Diputados de la UE aterrizan en Chile y refuerzan ante el gobierno el interés por cerrar acuerdo comercial este año
Líder del Comité de Comercio Internacional del Parlamento europeo, Bernd Lange, dice que el texto actual es “realmente anticuado”.
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Desde que aterrizaron el lunes en Santiago, una delegación de ocho eurodiputados -liderada por el alemán Bernd Lange- han sumado reuniones. Primero fue con los ministros de Energía, Trabajo y Minería y la sociedad civil y ayer con la titular de Cancillería, Antonia Urrejola, y el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada.
La comitiva, que es parte de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, viajó específicamente para conversar acerca de la modernización del Acuerdo de Asociación (AA) entre el país y la Unión Europea.
“Es un acuerdo realmente completo, no es un simple acuerdo comercial a la antigua usanza, y esto realmente beneficiará a la gente”, dice Lange, sobre los términos de la modernización del tratado.
Dicho tratado -vigente desde 2003- rige los intercambios comerciales y las inversiones entre ambas partes, pero, a pesar de haber terminado las negociaciones técnicas en noviembre para su actualización, todavía no ha sido firmado por los respectivos Ejecutivos ni ratificado por los parlamentos.
Desde el gobierno chileno se ha deslizado que esto no ocurrirá hasta luego del plebiscito por la nueva Constitución del 4 de septiembre.
El vicepresidente del Comité de Comercio Internacional, Iuliu Winkler, dijo a DF que el encuentro con las autoridades de Cancillería fue “muy positivo” y que ambas partes reiteraron su compromiso por cerrar el acuerdo lo antes posible. “Aspiramos a poder anunciar la conclusión política en noviembre, lo cual permitiría ratificar el acuerdo antes de las elecciones parlamentarias fijadas en mayo de 2024”, afirmó.
Un plazo que comparte el presidente de la Comisión, Bernd Lange, quien también espera que Chile firme hacia fines de este año, para que la ratificación de parte de ambos Legislativos sea el próximo año.
La autoridad europea destacó que la última actualización del AA entre ambas partes fue en 2002 y, desde entonces, el acuerdo es “realmente anticuado” y basado en las barreras comerciales.
Además, en estos 20 años, la política comercial se convirtió en competencia del Parlamento Europeo y se le dio más impulso al comercio integral, explica Lange.
Respecto del nuevo AA, comenta que “es un acuerdo realmente completo, no es un simple acuerdo comercial a la antigua usanza, y esto realmente beneficiará a la gente”.
Los puntos que realza son los referidos a su impacto en sostenibilidad, estabilidad de los trabajadores asociada a normas de la OIT, transición verde y lucha contra el cambio climático, además de la búsqueda por la igualdad de género y garantizar los derechos indígenas.
“Tenemos también algunos elementos nuevos que realmente facilitarán el comercio: la cuestión del comercio digital, el reconocimiento de la firma digital, la cuestión de la apertura de los servicios en algunos sectores. Creo que realmente esto refleja las claves necesarias de un comercio moderno y completo. Y esto beneficiaría a ambas partes también en este contexto geopolítico”, dijo.
Gobierno y Constitución
Consultado sobre el actual gobierno y las reformas que se quieren impulsar, Lange consideró que algunas son necesarias para ir “en la dirección de la socialdemocracia” y “tener una versión modernizada de una sociedad”. Pese a esto, estimó que dos meses es un plazo corto para tener un juicio profundo sobre el proceso de reforma.
En cuanto al proceso constitucional, dijo que es “un paso importante” y que “la constitución existente es similar al antiguo acuerdo comercial y ahora está en manos del pueblo de Chile modernizarla”.
Consultas ciudadanas por políticas comerciales:
“Necesita del apoyo de la sociedad y transparencia”
Eurodiputado se refirió a la experiencia de la UE con grupos de monitoreo
que participan de los procesos de negociación de los acuerdos.
Hace un par de semanas, la Subrei anunció que busca impulsar el proceso de consulta ciudadana para legitimar la política comercial de Chile, apuntando a los grandes empresarios, las PYME y las organizaciones de la sociedad civil.
Una dinámica, como han dicho desde la Cancillería, que se basará en el modelo usado en Nueva Zelanda, Australia y la Unión Europea.
Lange explicó que este es un proceso que ha vivido en Europa en los últimos 15 años y trata de tener evaluaciones de impacto de los acuerdos a través de grupos de monitoreo, que participan continuamente de las negociaciones, al igual que la Comisión de Comercio Internacional se apoya en diálogos con la sociedad civil.
“Es muy importante involucrar a las partes interesadas, a la sociedad civil. Tengo la sensación de que estos acuerdos se basan en su apoyo”, dijo.
Además, mencionó que la lección aprendida de los acuerdos comerciales pasados es que se necesita el apoyo de la sociedad y, agregó, de “una gran transparencia y la participación de la sociedad civil y el diálogo. Y por tanto, sí, es realmente importante contar con la gente”.
El parlamentario recordó que el proceso de consulta ciudadana también ha sido “a veces muy doloroso” y que, incluso en 2012, los llevó a rechazar el acuerdo comercial sobre la protección de los derechos de propiedad intelectual en internet (ACTA, por sus siglas en inglés). “Vimos que había muchas lagunas y muchos elementos que van en contra de los intereses del pueblo”, manifestó el eurodiputado sobre el rechazo que tuvo el tratado y que fue en contra de 15 socios internacionales, la Comisión Europea y contra los estados miembros.
A pesar de esto, sostuvo Lange, se logró demostrar que “somos realmente los representantes del pueblo y esto fue un elemento realmente crítico en la historia de las negociaciones comerciales en la Unión Europea, de modo que ahora todo el mundo ha aprendido la lección de que tenemos que ser inclusivos y transparentes”.