quiere instalar una megaplanta cementera que va a afectar la salud y calidad de vida de la gente. Ese tipo de proyectos no le hacen bien al país y es tiempo de que las cosas empiecen a cambiar para bien de todos y todas.
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