Volver a empezar en regiones, otro de los caminos que devela la pandemia en el país
La posibilidad de trabajar a distancia, el temor a nuevos confinamientos, menores costos y la esperanza de una mejor calidad de vida están empujando a diversas personas a dejar Santiago.
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Nació y vivió siempre en Santiago. Mientras hace sus maletas cuenta que hace tiempo que quería irse a vivir a Pucón. Matías Irarrázabal planeaba partir este fin de semana, pero sin salvoconducto para la mudanza, tendrá que esperar unos días. Actualmente, trabaja en la agencia Brit como director creativo, una agencia de publicidad que dejó de arrendar la oficina en Santiago porque al menos durante este año seguirá con teletrabajo.
“Hemos sido más eficientes con esta forma de trabajo y tenemos más clientes. Incluso, agrandamos el equipo”, cuenta.
Tiene familia y varios amigos en el sur con emprendimientos, por lo que también cree que para él habrá oportunidades más allá de la capital. Su casa aquí, la alquilará a un amigo.
Historias como la suya se repiten en grupos de mensajería y redes sociales. No es un éxodo propiamente tal, pero la expansión del teletrabajo o el desempleo están empujando lentamente a un grupo de personas a repensar su domicilio en Santiago.
En las regiones, el confinamiento se lleva mejor. No hay tanta densidad, por lo que riesgo de contagio es menor, el costo de la vida en muchos casos es más bajo, hay cupos en los colegios, pensando en cuando los niños regresen a clases y puedan asistir.
Sumado a todo eso, la amenaza de rebrotes, la invitación a plantearse un cambio de vida es cada vez más un tema.
¿Puntos en contra? Puede ser aburrido, los mercados son pequeños y los empleos están muy asociados a lo que se produce en la zona.
Según la última medición del Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) de mediados de 2019, fuera de la Región Metropolitana los lugares donde existen buenas condiciones de vivienda, entorno, empleo, ocio y conectividad, entre otras son Punta Arenas, Machalí, Talcahuano, Viña del Mar, Concepción, Valdivia, Antofagasta, Los Lagos y Tarapacá.
Sin embargo, la pandemia ha golpeado con fuerza a varias de estas localidades. Por ejemplo, Punta Arenas, que vivía en gran parte del turismo, enfrenta serios problemas de empleo.
En el trimestre móvil marzo-mayo la tasa de desocupación en esa zona llegó a 7%, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Una cifra que no parece del todo mala si se considera que la tasa nacional llegó a 11,2%. Pero hace un año, en el extremo sur las personas sin un puesto de trabajo apenas alcanzaban a 3,3%.
Es decir, todo un cambio.
El teletrabajo
El subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, afirma que actualmente las oportunidades laborales son más restringidas y que hay sectores productivos en los que el retorno a la normalidad será más lento.
“Sin embargo, también es cierto que la oferta que existe ha ido cambiando. Hoy los trabajadores con competencias digitales y tecnológicas son más requeridos, por lo que resulta clave la formación en estas áreas”, indica.
“La nueva ley de teletrabajo abre una ventana importante a favor de la regionalización, pues permitirá que personas que tradicionalmente debían trabajar en determinadas ciudades, y especialmente en Santiago, hoy puedan hacerlo desde distintos puntos del país”, afirma el subsecretario Arab.
Y agrega que el teletrabajo llegó para quedarse, lo que además permitirá conciliar de mejor manera la vida laboral y familiar.
Catalizador de decisiones
Una historia similar a la de Irarrázabal es la de Pablo Valenzuela. Nació en Osorno y es socio y cofundador de Xtravaganza, una agencia de marketing digital.
Hace tiempo que quería volver al sur, pero al llegar a Santiago a estudiar y después abrir su negocio, estaba “amarrado”.
A causa de la pandemia, él y los otros socios se vieron obligados a trabajar de forma remota, y ya llevan cuatro meses así. “Ha funcionado perfecto y ya lo hablé con mis socios para trabajar desde allá. Con esto, se da la oportunidad de irme y también de abrir la agencia en Osorno”, afirma Valenzuela.
La pandemia aceleró los procesos que los socios tenían la intención de implementar. Xtravaganza tenía una oficina en Los Dominicos, la cual acaban de vender para irse a una más chica en Apoquindo, dado que gran parte del equipo funcionará vía teletrabajo. Valenzuela planea viajar a Santiago una vez cada dos meses.
Más razones para emigrar
Francisco Armijo es santiaguino, ciudad donde ha desarrollado toda su vida junto a su familia. Una a la que el ahora constructor civil suma su pareja y su hijo.
Tiene un trabajo, pero le ofrecieron uno nuevo en Ancud, Chiloé, de donde es su pareja y la familia de ella. Cree que allá tendrán más oportunidades, ya que además les ofrecieron una casa. Al ser una isla, dice que la tranquilidad es mayor y menores las posibilidades de contagio. “Me amarra mi familia que está en Santiago, pero allá se nos dan más oportunidades”, comenta Armijo.
Daniela Tapia es de La Serena y vivía sola en un departamento en Las Condes, Santiago. “Ante el miedo y la incertidumbre por la gran cantidad de contagios me devolví a la casa de mis papás, desde donde sigo con teletrabajo”, cuenta.
Desde el 15 de marzo que trabaja de forma remota y, hasta mediados de junio, lo hizo desde la capital. Hoy volvió a vivir con sus papás en el norte por tiempo indefinido. Si bien no fue un destino por elección propia, cree que es lo más seguro para ella en estos momentos.